—¿Qué condición? –pregunte.
—¿Qué tal si la condición fuera que me besaras? –dijo levantándose de la cama.
—No te voy a besar –le dije mientras veía como se acercaba a mí.
—Pues entonces no te diré nada –dijo encogiendo los hombros mientras miraba al suelo.
—¿Es enserio lo que me pides? –me sorprendí.
—¿Acaso me estoy riendo?
—No me contestes con otra pregunta –le dijo con molestia.
—No puedo hablar más enserio Mackenzie —dijo mirando mi labios.
—Pues no te besare –dije retadora.
—¿Segura? Por qué esta podría ser tu única oportunidad –dijo mordiendo su labio inferior.
—Segura, pero gracias voy a averiguar por otra parte –dije antes de salir dando un portazo.
Salí del cuarto de Austin, ¿Qué es lo que pasa con este chico? Me pregunte, iba bajando los escalones y me tope con Jane la prima de Austin, la agarre del brazo haciéndola bajar conmigo y salir de la casa lo antes posible.
— ¿Qué problema hay entre Nicolás y Austin? O Entre Nicolás y mi padre –pedí explicación a ella, seguramente sabia algo.
—Oye primero, lo siento por lo de anoche debí defenderte –dijo ella bajando la mirada.
—No importa, tú debes saber qué pasa con Nicolás ¿Por qué no lo quieren en casa? –volví a insistir, mientras caminábamos por ahí.
—El papá de Nicolás, era socio de tu padre y le hizo un fraude dejando casi en banca rota a tu papá, es por eso que tu papa no puede ver ni en pintura a Nicolás –explico quedándose parada frente a mí.
—¡Wow! Eso sí que no me lo esperaba –dije tapando mi boca con mi mano.
—Si bueno, Nicolás es un buen chico pero tu padre le tiene rencor por lo que su papa hizo —dijo Jane
—Pero fue su padre, Nicolás no tiene la culpa —dije haciendo una mueca con mi boca.
—Si lo sé, tu papa es muy recto —dijo Jane como si le tuviera miedo.
—Si, es un gruñón —dije con una risita.
Comenzamos a caminar, llegamos hasta la feria sin darnos cuenta.
—Te gusta mi primo ¿No es cierto? —cuestiono mirándome, elevando una ceja.
— ¡Claro que no! Es muy guapo, no voy a mentir, pero no me gusta, además, es muy raro conmigo —dije rascando mi cabeza—. Si te cuento lo que paso hoy ¿No le dices a nadie?—
—Lo prometo —dijo levantando la mano en forma de promesa.
—Me dijo que si lo besaba, me diría porque mi padre no quiere ver a Nicolás —confese encogiéndome de hombros.
—No lo puedo creer, Austin es raro pero nunca le pediría eso a una chica a menos...—
—¿A menos que, qué? –cuestione desesperada de escuchar lo que seguía.
—A menos que en verdad le atraiga, él está acostumbrado a pedir algo a una chica y que ella se lo de —dijo Jane quitada de la pena.
—No creo, quiero decir mira a su novia no tiene ni un cabello que tenga yo –dije echando mis manos al aire.
—¿De que hablan? Mi amor –dijo la inconfundible voz de William
—Aquí Mackenzie que en pocas palabras dice que no es bonita –dijo Jane volteando a ver a su novio dándole una probada de labios.
—Oh vamos Mackenzie claro que eres muy bonita –dijo William amablemente.
—Pues gracias, William.
Seguimos Caminando y en el camino me encontré con dos caras muy familiares, eran Nicolás y James
Rápidamente me acerque a Nicolás para seguido escabullirnos entre la multitud de gente que había en la feria.
—Ya sé por qué mi padre no te quiere en la casa –le dije muy cerca.
—Si, no te quería decir por qué creí que te molestarías conmigo –me dijo sin mirarme.
—No creo que una apersona se pueda molestar con alguien como tu –dije sonriendo.
—¿Entonces seguiremos siendo amigo, como si nada hubiera pasado? –pregunto con cara de preocupación.
—Como si nada hubiera pasado –repetídándole un abrazo.
Era imposible poder molestarse con Nicolás, si es que eso podría ser posible. Comenzamos a buscar con James que por cierto lo habíamos dejado con una chica no tuve tiempo para preguntas antes pero ahora ya lo tenía y podíamos tal vez pasar un rato juntos.
—Hola Mackenzie, te presento a mi novia Danielle–dijo apuntándome con su mano, mientras la chica se acercaba a mí.
—Hola mucho gusto –dije contestando a su beso en la mejilla como saludo, una chica muy hermosa, cabello largo, de piel blanca y una sonrisa muy tímida.
—¿Qué hacemos? –pregunto Nicolás, interviniendo el momento.
—Vayamos a los juegos –sugirió James, mirando esa temible montaña rusa.
—Ni loca, odio las alturas –dije sintiendo un hueco en mi estómago, el miedo comenzaba a manifestarse.
—No vas a salir con la típica excusa –dijo Nicolás, tomándome de la cintura llevando a hacer fila.
—No creas que sonreírme, y abrazarme me hará cambiar de opinión –dije al blanco atractivo.
—Vamos soy encantador, si te beso la mejilla apuesto a que dirás que si –dijo incrédulo.
—No voy acceder a eso –conteste a su divertido comentario.
—Vamos Mackenzie será divertido –dijo James
—No pasa nada, lo prometo –dijo la pequeña novia de James.
Me eche a correr en cuanto deje de sentir los brazos de Nicolás en mi cintura, y comencé a reírme cuando mire que este me perseguía muy de cerca y empecé a hacer a un lado a gente que me estorbaba en el camino, no dejaría que Nicolas me alcanzara, no iba subir a la montaña rusa por más que me lo suplicara, corrí hasta llegar a la playa puesto que quedaba muy cerca de ahí y mis piernas me pedían a gritos un breve descanso y mi pecho me pedía aire, así que me detuve.
—Eres rápida– dijo Nicolás
—Un poco, pero me canse demasiado– dije con mi mano sobre mi pecho, respirando repetidas veces.
—Entonces no podrás evitar que te lleve en brazos– dijo inclinando su cuerpo para tomarme de las piernas.