- Logan - llamo saliendo de cuarto yendo a la sala - Logan.
- dime Mía - aparece de la nada y pegó un salgo tocando mi corazón.
- debería ponerte un collar que aga ruidos, ¿sabes dónde está Eder? - se encoge de hombros - Logan, entiendes que no puedo encariñarme con ninguno, ¿verdad?
- lo único que yo entiendo es que Eder es un soldado fiel Mía, él le es fiel a la familia Maldonado.
- lo sé, pero entiende que no puedo dejar que pase lo que pasó contigo- me siento en el sillón y subo mis pies, golpeó en lugar vacío junto a mí y él niega- vamos Logan- hago puchero y se sienta a regañadientes
- disculpe señora - aparece Eder - abajo está Máximo Ortega - Logan se para automáticamente.
- dile que me espere un momento - él asiente - ve al cuarto no salgas por nada.
- Mía - gruñe- ese bastardo intento lastimarlo
- lo sé, pero necesitamos saber que tiene en mente - niega repetidas veces - confía en mí.
- en él no confío Mía si te pasa algo...
- no pasará nada, Eder está en todo momento conmigo.
Al final lo convencí y se fue a mi cuarto, no me conviene que máximo lo vea, no confiera en mí - belleza- dice entrando - siempre tan hermosa.
- hola guapo - deja un beso en mi mejilla - Eder ve a la cocina si necesito algo te llamo - se va sin decir nada - pasa, ¿quieres todo algo?
- whisky - asiento sirviendo su trago - gracias, hermosa.
- ¿qué te trae por estos rumbos?- pregunto tomando haciendo junto a él.
- me enteré de que estabas aquí, quería saber ¿cómo estás? Me pongo a tu disposición y a mis hombres también.
- gracias, guapo - tomo su mano - pero no es necesario, estoy con loshombrede confianza de Nicolás, no estaré mucho tiempo aquí
- ¿viniste a verlo?- asiento - me imagino que se encuentra mejor.
- está como puede - él parece satisfecho - es un hombre fuerte y se recuperará y cuando pase será el momento de pedirle el divorcio.
- ¿te vas a divorciar? - asiento - me da mucho gusto, eres mucha mujer para él - sínico - siempre lo fuiste.
- tengo muchos planes.
- ¿cómo cuál?- veo curiosidad en su mirada engreída
- quedarme con la fortuna de los Maldonado - sus ojos se iluminan.
- Mía hagamos negocio- algunos Hombres en este negocio son tan tontos ante una mujer.
- ¿como cuál guapo?- pregunto jugando con su corbata
- te quedas con su dinero y yo con sus negocios- levanto la ceja - seamos socio.
- máximo, yo no sé nada de los negocios que tiene Nicolás - digo inocente pasando la mano por su brazo
- puedo manejarlos por ti, seríamos socio, yo controlaría su territorio.
- déjame pensarlo, ¿sí?- asiente con una sonrisa - siempre tan guapo y ayudándome.
- eres importante para mi hermosa - sonrió coqueta- que tal si revivimos viejos tiempos.
- me encantaría, pero mi seguridad le rinde cuentas a Nicolás - llevo mis manos a su corbata apretándola un poco más -no me conviene que sepa de esto - deja un beso en la comisura de sus labios.
- tienes razón - mete su cabeza en mi cuello y dejando besos que me dan arcadas - te llamaré mañana
- claro - se para y yo también para acompañarlo a la salida- adiós guapo - cierro la puerta y me apoyo en ella.
Eder sale de la cocina y le hago señas para que no diga nada, camino hacia al cuarto, él viene atrás mío - lo mataré- dice Logan enojo - quiere usarte para tener nuestro territorio.
- Logan cállate - digo en susurro - el desgraciado puso un micrófono en la sala mientras le servía el trago- suspiro recostada por la pared - Eder quítalo está en el sillón entre los almohadones.
- ¿qué tienes en mente?- sonrió negando - te conozco, tienes la misma mirada que el cuándo aras una locura.
- te daré el gusto de matarlo cuando todo termine.
- listo señora - asiento - ¿necesita algo más?
- mi chocolate - él saca de su traje una barra y deja el vaso con agua y dentro el micrófono - gracias - suspiro al momento en el que mis náuseas se controlan
- tenemos que volver de inmediato a Turquía - dice Logan.
- luego de que se mejore- asiente y miro a Eder - asegúrate de que no haya nadie vigilando
- si señora- se va dejándome sola y un momento después Logan también se va para que descanse.
Pase una muy mala noche como en los últimos meses, al amanecer el abogado me avisó que Nicolás despertó y puedo verlo, camino al hospital compré su café favorito- hola señora-
- ¿puedo verlo?-asiente con una gran sonrisa
- señora el coronel quiere interrogarla - ruedo los ojos
- as lo que tengas que hacer, pero no tengo ni tiempo ni gana.
- si señora- desaparece de mi vista y lo agradezco me generan un mal humor.
Entramos al hospital y veo más hombres que ayer resguardando a mi querido esposo, pasamos la seguridad y en todo el camino veo a todos mis excompañeros - buen día, coronel
- señora Maldonado, que gusto verla
- no puedo decir lo mismo por desgraciada.
- me gustaría que mis hombres y por supuesto yo le pudiéramos hacer un par de preguntas.
- hablé con mi abogado- camino hacia el cuarto.
- Mía - se interpone en mi camino - no me hagas usar la fuerza.
- coronel no me haga reír - Eder está interfiriendo para que no se acerque más - usted me toca un solo pelo y su carrera se acaba y no solo eso su vida también
- apártese- Eder lo pide amablemente, pero él no se mueve - no me haga usar la fuerza.
- tranquilo Eder - pongo mi mano en su hombro- yo creo que es un hombre inteligente.
Se mueve y sonrió poquito, miro de reojo a mi acompañante y él asiente - hola - dice mi esposo con dificultad - ven siéntate aquí- me acerco muy despacio
- ¿cómo te encuentras?- le pregunto en voz baja
- mejor ahora que te veo - sonríe débilmente - ¿cómo estás Hazinem? - muevo la cabeza - ¿cuéntame qué estás haciendo?
- no demasiado de hecho - tomo su mano - me dieron de baja hace unos meses, me mudé a Hawaii y luego me enteré lo que te paso y volví.
- ¿solo por mí? - asentí, pero no le digo nada de mi pequeño secreto- no lo merezca gracias - intenta incorporarse
- no te muevas - me acerco rápido - el médico dice que no estás fuera de peligro aún - acaricia mi mejilla, me estremezco su toque siempre me afectará
- gracias - niego - gracias por lo que estás haciendo- llevo mi mano a su mejilla y él cierra los ojos - un me amas.
- no dejas de ser un hombre importante para mí - además del padre de mi hijo, suspira ampliando su sonrisa - descansar lo necesitas.
- ¿te quedarás? - asentí - ¿te puedo pedir algo?
- lo que quieras- parece satisfecho con mí, respuesta.