Me Suena Que Intentas Ponerme Celoso...

Hoy es el cumpleaños de Sana. La temática de su fiesta es los años 60.

Fue algo difícil buscar ropa de esa época, pero lo hice en una tienda de ropa que estaba casi a las afueras de Los Ángeles.

Me encuentro preparando los últimos detalles de mi disfraz o vestuario, como quieran llamarle. Estoy esperando a Jimin llegue con Rose.

Me coloco frente al espejo y observo mi disfraz en el. Llevo uno de esos vestidos que usaban en esa época, es celeste con pequeños cuadros azules. El vestido me llega hasta mis rodillas, tiene mangas hasta mis codos. Es ajustado hasta mi cintura, igual lleva puesto un 
pequeño lazo azul y la falda es acampanada. El peinado es extremadamente gracioso para mí, llevo como tres envases de fijador en mi cabello.

La puerta de abajo cerrándose ruidosamente me indica que ambos se encuentran aquí y partiríamos en cualquier momento. La pantalla de mi celular se ilumino indicándome que tengo un mensaje o notificación. ¿Quién se habrá acordado de que existo?

Mamá: Hola cariño, sé que es tarde para una disculpa pero lo siento. Siento no haber estado en tu cumpleaños, la verdad lamento no haber estado nunca. Todos esos momentos importantes para ti, no estuve allí y lo lamento tanto. Desearía poder regresar en el tiempo y poder brindarte mi presencia y amor en todos esos momentos. Pero lamentablemente no puedo, lamento ser una terrible madre. Sabes que te amo, eres mi niña y temo perderte. Espero que algún día me perdones.

Mamá.

Al terminar de leer el mensaje mi vista se encuentra borrosa. Solo hace falta que pestañee una vez para que las lágrimas se deslicen por mis mejillas.

(...)

La música se escuchaba una cuadra antes de su casa. Al llegar nos estacionamos y bajamos, nunca había visto la casa de Sana pero es hermosa. Apenas es medianoche y ya hay algunos ebrios en el césped. Rose y Jimin se fueron por delante adentrándose en la gran fiesta de Sana.

Tomo el brazo de Jin. Lo invite porque sería algo triste estar sola en esta fiesta, bueno, estar junto a Rose y Jimin. Aunque siento que sobro cuando estoy junto a ellos dos.

Me pregunto vagamente si Jungkook esta por aquí.

Claro si venia. Por qué ha estado desaparecido en todo este día. No nos hablamos desde que cancelo mi tarjeta, nuevamente estamos peleados.

Nos abrimos paso entre la multitud mientras buscaba a Sana para entregarle su regalo. Tardamos quince minutos pero lo hicimos. Ella estaba bailando con su genial vestuario de esa época. Ella al verme sonríe y se acerca a mí al mismo tiempo que nos acercamos a ella.

—¡Feliz cumpleaños! —grito para que me escuche por el volumen de la música— Traje un amigo, espero que no te importe.

Ella escanea a Jin y luego me da una sonrisa pícara seguido de guiñarme un ojo y codearme.

—¡Mientras más mejor! —me dice eufórica— Haz traído regalo  ¿verdad? —le pregunta a Jin arqueando una ceja. Este levanta el regalo que lleva en sus manos, esta ríe levemente— Era broma pero gracias. ¡Disfruten de la fiesta! —Toma ambos regalos y se aleja de nosotros bailando.

Jin frunce el ceño divertido y niego con la cabeza riendo. Nos volteamos para bailar cuando nos encontramos con el Señor inhabilito las tarjetas de otros acompañado de una rubia que o no entendió la temática de la fiesta o la lavadora había encogido su vestido.

—Jungkook —digo a modo de saludo.

—Lisa —contesta con una sonrisa burlona en su rostro.

La rubia me mira de arriba a abajo y hace una mueca luego tira de su mano alejándolo de nosotros. Yo imito su acto pero alejando a Jin de ellos. Nos paramos en un punto exacto y comenzamos a bailar. Where Have You Been de Rihanna comenzó a sonar por toda la casa.

—¡Oye! —Rose apareció junto a mí con una bebida de color turquesa— Bebe esto.

Acerco el vaso demasiado a mi rostro. Ingiero el liquito turquesa y al instante siento mi garganta arder. Hago una mueca alejando el vaso con una mano.

—¡Demonios! ¡Esto quema! —grito alargando las palabras mientras abanicaba mi boca con una mano.

—¡Lo sé, es genial! —contesta Rose riendo.

Se vuelve a alejar de nosotros y Jin me mira y se larga a reír. Arqueo una ceja y él niega con la cabeza.

—¿De qué te ríes idiota? —digo algo molesta, odio que se rían de mi sin decirme el motivo.

—¡Estas roja! —dice riendo. Le doy un sope en la cabeza y él se la soba riendo— Violenta.

(...)

La noche sigue su rumbo y la fiesta está más genial. Todos bailan y hay mucha gente ebria, incluyéndome. No he visto al Señor inhabilito las tarjetas de otros y a la señorita simpatía hasta el momento y espero no hacerlo, ver a la persona con la cual estas enojada pero quieres mucho ebria no es muy bueno.

Estuve bailando toda la noche y mis pies comienzan a doler.

A lo lejos veo a Jungkook y la rubia, él al notar que los veo pasa un brazo por los hombros de Miss Simpatía. Le sonrío falsamente y comienzo a bailar junto a Jin para demostrarle que también me la estoy pasando genial.

—Iré a tomar algo —me dice Jin— Ya vuelvo.

Salgo de la pista de baile y me dirijo afuera. Necesito tomar aire, el vestido me está haciendo sudar como orangután y me duelen los pies. Aunque los zapatos no tengan un tacón tan alto igual duelen.

Una brisa de viento llega hasta mi 
cuando salgo afuera. Ignoro a los ebrios que están tirados en el césped y a la cebra con sombrero de arcoíris que está en un rincón me recuesto por la pared. Estoy demasiado ebria, creo que me uniré en cualquier momento a los tipos del césped. Mi celular vibra en mis senos... si en mis senos, pues llevo mi celular en mi brasier... ¿qué? es un buen lugar para guardar las cosas.

Recuerdo el mensaje de mamá y me deprimo de repente. Ni siquiera sé que le diré o si le contestare. El apocalipsis zombie se acerca.

—Hola Manoban —me dice Jungkook caminando hacia mí.

—¡Ahora me hablas! —digo molesta— Es decir, ni siquiera me prestaste atención cuando estabas con Miss Simpatía.