Mi mocosa favorita

Capítulo 3: Isabella

 Es jueves ya y la primera semana de clases se me esta pasando volando, el campus es un caos, la cantidad de gente que hay en las clases y lo difícil que es conseguir buenos apuntes es un poco agobiante, al principio no lo entendía porque habían alumnos que se peleaban  por los asientos más cercanos al profesor, hoy lo he comprendido, He llegado  un pelón tarde a primera hora, a clase de literatura,  y  me ha tocado sentarme casi en la ultima fila y no había quien atendiese, hasta hoy no había tenido ese problema, no por mi falta de puntualidad, dado que eso no creo que pueda cambiarlo a estas alturas de mi vida, pero tuve suerte de conocer a Erik estamos en algunas asignaturas juntos y me ha estado guardando el sitio a su lado.

     Hoy no he tenido esa suerte, Erik pasó mala noche y hoy no ha venido y me he quedado sin sitio privilegiado y sin mi complice, y ahora estoy sentada al lado de tres chicos que van con la sudadera del equipo de fútbol. Os juro que no había otro sitio donde sentarme estaba la clase a rebosar y aquí estoy escuchando sandeces de un tío que no se calla, y encima no le puedo decir nada no vaya ser que con su solo brazo me mande hasta la otra punta de clase, no os exagero se parece a hulk, le falta un poco de verde por  su cuerpo y nadie los distinguiría.

    Parece que ha escuchado mis pensamientos, porque de repente se gira, me mira,  y se ríe, y yo evito su contacto visual, mi padre me decía siempre si crees que no vas a poder ganar a alguien que te rete, evita mirarlo a los ojos pero que no te vea débil o atacará, en cambio si crees que eres capaz de machacarlo ni lo dudes ve a por él. Sí, eso me lo decía mientras yo jugaba con la barbie y el action man, a pelearse, era mas de mancharme y pelear con mis juguetes que ver maquillarse a mi hermana, luego creces y te das cuenta que hubiese servido de algo prestarle un poco mas la atención a tu hermana mayor, he de admitir que soy pésima para maquillarme.

    —¿Necesitas algo?— me giro y le pregunto ya algo nerviosa.    

    —¿Porque iba yo a necesitar algo de ti?— me contesta con chulería.

    —Pues a no ser que no necesites nada o tenga un mono en la cabeza, mejor deja de mirarme, me estas empezando a incomodar. 

    Al instante se asoman los otros dos, y me miran y mi paciencia se va terminando. ¡¡Que les pasa a estos tíos!! me están mirando como si fuese un ser de otro planeta o me haya sentado en un sitio prohibido. 

Hay dios a ver si va a ser eso…¿ estaré sentada con unos asesinos y soy yo la única que no lo sabia?  no podría ser, estarían en una cárcel y no dando clases de lengua extranjera 

    Venga Isabella deja de pensar tonterías, lo único que pasa es que se creen unos dioses, si míralos,  tres chicos vestidos iguales con sus sudaderitas deportivas y que llevan escritos en la cara, chicas somos  los mejores no sumamos dos mas dos pero somos los populares.

    —Te lo tendrías que haber pensado mejor al sentarte a mi lado.—me dice hulk y dejo de pensar.    

     —¿A caso están los sitios reservados? ¿pero quienes os creéis? y si me dejáis atender os lo agradecería —digo algo enfadada girándome hacia el profesor que sigue explicando algo que no logro a escuchar.

    — Deja a nuestro amigo es un poco protector con sus cosas, pero deberías atender mas en clase— comenta el chico que esta en medio y me vuelvo a girar a contestar al monigote de su amigo y me fijo en él y el otro chico que ha dejado de prestar atención a nuestra conversación y parece que esta pintando algo en su libreta.

    —Ese era mi objetivo antes de que tu amigo hulk me molestase.

¡Mierda se me ha escapado el mote!

    Me doy cuenta en el momento que el chico que esta en medio se le escapa una carcajada. La verdad es que no esta nada mal lleva el pelo algo despeinado negro como el tizón, y los ojos de un color marrón intenso, es bastante atractivo y tiene unos rasgos muy marcados, y nada que ver con hulk, éste se le ve fuerte al igual que el que está pintando, pero nada que ver con el armario empotrado de hulk.

    — Me llamo Max y me gusta que me llames hulk así me llamaban en el instituto los niños a los que le quitaba el almuerzo.— los otros dos se ríen, y a mi no me parece de nada gracioso.

    — Me pareces asqueroso, deberían darte una buena paliza para saber lo que se siente que te hagan eso, ¡imbécil!

    El que estaba pintando se sobresalta y me mira de forma inquisidora, hay algo en el que he dicho que le ha impactado, y no puedo evitar fijarme mas de lo que me gustaría en sus labios, los tiene carnosos y cuando subo a sus ojos me pierdo en ellos, los tiene de un verde casi cristalino que cualquiera podría desmayarse solo mirando esos ojos.

    — Disculpa a Max te ha querido asustar pero es inofensivo. No le gusta que le llamen así, no eres la primera y le cabrea bastante, si algo sé es que  no le haría daño ni a una mosca, te lo puedo asegurar, todo lo que tiene de grande lo tiene de sensible. por cierto soy Adam.— me dice y por primera vez en esta conversación de lo mas rara que me ha parecido una eternidad sonrío.



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Editado: 13.09.2018

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