Jessica pide viajar al mundo de los dioses y ellos se lo conceden. Ahí les pedirá un cuerpo físico a ellos. Mientras tanto, Noah consigue dinero de nuevo, gracias a la limitada capacidad de Jessica de saber el futuro y con esta capacidad, hizo que Noah se sacara la lotería de nuevo. Con el dinero viaja a Andorra con María hacia el hotel, compra en internet dos armas que disparan una onda de choque hipersónica, pasan la noche ahí y Noah se prepara para conocer a Cindy. Se despierta en la madrugada y se pregunta en su mente:
“Jessica no me dio mucha información sobre la misión. Tendré que investigar más si puedo”.
En la mañana, se dirige a comprar el desayuno.
“En los hoteles siempre hay servicio al cuarto. Debe ser parte del plan de Jessica el ir a comprar el desayuno a fuera. Es una estrategia para conocer a Cindy seguramente” ─piensa Noah.
Noah regresa al hotel después de hacer las compras y se dirige a la habitación 29 del hotel, como si anduviera perdido. Voltea a ver el reloj y dice en su mente:
“Ya son las 7:02”.
Dobla en una esquina y choca de frente contra una mujer. Ambos caen al suelo del choque.
─¡Ay! ¡lo siento! ─dice Noah─ ¡No me fijé porque iba pensando!
La mujer se levanta y le dice:
─¡¿En qué ibas pensando?! ─le dice la mujer que se ve un poco indignada por el accidente.
Noah dice en su mente:
“Un momento: Jessica me dijo que Cindy es pervertida, por lo que me puedo aprovechar de eso para el plan de que recupere la memoria y vuelva a su casa. Si es ella, funcionará mi plan”.
─No te lo puedo decir ─le responde─, son de esas cosas que dan pena decirlo, pero si te da curiosidad saberlo pues no hay problema ─y se levanta Noah.
─¿Te da pena decirlo? Pues me da curiosidad saber.
─Bueno, es que unos amigos míos me invitaron a una casa, trajeron a una joven, unas cervezas y bueno, ya te imaginarás lo que sucedió. Perdón, no sé qué estoy contando. La verdad es que ando perdido y andaba buscando mi habitación.
La mujer voltea a ver a los lados y luego le dice a Noah al oído:
─No le cuentes esto a nadie, pero quisiera conocer a tus amigos y a ti también ─y le toca la entrepierna.
Noah traga saliva y le dice nervioso:
─Este... ¿Y cómo te llamas?
─Me llamo Cindy Cruz ¿y tú?
─Me llamo Noah Sosa, un gusto conocerla ─y le da un beso en la mano.
─¿Y cuando me llevarías a conocer a tus amigos?
─Si quieres podríamos ir ahora. Es en un hotel, pero no recuerdo el nombre, solo que es el hotel más cercano a este. Me imagino que los taxistas conocen muy bien la ciudad y uno de ellos podría llevarnos a ese hotel. ¿Nos vamos ahorita?
─Está bien, pero no nos tardemos mucho, mi novio regresa en la tarde.
“Ese debe ser Alexander” ─piensa Noah.
─Bueno, vayámonos pues.
Ambos salen del hotel y Noah para un taxi a las afueras del hotel. María se levanta en ese momento y nota que no está Noah. Abre la ventana y observa que Noah mete a una mujer a un taxi.
“¿Quién será esa mujer? ─se pregunta en su mente María─ Noah tendrá que responderme cuando regrese”.
Noah y Cindy llegan a un hotel cercano y piden una habitación. En el cuarto hay una computadora. Noah la enciende y ambos se sientan en la cama.
─¿Llamarás a tus amigos para que vengan a esta habitación? ─le pregunta Cindy a Noah.
─La verdad quería contarte algo y usaré esta computadora ─y empieza a escribir Cindy Cruz en un buscador en Internet─: como puedes observar, tú eras una candidata a alcalde de España que perdió la memoria debido a un accidente y que te habías perdido debido a que no recordabas a donde vivías ─y le muestra una página web donde sale una noticia sobre ella, cuando se le dio por desaparecida─. Probablemente, te perdiste debido a la pérdida de memoria, quedaste como indigente y alguien te rescató, ¿me equivoco?
Empiezan a brotar lágrimas de los ojos de Cindy y le responde a Noah:
─Recuerdo que estaba a un lado de la carretera y en la confusión no sabía a donde me dirigía. Noté que había un auto en llamas en el cual no había nadie y no observaba a nadie a mí alrededor. No recordaba nada de lo que había pasado y llegue a este país sin rumbo debido a la desorientación y pérdida de memoria causada por el accidente. Pedía limosna en las calles. Alexander, mi novio, me vio pidiendo limosna y le dio pesar el verme así. Después, él me llevó a su casa y me cuidó. Siempre quise saber quién era yo, pero me daba miedo saber mi pasado. Él nunca investigó, por lo que nunca me dijo quién era yo. Ahora que lo sé, quisiera saber quién es mi familia y quienes son mis amigos. Quiero recordarlo todo. Empiezo a recordar que fui candidata a alcalde gracias a la noticia de la página que me presentaste, pero no recuerdo nada más.
Noah le da un pañuelo y le dice:
─¿Sabes a qué se dedica Alexander?