Capítulo 27.
{Caer y sin paracaídas.}
Yull.
La cena fue grandiosa. La familia de William es grandiosa.
Creo que Azucena ya no probara nada de lo que cocine yo, después de probar la exquisita comida de Valeri. ¿Quién lo haría? La comida de Valeri es todo lo que está bien en esta vida.
Asique decidí hacer algo por el bien de Azu y el mío, contrate a Valer con un menú para seis días a la semana. Azucena estaba feliz con la idea, o eso dio a entender, cuando engullía felizmente el segundo lato de postre. Parecía que no la alimentaban en meses.
Acuesto a Azucena en mi cama. Decidí que esta noche la pasare con ella.
— Yuyu — murmura adormilada.
—Yuyu está aquí, pequeña — susurro dándole un beso en su cabeza. Le quito la ropa y le pongo su pijama de ositos cariñositos.
La acuesto en la cama. Pongo una muralla de almohadones a los costados, para evitar que ruede y se golpe contra el piso.
Voy hacia al baño, mientras me quito la ropa. Lavo mi cara, esta vez no hago uso dl quita maquillaje. Ya que gracias a mi explosión de sentimientos deje todo mi lindo maquillaje en la remera de mi novio.
Siento que me uní más a William, me hizo sentir segura y protegida. Me trato como ningún hombre me trato nunca. A salvo y querida.
Siento que podría ahogarme en felicidad, escupir arcoíris y tirar corazones por mis ojos.
<< ¿Así de intensa?>>
No querida conciencia, así de feliz.
Feliz porque pienso que puedo tener un futuro con alguien. Feliz porque alguien me quiere, como soy.
<<Pero olvidas todos tus sucios secretos. >>
Me miro de vuelta en el espejo.
Dura por fuera y tan rota por dentro.
— ¿Seguirías queriendo me si conocieras la verdad William?
Una pregunta que me atormenta día tras día. Cada día que intento alejarme, él me acerca más. Y la verdad no quiero alejarme.
Pero sé que llegara el día en que él se aleje y me deje. Se dará cuenta del desastre que soy y se ira. Nadie nunca se queda con la muñeca rota.
Vuelvo a la habitación. Me pongo mi pijama y me acurruco junto al cuerpo tibio de la pequeña.
Estoy a segundos de dormirme. Cuando escucho mi celular sonar.
— Que se jodan — murmuro. No pienso atender.
Me acomodo mejor en las sabanas y me duermo. Esta noche no tengo pesadillas, simplemente no sueño con nada.
***
Siempre vi esas raras escenas en donde los novios llevan a sus novias al colegio. Siempre pensé que mierda cursi y babosa.
Pero como muchos dicen, nunca sabes cómo actuarias hasta que te pasa. Hasta que un día sin siquiera planearlo, estoy sentada como copiloto en el auto de William. Tengo a Azucena en mis brazos. Los mellizos van detrás hablando entre ellos.
— ¿Tu prima ira al colegio contigo? — pregunta Kevin. El tono que usa para referirse a Azucena me molesta.
— No, llevaremos a Azucena hasta su guardería. Luego iremos al colegio — explica William.
Amo la paciencia que le tiene. Yo si fuera su hermana, ya le hubiera dado vuelta la cabeza de una cachetada. Me molestan tanto los chicos como él, porque sé que en un futuro se vuelven hombres. Los hombres que tanto daño me hicieron.
El solo hecho de pensarlo me estremece. Trato de que no se note mi cambio de humor, ni lo que estoy pensando. Por suerte siempre pude ocultar todo detrás de mi cara de póker.
Creo que es lo único que me gusto heredar de mi padre.
— ¿Estas bien? — me pregunta William.
Finjo una hermosa sonrisa para él, aunque no es del todo falsa. Ya que al mirarlo algo en mí se enciende.
—Sí, tengo sueño.
Seguimos en camino hasta la guardería. Ya que mi tía se empeñó en que Azu pase tiempo conmigo. Necesita estar en un lugar que la cuide, mientras estudio. Ya que la puedo llevar a la fundación cuando trabajo, pero en el colegio es algo imposible.
—Espérame, ya vuelvo — digo a Will.
Él le sonríe a una muy adormilada Azucena, quien se refriega los ojos con pereza. Podría comerla a besos de lo tierna que se ve.
William la mira, toma la mano de Azucena y la aprieta con delicadeza.
—Que tengas un divertido día Zu — se despide con una sonrisa.
Lo miro embobada.
— Chau ned — dice ella en su tono infantil usual. Haciéndonos reír a todos.
Bajo del auto. Corroboro tener todos los papeles en mi mochila, ya que inscribir a un niño en una guardería es demasiado papeleo.
William.
— Sabes, me parece raro lo parecidas que son tu novia y su prima— comenta Kevin. Cuando ve a Yull y a Zu alejarse.
— Son primas, es normal que sean parecidas — respondo. Miro mi celular veo que Javier me escribió.
Javi el más sexy del mundo mundial: Tatiana me engaña con el defensor.
Estado: Ofendido Lo vi en los vestidores, la tiene más chica que yo. Siento que solo lo hizo para darme celos.
Suelto una carcajada al leer su mensaje.
Yo: ¿Qué haces viendo el bulto de tus compañeros? Degenerado!!!!!!!!
— Yo digo que nos está viendo la cara y esa cría es su hija — la voz de mi hermano menor. Me hace dejar de prestarle atención a los mensajes de Javier.
— ¿Qué? — preguntamos con Benja al mismo tiempo.
— Eso, que para mí la cría es hija de ella y no de ninguna tía.
— Primero no le digas cría, se llama Azucena — le reclamo. —Segundo, no entiendo porque le tienes tanta rabia a Yull. Si ni siquiera la conoces y encima te llenas la lengua de veneno mientras hablas mal de ella.
Estaba cansado de la mierda, que Kevin le arroja Yull.
— ¿Qué no la conozco? Vos no la conoces ¿Acaso sabes todo de ella? ¿O solo sabes lo que ella quiere que sepas?
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Editado: 26.01.2022