Capítulo 14

           Mi guarda espaldas

Capítulo #14

Bien, hoy, es sencillo:

Instituto, helados, cine y serie

Ese es mi día de hoy, está todo planificado, y no va a ver errores, pasare con los chicos y luego con Matt.

Bajando las escaleras, veo a mama en la cocina preparando el desayuno, Matt no está ahí, supongo que ha de estar en su habitación.

-Hola mama -la saludo

-Hola hija, como amaneciste? -me pregunta sin despegar la mirada del sartén

-No dormí tan bien, me duele un poco el cuello -admití

-Oh, cuando vuelvas te pondré hielo, ¿bien? -dice mirándome

-Gracias ma, pero hoy tengo mi día planificado -hice una mueca de que todo estaba listo, ella solo se rio y continuo con lo suyo.

Me dirijo hacia el sillón y me siento a pensar en nada, no entiendo como hacen para ponerse a pensar en el futuro, en su vida, en lo que quieren ser, la verdad yo o mi cerebro no da para pensar en eso, siento que aún no, no estoy lista, por ahora solo quiero vivir el presente y nada más que eso, estar con los que están conmigo y luego preocuparme por el futuro, porque eso ni tu ni yo lo sabemos solo el que está arriba nuestro, no creo mucho en él, pero sé que solo él tiene la última palabra.

Lo aprendí con mi abuelita, con ella leíamos todos los días la biblia antes de que llegara mama del trabajo.

Respeto todas las creencias, sin embargo, a mí me enseñaron así.

Tambi- Matt sale de su habitación y me interrumpe con su

-Buenos días

-Buenos días querido -le responde mama -buenos días Jones

-Buenos días luciérnaga -¿luciérnaga?, porque me dijo así?, hasta mi mama  quedó sorprendida, pero no prestó mucha atención.

-¿Por qué ‘’luciérnaga’’ luciérnaga? -le pregunto completamente anonadada, ce acerca rápidamente a mi oído y me dice:

-Porque alumbras mis noches, niña linda -enseguida lo veo salir de la casa, y al instante mis mejillas empiezan a arder, no lo pienso y voy rápidamente a mi habitación, cuando estoy cerrando la puerta escucho un ¿estás bien cariño? Por parte de mi mama y yo respondiéndole un ¡sí!

Voy hacia mi baño y me miro en el espejo, ¡aún no se me iba el color rojo de las mejillas!, me lavé la cara rápidamente y volví a bajar.

-Adiós mama -me despedí, ella me hizo de la mano y salí de la casa

Mi ego está muy elevado en este momento así que no se le ocurra hablar.

-¿Nos vamos? -me pregunta mirando el retrovisor, yo solamente lo ignoro

Aproximadamente han pasado 10 minutos y no ha dicho nada a excepción de aquella pregunta.

Los minutos más largos de mi vida pasaron

Y llegamos

Estoy a punto de abrir la puerta para bajarme, pero él me toma de la mano

-Mia -dice y me giro para verlo

-¿Estás molesta?

-No -¿cómo no va a notarlo?

Me toma desprevenida y me besa, no fue largo, pero tampoco corto, luego toma mis manos.

-Está bien, perdón, pero igual no escucho nada -me dice con cara apenada

-Si, pero no está bien, no le he dicho aún, y con todo lo que paso, no sé cuándo esté lista -le digo

 -¿Me perdonas luciérnaga? -dice mirándome fijo a los ojos

-No lo sé -me hago la dudosa, pero fue un error, enseguida empieza a hacerme cosquillas en mi barriga.

-Por favor -dice en tono de súplica

-Que no sé -digo entre risas

-Entonces no voy a parar

-Voy a llegar t-tarde -las risas retumban y retumban en el auto

Hasta que alfo mi bandera blanca

-Me r-rindo, está b-bien, te p-perdono Jones -le digo, si no hacía eso llegaría más tarde, él se detiene y me sonríe, yo abro la puerta y salgo del auto.

-Ten un buen día luciérnaga -escucho decir a Matt

Paso por la puerta de entrada y corro como si no hubiera un mañana, corro por el pasillo, subo las escaleras y llegue a la clase, no había revisado el horario así que no sé que clase tocaba. Abro la puerta y uff…

Gracias a todos los santos altísimos y magníficos, que toca literatura, cmo ya saben es mi maestro favorito y yo soy su alumna favorita.

-¿Qué paso señorita Mia?, tiene 16 minutos de retraso -el me dijo que no me retaría, pero tiene que actuar para que el resto no se entere.

-Tuve un pequeño percance en mi casa, ¿puedo pasar?

-Si, pase y tome asiento, estamos en la página 134 del libro

Mi capítulo favorito.

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Bien, acabaron las clases.

Estamos en el auto de Mateo, en este momento nos dirigimos a la mejor heladería de todo el mundo, es nuestro amigo así que nos hace un pequeño descuento.

-¿Quién está listo para helados?! -Todos gritamos como siempre

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Bien, habíamos llegado, estaba todo normal como de costumbre, entramos

-Hola Tony! -dice Mateo saludándolo