Entre a la casa y mi padre estaba en la sala, al parecer esperaba por mi así que fui y me senté en el sillón frente al de él.
—Ya sé por qué no quieres a Nicolas aquí —mencione rompiendo el silencio.
—No lo vuelvas a traer —dijo con una mirada amenazadora.
—Ya se también porque lo hizo, el señor Charles solo quiere salvar a su esposa, ¿Qué acaso no sabes lo que es amar a una persona? ¿No hubieras hecho tú lo mismo por Patricia? Pero claro el 'hubiera' no existe —dije recargando mis codos en mis rodillas.
—En realidad, si lo 'hubiera' hecho, pero al menos pudo haberme pedido el dinero prestado —dijo pareciendo insensible.
—No puedo creer que en realidad hayas dicho eso —dije mientras rebotaban cada una de sus palabras en mi cabeza—. Buenas noches.
No dije más me fui a mi habitación lo antes posible, antes de que fuera tras de mí y de seguro diera un sermón de padre responsable.
Ese líquido salado que sale de los ojos cuando estas triste, comenzó a hacerse presente en el momento y no pensé en llamar a nadie más que a mi mejor amigo, ese que sabía perfectamente la persona que soy, mi caja de secretos, mi cómplice en todo aquello que hacía mal, mi hermano, mi otra mitad, ese era Harry
—¿Harry? —dije con voz ahogada.
—¿Mackenzie? ¿Qué tienes? Se que estas mal, puedo escucharlo en tu voz —dijo el tan seguro.
—Harry, mi padre es un idiota, mi madrastra ni hace nada por conocerme, la novia de Austin me empieza a hacer la vida de cuadritos, y mi hermanastro es un estúpido —dije mientras limpiaba una lagrima que se atravesaba por mi boca—. ¿Qué tan rápido crees que puedas llegar a Bradford?
—Por ti, mañana mismo estoy ahí —escuche su hermosa voz.
—No tienes idea de cuanta falta me haces, estoy tan confundida aquí. Eres el único que sabe bien quien soy —dije soltando aire mientras sentía arder mis ojos.
—Escucha linda, mañana nos vemos y me platicas todo —dijo lentamente—. Te amo, ahora descansa.
—Hasta mañana Harry —le dije a mi mitad faltante.
Colgamos, y me levante en busca de mi pijama lo único que quería era dormir y estaba impaciente por que llegara el día siguiente. Las horas pasaron como nada y sin darme cuenta el sol ya estaba asomado en mi ventana, no podía esperar más y me levante rápidamente para arreglarme hoy llegaría Harry y no podía estar más desesperada.
—Pero no sé quién es usted —decía Mo discutiendo con alguien en la puerta.
—¿Qué pasa aquí? —llego mi padre mirando a esa persona, seguí caminando hacia la puerta tratando de visualizar claramente que era lo que pasaba.
—Hola señor Morrison, soy amigo de Mackenzie—escuche las voz de Harry, e inmediatamente me acerque.
—Déjenlo entrar, viene conmigo —dije tratando de quitarlos de la puerta para que lo dejaran pasar.
Ellos asintieron en silencio.
—¡Harry! —dije acurrucándome entre sus fuertes brazos, mientras en me elevaba.
—Como te he extrañado enana —dijo dejándome con los pies en el suelo, y la razón por la cual me dice así porque es más alto que yo.
—Ven pasa, vayamos a mi recamara —le dije casi corriendo escaleras arriba con el de la mano.
Al llegar Harry se recostó en la cabecera estirando las piernas, mientras yo me puse boca abajo justo a un lado de él.
—Cuéntame —dijo Harry con una sonrisa.
—De acuerdo, tengo un nuevo amigo su nombre es Nicolas es un chico increíble, su madre tiene cáncer y mi padre no lo quiere ni ver por qué su papa casi deja en banca rota su empresa —comencé a contar.
—Continua.
—La novia de Austin me ha puesto en ridículo frente al pueblo dos veces ya y no quiero terminar golpeándola —reí.
—Al final solucionamos todo —dijo Harry casi con una risa.
—Y Austin, bueno el primero está bien conmigo y después se comporta raro —dije enchuecando mi boca.
—Bueno, no creo que tenga el derecho de ser malo con Nicolas, la novia de Austin no sabe con quién se está metiendo y Austin bueno ese si se mira que es medio raro, cuando vine me di cuenta —dijo asintiendo con la cabeza.
Así era Harry de pocas palabras, pero dándome por mi lado todo estaría bien.
Bajamos pues Harry había manejado varios kilómetros solo para verme y yo aun no desayunaba.
—Ven vamos te preparo algo para comer —dije abriendo la puerta para bajar a la cocina, pero María ya estaba preparando algo así que nos esperamos.
—Comamos en la mesa —dijo mi padre caminando al comedor.
—Vamos —me dijo casi al oído Harry, fingiendo miedo.
—¡Austin! ¡Hijo, hora de desayunar! —grito Patricia como si le llamara a un niño de 5.
—Buenos días —dijo Austin llegando—. Ese es mi asiento.
—Oh perdón —dijo Harry casi levantándose, entonces lo baje del hombro haciendo que se sentara de nuevo con fuerza.
—Oh vamos Austin te puedes sentar de aquel lado —dije mirándolo, queriendo matarlo con la mirada.
—Ese es mi asiento desde siempre —replico Austin
—Oh por dios, que infantil —dije levantándome y levantando a Austin
Sin discutir más, nos pasamos a los otros asientos y finalmente pudimos comer sin que nadie dijera una palabra, era tan incomodo que la presión podía ser cortada con una navaja.
Estábamos en la parte de atrás de la casa, Harry me platicaba como es que las cosas van con los demás chicos con los que solía juntarme.
—Sharon ahora es novia de Josh —dijo casi riendo.
—Después de que anduvo con su hermana —dije soltando una carcajada.
—Si no puedo creer que accediera a eso —dijo Harry, acariciando mi cabello.
—Pero que adorables —dijo Austin detrás de nosotros.
—¿Qué quieres Austin? —pregunte sin mirarle.
—Nada, miro que están pasándola muy bien y como estoy aburrido —dijo sentándose junto a mí.
—Claro, siéntate —dijo Harry entre dientes.
—¿De qué quieres platicar? —cuestione volteando mi mirada a la de él.
—Sola una pregunta —dijo.
—¿Qué cosa? —dijo Harry encogiendo los hombros.
—¿Te gusta Mackenzie? —pregunto mirándolo directamente a los ojos.
—Y si fuera así ¿Tienes algún problema con eso?...