Es un abrazo
P.O.V. ETHAN.
Acaricio el pequeño vientre de Lexie, tiene un mes, hoy es nuestros último día aquí en la playa, la traje aquí como luna de miel por que ella le gusta el mar, y mi esposa se merece todo lo del puto mundo.
Su pequeño poco abultado, estoy muy emocionada, un mes más y sabré que son, algo que me ha contado los días.
Me levanto de la cama para ir a ducharme para preparar el desayuno de mi esposa. Diosa. No me cansaré nunca de decirlo, mi esposa, mía y solo mía.
Me baño rápido y me pongo un jeans azul con una camisa blanca, bajo a la cocina para preparar el desayuno, Lexie sigue dormida. ¿Cómo es que puede dormir tanto?
Comienzo a servir la comida cuando Lexie viene a la cocina medio dormida. Creo que no sabe que está en la cocina… o si.
Tocó el desayunador hasta sentarse en un taburete, recuesta la cabeza en el taburete y yo sólo la miró con una ceja levantada.
-- Buenos días amada mía. -- digo con una sonrisa.
-- Tengo hambre.
-- ¿Cuando no tienes? -- ella levanta la cabeza y me mira mal
-- ¿Acaso me estás debiendo hartona? -- pregunta enfadada.
Mierda. Ya la cagué ¿Verdad?
-- ¡En grande amigo mío!
-- No, claro que no…
-- ¡Para que sepa cómo por tres personas más! -- expresa enojada.
-- Lo se…
-- Entonces no me digas gorda. -- comienza a llorar y yo me alarmó, mierda. Ahora se ha levantado más sensible.
Nota mental: no molestarla cuando ande sensible.
Rodeo el desayunador para abrazarla pero ella se aleja.
-- Perdón, Lexie, no quise decir eso.
-- Si quisistes -- lloriquea.
-- Perdón, perdón.
-- ¿Por qué me dices gorda? -- pregunta entre lloriqueos. Mierda, esto va a ser una lección, ser más cuidadoso cuando esté sensible.
-- No te quise decir así, eres muy hermosa, ya seas delgada o gorda. Yo te amo así. -- ella deja de llorar pero se pone a reír.
Ok, estos siete meses no se como voy a ser con todo lo de cambio de humor. Necesitaré ayuda para esto.
-- ¡No sé por qué me río! -- dice entre carcajadas y comenzó a reír yo también, es muy contagiosa su carcajada. Luego de unos cinco minutos de risa por fin páramos, más bien ella para.
Corre a mi y me abraza -- Si después de este embarazo no me pides el divorcio, en serio que me amas. -- río.
-- Olvidemos eso y mejor come. Tenemos que regresar a la mansión.
Ella se vuelve a sentar en el taburete y yo dejo salir un suspiro.
-- Si después de esto no nos volvemos locos será un milagro. -- cometa mi lobo.
Niego divertido y le paso a Lexie su desayuno, junto a dos sandwich apartes, si, al parecer es lo que le encanta comer, sandwich. Al menos no ha tenido antojos raros.
Ella comienza a comer mientras tarea una canción, que para ser exactos no se cuál.
-- Ethan.
-- ¿Mm?
-- ¿Le dijiste a tus padres que vas a ser padres? -- dejo de comer para mirarla, remueve su comida con nervios.
-- No -- digo simple.
-- ¿Pero lo sabrá ya?
-- Tal vez -- sigo comiendo -- No quiero hablar sobre ellos y no toques más el tema. -- ella no dice nada y se levanta del taburete, recoge su plato y lo deja en el lavado, la sigo con la mirada.
En cambio ella la tiene mirado al suelo, dejó salir un suspiro. Toca la puerta y ella sale corriendo mientras grita: yo voy.
Tomo mi cabeza entre mis manos.
-- No debiste ser duro con ella. No tiene la culpa, ahora levanta tu culo y ve a pedirle perdón.
-- Si, ya voy.
Me levanto del taburete y sigo su al
aroma, está en la puerta hablando con alguien, me acerco y hasta quedar detrás de Lexie.
-- Cariño… -- dijo suavemente al ver ese hombre en la puerta.
-- Él es mi esposo -- dice ella.
-- Solo le comentaba a la señorita sobre la fiesta de mañana, están invitados si lo desea.
-- No podemos. Hoy nos vamos. -- responde antes que Lexie.
-- Oh, está bien. Entonces lo veremos en otra ocasión. Pase feliz día -- con eso se va, Lexie se da la vuelta quedando cara a cara.
-- Sigues enojado -- baja la cabeza.
-- No estoy enojado.
-- Ni contento.
-- Estoy feliz, tengo muchas razones para estarlo -- le levantó el mentón y le dejó un beso en la mejilla -- Estoy casado con la mujer perfecta y muy pronto tendré tres hijos. Eso me hace feliz.
-- Te amo aunque seas un amargado.
-- Y yo con tus cambios de humor -- ríe y me da un beso, hago que entremos y cierro la puerta, primero la haré mía antes de irnos. Nomás digo.
***
La ayudo a bajar de la camioneta, ya llegamos a la manada, para ser más exactos a la mansión, son las ocho de la noche, puede que con Lexie disfrutemos más las últimas horas a solas.
Saúl viene corriendo a nosotros cuando nos ve, más bien a los brazos de Lexie, pero no dejo que lo levante, ella no debe de hacer fuerzas.
-- Saúl, ya hablamos…
-- Tía Lexie no debe hacer fuerzas -- me esquiva y va abrazar a Lexie, quien le besa las mejillas. Que envidia. -- Te extrañe tía.
-- ¡Oye! ¿Y yo?
Él me voltea a ver -- Tío, tu no me haces galletas como tía Lexie -- lo miró indignado y Lexie solo ríe a carcajada.
-- Ya se me hacía que conocía esa voz -- dice Lukas saliendo de la mansión.
-- ¿Y los padres del mocoso? -- apuntó a Saúl, quien me mira mal.
-- Salieron a un cita y me dejaron a mi junto a Jacqueline de niñeros. -- dice enojado.
Lexie se acerca a nosotros.
-- ¡Flacucho! -- lo abraza y no puedo evitar gruñir, lo abraza con mucho cariño, Lukas no sabe qué hacer. -- Lukas acaso no sabes que esto es un abrazo?
-- Ja-Ja que chistoso. -- ella se separa y lo toma de las mejillas para apretarlas.
-- Me hacía falta molestarte -- le dice ella, Lukas la mira raro.