Si fuera, solo una palabra sería tu nombre, tú mi todo,
Gregory se encontraba de pie en un boulevard de la zona céntrica de la ciudad. Terminó su cigarrillo, y comenzó a pensar en sí mismo. Quería que la salida fuera especial. No solo una mera cita de amigos. Júpiter, me gusta Luna, y no me salen las palabras para enamorarla. Entonces haz hechos que vengan del corazón le dije. Intenta y se te caes te levantaras, no es algo que no se pueda resolver. A todos nos aterra cada momento crucial, y la mente nos juega muchas tretas para infundirnos temor a lo desconocido, pero es solo cruzar ese puente. Una vez que estés del otro lado, te sentirás aliviado sea cual sea el resultado.
Siempre fui racional para dar una respuesta a una pregunta, que fuera romántica. El miedo de Gregory es el rechazo a su ataque. Para alguien que lo haya experimentado, sabe bien que una derrota no es la guerra perdida, y si lo fuera habrá otras guerras que lidiar.
Alguien me ha dicho una vez. “Siempre vendrá alguien nuevo. Y ese alguien puede ser el indicado. El universo es fantástico. No importa de dónde llegue, llegará”
Gregory estaba por sacar su paquete para fumarse otro cigarrillo, hasta que apareció Luna.
Llevaba unos jeans, con sus lentes de científica. Hasta siempre había usado lentes de contacto. Su cabello suelto, su mirada, con un labial en su boca rosa. Una camisa, y un sacó de lana común y corriente como le gusta vestirse a ella. Unos zapatos de taco para llegar a la altura de Gregory. Eso quizás sea bueno.
Fueron caminando. Ella con sus manos detrás mirando todo alrededor, y él con las suyas en los bolsillos. Estaban en silencio.
Gregory se alegró, y fueron de inmediato hacia allí. Él como todo caballero pagó las entradas.
Al ingresar caminaron por unos puestos de comida.
Había muchas personas en los puestos. Cuando ellos llegaron, luna con su belleza era admirada por todos los hombres que la veían llegar sobre todo por su busto desarrollado. Gregory no sabía que decir mirando a cada tipo. Al llegar compraron dos copos, y así continuaron la cita. Había otros puestos de carnes, de malteadas, chocolates, helados. Algunos de juegos.
- se dijo asimismo
Luego de parar en un puesto de comida rápida, ella no le quitaba la vista a una maquina de esas que tiene osos de peluche en su interior, y deben ser sacados con una pinza. Fue
hacia ella, y miraba un peluche que estaba muy escondido entre otros. Gregory no tardo en poner una moneda.
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Editado: 09.11.2024