En ese día que me confesaste que te gustaba alguien más... cerré del "todo" mí corazón, tome distancia contigo porque la verdad si me dolía el saber que quizás nunca serías mío.
Imagine tantas escenas sobre nosotros, así como "Tú y yo contra el mundo", amándote con cada partícula de mi ser, imagine tomar tu mano, acariciar tus mejillas mientras dormías, un sin fin de cosas...
Y de la nada, todo se "rompió".
En otra ocasión donde me acompañaste a casa recuerdo que me dijiste:
—Ya estoy harto, no intentaré nada más con la persona que me gusta porque solo me confunde.
No te puedo negar que al escucharte decir eso mi corazón se acelero, incluso sentí alivió, todavía yo muy tonta te contesté:
—Ay, quizás no es nada, deberían arreglar las cosas; si realmente te gusta ve por ella.
Pero fuiste tú, quién dijo determinadamente "NO".
Con el paso del tiempo me di cuenta de que fuimos conviviendo más, pláticabamos demasiado sobre nuestras familias, gustos, aficiones, secretos... de todo un poco.
Fue ahí donde valoré realmente más tu amistad, de verdad todo iba tan bien hasta que un día que estábamos en la playa, frente a esa fogata... rodeados de estrellas y abrigados en esa noche tan inolvidable.
Aún recuerdo muy bien tus palabras:
—Tengo que confesarte algo... me canse de buscar por todos lados, ¿cómo pude ser tan ciego?, siempre te tuve aquí y te ignoré, no te vayas a asustar... pero la verdad es que estoy empezando a tener sentimientos por ti, y creó que me gustas. No tienes que decir nada ahora, solo quería expresártelo.
¡Era mi momento de brillar!, podía simplemente decirte: ¡Siempre me has gustado!, ¡Eres mi crush desde que te conocí!, ¡Y yo ya estaba enamorada de ti! (que bueno que no lo dije en ese momento).
—No sé que decir, no puedo darte una respuesta ahora.
CONTINUARÁ...