CAPITULO 19

Nos sentamos en la orilla del lago en silencio... me quedo pensando en todo lo que me ha dicho Adrián y así mismo Liz, se que tienen razón, pero prefiero ser miserable antes que ver sufriendo a mi madre, la mujer que me dió la vida, que es la razón de que yo este bien, que este viva... ella es mi punto de fortaleza, y si ella se derrumba... yo también lo haré... verla llorar de nuevo o de la forma en que estuvo cuando papá se fue... seria una tortura, yo tuve que ser fuerte por mucho tiempo, debia ser fuerte por mamá, por mí... solo eramos ella y yo... yo estuve para ella ese periodo de tiempo en el que lo necesitaba... la apoye en sus decisiones... ella salió adelante por mí, y yo lo hice por ella.

Él rompe ese silencio, y sigue con el mismo tema, la verdad debería ser psicólogo, tiene un don para ello.

-¿Sabes?, en un pasado... pase por una situación bastante dificil para mí, amé demasiado a alguien, pero las cosas no se pudieron dar, nos amabamos demasiado, tanto así que nuestro amor destruyó y superó todas las barreras existentes en el mundo...

-No logro entenderte...-digo con honestidad.

-Ella y yo nos conocimos en un campamento, ambos eramos jovenes, no sabiamos la definición del amor, nos gustaba aventurarnos y experimentar, nos hicimos buenos amigos, pero poco tiempo después empezamos a salir, mi amor por ella fue creciendo con el pasar del tiempo, eramos como el Ying y el Yang, encajabamos a la perfección el uno con el otro... tan opuestos que nos complementabamos... pasaron los días y nuestra relación mejoraba cada vez más, era perfecta, casi nunca discutiamos, y las veces que lo haciamos siempre lograbamos arreglar las cosas sin llegar a nada que pudiese afectarnos, el campamento iba a terminar, pero ella y yo acordamos seguir viendonos y visitandonos todos los fines de semana... cada que llegaban los viernes nos poniamos ansiosos por vernos, era como estar en el paraíso...

-Si todo era tan perfecto....¿que pasó?- pregunto un poco confundida y queriendo que continue su relato.

-Bueno... resulta que mi madre enfermó, casi no teniamos tiempo para vernos, pero ella me apoyaba y no le importaba en lo absoluto ese hecho, por el contrario decia que mi madre me necesitaba y que ella esperaria para cuando yo tuviese tiempo... se lo agradecí de todo corazón, porque lo que más necesitaba en ese momento era estar con mi madre, el doctor le determinó solo unos días de vida... tenia que aprovecharlos al máximo... pasaron esos días y mi madre murió... ella vino al funeral, estuvo como un soporte para mí...aún se lo agradezco...le quedé debiendo tanto...y nunca se lo podré compensar...en ese tiempo ella habia empezado a presentar problemas...no solo en casa sino en la escuela...y yo solo la alejé...ella estaba muy rara...distante...de repente un día apareció con marcas en su muñeca...dijo que no era nada, y yo lo dejé pasar...fui un idiota...ella habia empezado a lastimarse...se cortaba, se mordía, se golpeaba...empezaba a tener frecuentes ataques de ansiedad, se desesperaba y estresaba fácilmente...yo no le decia nada, porque no queria que tuvieramos problemas en nuestra relación....un día...ella estaba sola en casa...me llamó muy desesperada...estaba llorando...hablaba demasiado rápido...decia muchas incoherencias juntas...yo le dije que no se alterara, que ya iba para allá...me fui lo más rápido posible...cuando llegué, toqué muchas veces, pero no hubo respuesta...abrí como pude y subí rápidamente las escaleras, entré a su habitación y no la encontré, fui a su baño...y ahí estaba ella...tirada en el suelo...de su brazo salia demasiada sangre...tenia un corte muy profundo...estaba inconsciente...-las lágrimas salen silenciosamente de sus ojos, de verdad que ha pasado por muchas cosas.-llamé una ambulancia, llegaron unos minutos después, se la llevaron al hospital e hicieron lo posible por salvarla...y lo lograron...ella vivió, fue a terapia...terminamos...esto se estaba volviendo dañino para ambos...seguia a su lado, pero no como su pareja...después de apróximadamente un mes, ella tuvo una fuerte recaída...pero esta vez...llegué demasiado tarde...se lanzó de la terraza del edificio donde ibamos ambos los fines de semana que nos visitabamos cuando eramos novios...haberla perdido fue algo demasiado trágico en mi vida...me sentí vacío...estaba tan afectado por su muerte y la de mi madre...que también asistí a terapia...fue la única forma de salir del abismo en el que me habia caido...del mar en el que me estaba hundiendo...de la oscuridad en la que me habia perdido...del mundo roto en el que estaba viviendo...

-Yo...lo siento mucho... realmente no se que decirte...has tenido una vida demasiado dura como para compararlo con mis pequeños problemas de amorios...

-No digas eso...como te he contado, a veces lo que empieza como pequeños problemas, se puede convertir en el huracán que arrasará con todo en tu vida... y que te puede llevar a la perdición...- dice secando las lágrimas que salen de sus ojos y recorren sus mejillas.

-Gracias, por confiar en mi... 

-No hay de que.... 

Silencio y tranquilidad es lo que habita este lugar, después de un rato él empieza a quitarse la ropa y de tira al agua, me mira y yo me quedo sorprendida. 

-El agua esta deliciosa, vamos, entra. 

-Nooo, tengo frío. 

-A las buenas o a las malas. 

-Ni se te ocurra. 

-Tú lo has querido así. 

Dice antes de salir del agua y agarrarme por la espalda, me tira incluso con la ropa puesta, no puedo enojarme, pero tampoco me agrada la idea de tener que estar mojada todo el rato. 

-Imbécil, ¡¡¡me has mojado la ropaa!!! 

-Jajajajajajaj. 

Él no deja de reírse y yo le doy una mirada fulminante. 

Nos ponemos a jugar y a tirarnos agua, perdemos la noción del tiempo, tanto así que de repente estamos sentados uno al lado del otro, mirando como el cielo se torna de muchos colores, anaranjado, rojizo, amarillo, un leve tono Rosa que hace que se vea aun más increíble de lo que ya es.