No dije más nada, solo me quedé ahí a ojos sollozos mientras que mi angustia hacía que me sacudiera el cuerpo, me acurruqué más en sus brazos y solté más el llanto, ella no soportó, la contagié mi angustia y ella también lloró me abrazó fuertemente. ese mismo día ella me acompañó hasta que mamá llegara, ya eran 19:30 pm de la noche y mamá no llegaba pero entonces el teléfono sonó. Kasandra contestó el teléfono, no podía oír nada, pero vi el reflejo de su rostro que desaparecía una sonrisa, me miró, y quiso llorar, pero se contuvo, colgó el teléfono y me llevó con ella rápidamente al hospital en taxi, yo no imaginaba nada, pensé que para ella era una mala noticia y que tal vez quería que la acompañe, llegamos al hospital y entramos corriendo y Kasandra preguntó por mi mamá, escuché su nombre, me exalté todo curioso:
-mamá ¿esta aquí?- le pregunté entusiasmado algo curioso
No me respondió nada, sostuvo mi mano caminando por los pasillos del hospital, y yo insistiendo en mi pregunta:
-¿dónde está mamá? No sabía que trabajaba acá, aquí debe ser dode viene cada noche a trabajar.
Ella no contestó nada, solo caminábamos a paso rápido, la veía, quería llorar, se notaba, y más aún preocupada. Sus manos podía sentir que temblaban sus labios se encorvaban abajo y temblaban, sus ojos se entornaban rojos, yo pensaba que tal vez ella estaba conmocionada que yo en ver a mamá o que tal vez ella estaría triste por otra cosa, tal vez de no volverme a ver, ya que mamá tal vez se enojaría, porque es una extraña. Entonces le dije:
-tranquila mi mami sabrá entender, yo igual estoy entusiasmado de ver a mamá, no la vi en todo el día.
Ella lloró más, nos topamos con un médico y Kasandra preguntó por mamá, el Doctor asintió con la cabeza y nos dirigió a una habitación con su mano, Kasandra agradeció y fuimos a la habitación. Y ahí la vi, mi mami estaba echada en cama con varios aparatos a su alrededor, tenía la cabeza vendada, tenía los ojos cerrados, me asomé sorprendido, la vi, no supe qué hacer, le pregunté en voz baja:
-¿mami? Soy yo, Randy, mami ¿qué tienes?-le pregunté mientras quería llorar.
Me acerqué paso a paso, lento, sin poder creer que era ella, sin poder creer que estaba así mi mami, sentía cómo se erizaba mi piel, cómo la ráfaga del viento pasaba por mis pies, un frío en una habitación cerrada, mi visión se borraba a cada paso que daba, mis manos temblaban, apenas podía pronunciar las palabras:
-¿mami? ¿Qué tienes? ¿Mami? Despierta mamita vámonos a casa ¿si?
Kasandra se tapaba la boca y lloraba parada sin saber qué hacer. Me asomé a mi madre y la tomé de la mano estaba fría, sus ojos aún permanecían cerrados, parecía que no me escuchaba, el médico vino hablo con Kasandra, llamándola a fuera de la habitación, yo hablaba a mi madre otra vez:
-mamita estoy aquí, respóndeme mamita, abre tus ojos mírame, te busqué por todas partes, mamita despierta, vámonos a la casa a dormir… tu café te espera junto a mi vaso de leche. Mami, mami - le decía mientras le rozaba la mano a mi madre para que despertara – mami, mami vamos mami despierta vámonos a la casa mami…
Lloré.. solté el llanto llamándola una vez más y otra más, queriendo que despierte, que abriera los ojos y me mirara y me digiera sus dulces palabras, que me abrazara y que pudiéramos ver juntos una película, que estuviera conmigo pero en la casa. Mamá no abrió los ojos. Voltee hacia atrás, la señorita Kasandra estaba ahí parada con el médico llorando, el doctor no lloraba solo una pena se reflejaba en su rostro, Kasandra lloraba y estiró su mano y masculló angustiada:
-vamos Randy, vamos a casa, tu madre tiene que descansar acá, volveremos mañana.
-Doctor, ¿qué tiene mamá? ¿Porqué no despierta? Está fría, no me responde- le dije angustiado
El doctor bajo la cabeza y se retiró, Kasandra se quedó ahí insistiendo en irnos:
-Vamos mi niño, vamos a casa volveremos mañana, déjala descansar esta noche, necesita estar acá.
-No, yo quiero estar acá con mi mami, la cuidaré, como ella me cuida a mi.
Insistí en no irme, y permanecer en la habitación de mi madre, Kasandra habló con la enfermera, al parecer dejó encargo alguno, y Kasandra me dijo:
-volveré mañana Randy, cuídate