Al terminar mi almuerzo, volvimos a nuestro lugar de trabajo y proseguimos con nuestros asuntos.
Mientras evaluaba unos presupuestos de unas obras en Valencia, mi celular comenzó a sonar. Al ver el identificador era una llamada de mi novio.
-Alo hermosa, ¿cómo estás? -pregunta James desde el otro lado de la linea.
-Hola amor, bien ¿y tú? ¿Cómo estuvo el viaje?
-Bien, llegué algo cansado, ahora estoy en el hotel. Hoy me acostaré temprano y ya mañana arrancaré con los negocios.
-Bien. No hace un día que te fuiste y ya te extraño. -Le digo haciendo puchero como si me estuviera viendo. Clara me observaba y se reía.
-Yo también te extraño, hoy arranca nuestra cuenta regresiva.
-Es verdad. -Le digo con resignación y una sonrisa forzada.
-Vas a ver que cuando menos lo esperes, yo ya voy a estar ahí a tu lado.
-Si, lo sé amor. -La verdad es que estaba acostumbrada a que estuviéramos prácticamente casi todo el tiempo juntos y ahora que se había ido, me sentía rara sin él.
-Y te compré un regalo, sé que te va a encantar. -Dios, como amaba escuchar su voz sexy por a través del teléfono.
-¿Qué me compraste?
-Se que no te gustan las sorpresas, pero aguántate cariño. -Él sí sabe como ponerme ansiosa.
-Vale, total son solo cinco días.
Mientras conversábamos, del otro lado se escuchó un golpe de la puerta.
-¡Voy! -Gritó- Cariño, debo irme hermosa. Más tarde te llamo.
-De acuerdo amor, hasta luego.
Colgamos ambos a la misma vez, y yo volví a mis quehaceres.
V d James:
Luego de subir al avión, me acomodé en uno de los acientos de primera clase, y unas de las azafatas me trajo el café, -si bien había desayunado con mi novia en casa, sentía que no me había despertado del todo aún- una vez que despegamos.
Mientras leía el periódico, Mara revisaba en su agenda las reuniones con inversionistas que tendría lugar al día siguiente. La constructora en la cual trabajo es multinacional y cada tanto yo al igual que los otros directores como el caso de Marcos, el cual está sentado unos asientos más atras, debemos ir a revisar que todo esté en orden.
Cuando llegué al hotel, lo primero que hice fue llamar a mi novia. Realmente la extraño. Estoy acostumbrando a que estamos casi todo el tiempo juntos. Mientras conversábamos, Marcos llamó a la puerta de mi habitación para decirme que bajáramos a tomar algo al bar del hotel.
Una vez que llegamos, le pedí al mozo un wisky doble con hielo y nos sentamos en la barra.
-Tranquilo James, ella está bien. -Me decía Marcos mientras me palmeaba el hombro. Los demas directores ya se habían enterado de mi relación con Laura.
Sabía que ella estaba bien, porque había despedido al imbécil de Dereck. Así que no debía preocuparme.
Luego de esto, subí a mi cuarto, y me recosté un rato hasta la hora de la cena, pues ese día tendríamos libre.
Como aún era temprano para cenar y le había prometido un regalo a Laura, salí a recorrer un poco para ver que le podía regalar.
Entré en una joyería y encontré una pulsera de oro y plata con su
inicial, la vendedora la guardó en una caja y la envolvió. Luego de que pagué, volví al hotel.
V d Laura:
Luego de llegar a casa, me encontré con Miriam, la saludé y fui derecho a dejar las cosas al mi guardaropas.
Luego de tomar una ducha, me puse una de las camisetas de mi novio, así por lo menos lo extrañaría un poco menos y un short.
Volví a la cocina y me puse a charlar con Miriam.
Le pedí si podíamos cenar juntas ya que no quería sentirme sola en aquella casa, así que una vez que la cena estuvo lista, nos sentamos a comer.
Una vez que Miriam se fue, me fui derecho a la cama luego de revisar el correo y poner la alarma en mi móvil.
Busqué una serie en Netflix, de entre todas, encontré 13 reasons why y me puse a verla.
Cuándo me empecé a quedar dormida, apagué la tele y me puse de costado para conciliar el sueño.
La alarma comenzó a sonar, pareció que había cerrado los ojos tan solo por dos minutos. Me vestí, cepillé el pelo, los dientes y acomodé las cosas, pedí un taxi y una vez que cerré con llave, bajé por el ascensor y esperé en el hall hasta que el taxi llegó.
Mientras el chofer se ponía en marcha, mi móvil comenzó a sonar.
Revisé el identificador, era un mensaje, pero no reconocí el número.
-"Disfruta del poco tiempo que te queda perra".
Un nudo se me formó en el estómago, ¿por qué alguien me mandaría un mensaje así?
-"¿Quien eres y que es lo que quieres?" -una vez que se lo mando espero que me conteste, pero no obtuve respuesta.
Llegué al trabajo, con el estómago revuelto m, se me habían quitado las ganas de desayunar. Ese mensaje logró alterarme, esperaría hasta que James volviera para contarle, no valía la pena preocuparlo ahora que estaba a miles de kilómetros y no podía solucionar nada. Decidí hacer que no pasó nada y comencé a acomodar mi escritorio. Me encontraba sola en la oficina ya que Clara aquel día no iría y Víctor y mi jefe aún no llegaban.
Mientras esperaba que el ordenador prendiera, llegó Víctor con su habitual buen humor.
-Buen día Lau, ¿Cómo éstas? -se acercó y me dio un beso en la mejilla.
-Buen día Vic, bien ¿y tú? -Respondo con una sonrisa ocultando mi malestar.
-Bien, con ganas de tomarme unas vacaciones. -Dice riendo.
-Hace poco volviste de ellas ¿y ya quieres irte de vuelta? -Le pregunto de igual forma, olvidando por un rato lo del bendito mensaje.
-Y viste como es esto. Es como dicen, lo bueno dura poco.
-Ay, vida, tu si que no tienes remedio. -Respondo negando con la cabeza. -¿Hay reunión hoy? -Le pregunto revisando mi agenda para constararla con él.
-Si, a las diez.
-Perfecto, voy a preparar todo entonces. ¿Almorzamos después?
-Si, apenas termines, pasate por acá y vamos al restaurante de enfrente.