Mi Mate, Mi Reina

Capitulo III

No la dejaremos ir.

Si ella lo es yo también lo seré 

P.O.V. ETHAN.

Bajo del carro y lo rodeó para abrirle la puerta a ella, en todo el camino a estado viendo todo con emoción y felicidad.

Entramos a la mansión, ella mira todo con curiosidad al igual que su hermano y amigo, que por cierto no me voy a poner celoso de él.

-- Repítelo hasta que te lo creas. 

Veo que mi hermano llega a nuestro encuentro. Hay no.

-- ¡Hermano! ya era hora que vinieras la reunión empezara ya.-- se les queda viendo a mi mate y a los demás con confusión -- ¿Y ustedes quienes son? 

-- Hola -- lo saluda mi mate con alegría, ¿Por que lo saluda tan alegre? -- soy Alexandra pero me puede decir Lexie. -- sonríe y mi hermano se le queda viendo.

Idiota Iker.

-- Hola Lexie, yo soy Iker -- extiende su mano para dársela a mi mate. 

No lo pienso más de una vez y me pongo en medio de ellos -- ¡Es mía! -- le advierto, no tiene por qué tocarla.

Cambia su cara de inmediato, ahora está emocionado y alegre, oh no, que no me vaya a hacer pasar vergüenza que lo mató.

-- ¡Oh, por la diosa Luna!, encontrastes a tu mate! -- algun dia tenia que pasar ¿no? -- ¡Joana! -- grita el nombre de mi cuñada, su mate y solo niego con la cabeza. Ella llega hacia nosotros algo asustada por el grito de este fenómeno llamado mi hermano.

-- ¿Qué pasa, cariño? -- pregunta.

-- El amargado encontró a su mate -- ruedo los ojos por el tonto apodo.

Joana voltea a ver donde estoy, nota que la tengo detras de mi y me empuja para llegar ella, que falta de respeto.

-- No digas nada y vigila que no le hagan nada a nuestra Omega -- dice Zayn.

Joana la abraza y Lexie le devuelve el gesto algo incómoda. 

-- Oh, por la diosa Luna, que bella eres. -- le murmura Joana, gruño por qué la están haciendo sentir incómoda -- Soy Joana mate de Iker -- dice al separarse de ella.

-- Soy Lexie, ellos son Matt mi hermano y Nicolás amigo nuestro -- señala a cada uno. Ellos tan solo sonríen, al parecer también están incómodos.

Ya me aburri, además la quiero solo para mí, mejor me interpongo entre ellos.

-- Bueno déjela ya, ellas es mía -- alejó más a Joana de ella y veo como ríe por mi reacción.

-- Hermano -- pongo mi atención en Iker -- tienes que ir a la reunión, deja a Lexie con nosotros, le mostraremos el lugar.

Pues ni modo.

-- Bueno… -- no estoy de acuerdo -- pero cuando salga de la reunión la quiero devuelta.

-- Si, si, ahora ya vete.

Me giro para ver a mi linda Omega, le doy un beso en su cabeza antes de irme a mi despacho, está será una reunión larga y lo peor, es que ninguno se pudo presentar y será por videollamada, solo faltan que no sepa ocupar tecnología.

*** 

¡Por fin la reunión se acabó! Y cómo lo supe, no sabía cómo ocupar la tecnología.

Salgo de mi despacho con una sonrisita, ya que estaré lo que resta de la noche que mi mate. Que bien se siente que por fin encontrarás a tu mate.

La fui a buscar a la sala, nada, en la cocina me encontré con Iker haciendo unas palomitas. 

-- ¿Sabes dónde está Lexie? 

-- En tu cuarto, no ha salido desde que la llevaron para ahí -- mi sonrisa se agrada más si es posible. -- me da miedo que sonrías.

-- ¿Por qué? 

-- Nunca los has hecho, hasta ahora. 

-- Es bueno ¿O no? 

-- Si que lo es, ¿Se la presentarás a nuestros padres? -- y mi sonrisa decae.

-- No. 

-- De toda manera se enteraran por tercera persona sino lo haces tú.

-- No lo haré, ella es una Omega, ¿Qué crees que harán? Si por poco no matan a Lukas por ser hijos de Omegas. ¿Que le puede llegar a pasar a ella? -- con tal solo pensarlo y decirlo en voz alta me da escalofríos y miedo.

Él se queda un momento pensando -- Tienes razón, pero aún creo que tal vez algún día sepa que no es malo ser un Omega. 

-- Cuando eso suceda el infierno se congelará. 

Él sonríe de lado -- Ve con tu Omega.

-- Ni se diga dos veces.

-- Ah, y Ethan, -- lo miro -- no la cagues. 

Rio y salgo de la cocina para subir las escaleras, entro a mi cuarto, solo que ahora será nuestro.

Está acostada en la cama y viendo algo en la TV. Me acerco a la cama, quedando a un lado y noto que está viendo una caricatura, una que también le gusta a mi sobrino, Saúl.

-- ¿Te gusta eso? -- pregunto, es raro ver que a un adulto le siga gustando esas caricaturas.

-- Obvio que si y a ti ¿No? 

-- No -- su cara cambia a una de horror como si lo que acabo de responder fuera lo peor del mundo.

-- ¿Que? -- se le arruga la nariz y me parece un gesto adorable -- O no, ahora te tiene que gustar, ve siéntate haremos un maratón para que te guste. 

No creo que me llegue a gustar una así pero si eso significa pasar tiempo con ella, no tengo ningún problema.

Ella se hace a un lado para que yo me avise junto a ella -- ¿Que tendré a cambio? -- le pregunto y me acuesto junto a ella.

-- Mmmm -- lo piensa -- podrás dormir en la cama.

¿Que? 

-- ¿Qué caso no nos dejaría? 

-- ¿Que acaso no me ibas a dejar? -- pregunto confundido.

-- Nop -- dice como una niña pequeña y sonríe, yo niego con diversión y sonrió.

Me acomodo mejor en la cama y la atraigo hacia a mi así dejando que ella ponga su cabeza en mi pecho.

Nos quedamos así hasta que escuchó cómo su respiración se calma, está dormida, paso mi mano en su largo cabello y la olfateo un poco, me encanta como huele.

-- No la dejaremos ir -- dice mi lobo.

-- Claro que no.

***

P.O.V MATT.

-- No me gusta.

-- Pero ahora es su mate, y tú no puedes hacer nada Matt -- dice Nicolás que está acostado en su cama y yo en una silla que está a un lado.




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