“Esperanza no es lo mismo que optimismo. No es la convicción de que algo saldrá bien, sino la certeza de que algo tiene sentido, independientemente de cómo resulte.”
Václav Havel
Yaroslav
-¿Y bien?- Preguntó Adara cuando nos volvimos a reunir en el salón- ¿Qué es lo primero que tenemos que hacer?- Preguntó demasiada entusiasmada para mi sorpresa.
Todos la observaron extrañados por su repentino cambio de humor, en cambio yo, miré a Paris con curiosidad. Los ojos de la guerrera recayeron en mí presencia y sentí como se encogió en su lugar, en ese instante supe que ella no tenía idea de por dónde empezar, golpeé mi frente con frustración. Si había venido hasta aquí, arriesgando mi pellejo en un grupo que prefiere verme muerto, fue porque pensaba que alguno de ellos sabía algo que nos podía llegar a servir.
Me crucé de brazos y esta vez los miré a todos seriamente, ya que de un momento para el otro, me había vuelto el centro de atención, como si lo único que necesitaran es una orden mía para empezar a desarrollar un plan que no existe. Esto debía ser una broma de mal gusto, no podía ser que ellos no supieran nada de lo que esas criaturas hacen o por lo menos donde se encuentra. Suspiré profundamente y conté hasta un millón, para luego acercarme hasta donde se encontraba Paris, de una forma amenazante.
-¿Por qué no nos dices uno de tus ingeniosos planes?- Murmuré entre dientes, muy próximo al oído de la guerrera.
-Eh… El plan… ¿El plan?- Tartamudeó un poco Paris, mientras se retorcía los dedos y buscaba con la mirada alguna escapatoria.
-Sí, Paris William. Quiero saber cuál es tu magnifico plan, por el cual me trajiste hasta aquí.- Gruñí un poco más fuerte, provocando que se tapara los oídos.
-Yo…Todavía no tenemos un plan… En concreto.- Dijo un poco avergonzada, luego de soltar un sonoro y prolongado suspiro que me puso los nervios de punta.
Perdona, ¿qué acaba de decir esta adorable criatura? Creo que no la oí bien.
-¡¿QUÉ?!- Grité a los cuatro vientos, ocasionando que todos los presentes dieran un salto en su lugar- Creí…Creí que... ¡CREÍ QUE SABÍAS ALGO!- Bramé más fuerte, con mi mano aparté a Paris del medio y tomé del cuello de su camisa a Samuel. Se suponía que él iba a saber algo, un ser tan poderoso que fanfarroneaba sus habilidades, que se encuentra en un rango mayor que todas estas criaturas, por todo eso había cruzado kilómetros hacia una muerte segura, para averiguar qué sabía él y al final fue todo en vano.
-Joder, Yaroslav.- Se quejó el Arcángel, tratando de apartar mis manos de él, pero sin conseguir resultado alguno- Sé lo mismo que tú, la ubicación de ese centro de operativo es confidencial para todos los seres, hasta para criaturas tan poderosas como nosotros. Mientras menos información circule por el mundo de ese lugar, es mejor para ellos, nadie se va a preguntar si esos cuentos que nos contaban antes de dormir son ciertos. Además se encargaron de hacer esa historia tan aterradora que nadie nunca se atrevería a buscar la verdad.- Puso sus manos en mi pecho y me alejó unos pasos.
-Pero alguien debe saber qué son, no aparecieron de la nada y decidieron matar a todos, esas criaturas siguen órdenes, un procedimiento. Alguien sabe perfectamente qué son y donde se encuentran.- Gruñí por lo bajo y golpeé el suelo con mi pie, distraídamente giré mi cabeza y observé a Paris.- ¿y tú no sabes algo de ellos? Tal vez mágicamente puedas sacar un plan de la galera.- Ataqué sarcásticamente.
-Yo… No lo sé, pero te vamos ayudar, confía en eso.-Murmuró la mitad ángel en un tono desesperado, tratando de tomar mi mano como acto reflejo, pero retiré rápidamente la mía para evitar su tacto.
-“Pues las manos de ustedes están manchadas de sangre, y sus dedos, de crímenes. Sus labios pronuncian la mentira y su lengua murmura la falsedad”-Siseé entre dientes, citando una parte de su manual de conducta.- ¿Acaso creías que por ser híbrida ibas a poder traerla con tus poderes?- Me acerqué a ella y coloqué mis dedos en su barbilla, para que alzara la cabeza y me pudiera ver bien a los ojos.- ¿Creías que esas criaturas eran parecidas a nosotros? Demonios, ángeles, sirenas…Inútiles.- Me reí sin gracia y repentinamente la tomé de la mandíbula, sin presionarla mucho- Estos seres son más poderosos que nosotros…- La miré fijamente y sonreí.- Los cuentos decían que están formados con un poco de cada ser que habita el mundo, nuestro ADN se encuentra entremezclado en su sangre.- Acaricié un mechón de su cabello castaño- ¿Crees que lo que viviste fue horrible? Entonces no puedes imaginar lo que ellos te harían vivir, con tan solo el movimiento de su pulgar, porque nada de lo que conoces se asemeja a ellos.
-Suéltala.- Sentenció Samuel tomando mi brazo con fuerza, acaté su orden con desgana y di un paso hacia atrás.
-La próxima vez que des esperanzas, por lo menos trata de cumplirlas o de ser sincera, como mínimo.- Fue lo último que dije antes de salir por la puerta principal.
Cuando estuve en el exterior, me limité a observar la laguna con atención. Pensar que aquí empezó todo y tal parece que va a terminar en el mismo lugar. Me fui acercando hasta donde se encontraba la laguna y me senté en su orilla, debía pensar las cosas con mayor claridad, a pesar de que todo se iba a volver más complejo a partir de ahora. Ellos no se iban a dar por vencidos… Y yo tampoco. Alcé mi rostro para observar el cielo.
-Las voy a encontrar y las traeré conmigo.-Murmuré a la nada- Cueste lo que cueste.
Paris
-Dios santo…-Murmuré estresada. Yaroslav tenía razón, le había dado esperanzas sin saber si las podía cumplir- Esto va a ser más difícil de lo que creí, por lo menos tenía que haber sabido quienes eran esos seres.- Me tapé el rostro con las manos, me sentía muy frustrada y tonta.
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Editado: 20.07.2020