Abrí la puerta y la dejé entrar, su expresión era extraña, me miraba con superioridad, su tono amable había desaparecido y algo en mi decía que está era de verdad ella. Se acercó a mí y sonrió.
–Puedo ver qué te gusta Charles ¿No es así?– dijo con un poco de burla. No respondí– Tranquila no pienso amenazarte ni nada por el estilo, solo vine a decirte que él es mío, nunca se fijaría en alguien como tú, además no eres competencia para mí. Mírate. Mírame. Nunca te vas a acercar siquiera a lo que soy.
Ella tenía razón, su belleza era insuperable, al menos para mí, nunca sería tan linda y mucho menos tendría un cuerpo así, no era su competencia, no llegaba a serlo. Charles nunca se fijaría en alguien como yo y nunca me escogería a mí antes que a Kaylee.
Tengo que sacarlo de mi cabeza, ya.
Ella pareció comprender mi silencio y se marchó del baño a paso firme. Me lavé la cara y salí después de ella. El timbre sonó y por primera vez en la vida estaba feliz de que lo hiciera.
Ava se acercó a mí y puso sus manos en mis hombros, el siguiente turno nos tocaba juntas así que me acompañaría hasta el salón. Miré por encima de mi hombro y pude ver a Gus y Charles conversando animadamente con Kaylee.
–Tranquila amiga, ella no es mejor que tú, Charles se dará cuenta– dijo Ava, como si leyera mis pensamientos.
–Si que lo es, ella es mil veces mejor que yo –afirmé.
Ella iba a decir algo cuando Gus se unió a nosotras, nos brindó una sonrisa y hablo:
–¿Que les parece Kay? Es buena, me cae bien, además de que logró conquistar al gran e inconquistable Charles –rió.
La verdad la chica no me caía para nada bien y ¿Cómo hacerlo? Era toda una perra, hiba por ahí con cara de niña buena y cuando se veía amenazada mostraba su verdadera cara. No tenía mejor comparación, perra era su sinónimo.
Pero Gus era el tipo de chico que siempre ve el lado bueno de las cosas así estas sean horribles, era una gran virtud, pero a veces su peor defecto. Él no se merecía que le vieran la cara de imbécil, eso era todo lo que quería Kaylee, vernos la cara de imbéciles a todos los que creían en ella.
Preferí no decir nada, si lo hacía no pasaría nada bueno, Gus pensaría que estaba celosa de Kaylee y por eso me caía mal sin siquiera conocerla bien, si decía lo contrario estaría mintiendo y no pensaba mentirle a mis amigos.
–Pues no sé, no la conozco bien aún –dijo Av.
Gus asintió y nos dirigimos al aula. La profesora Evangelina ya estaba en allí así que nos ganamos una reprensión por su parte.
( ... )
Las clases acabaron rápido, iba de camino a mi casa cuando sentí una moto estacionarse a mí lado. Era él, lo supuse, no solo por la moto, también por su perfume, lo conocía demasiado bien para lo que quisiera.
Solo para comprobar mis sospechas me giré; efectivamente, era el, ojitoslindos estaba a mi lado, mirándome fijamente, sin quitar sus orbes marrones de mi.
–¿Te llevo?– dijo aún sin dejar de mirarme.
Maldije para mis adentros, quería aceptar, olvidarme de todo y todos, solo subir a esa moto y que el aire se filtrara por mi cabello. Pero las cosas no eran así de simples, el tenía novia, una linda y puta jodida novia que me caía de los coños.
Lo subiría por más que quisiera, ni aunque el mundo estuviera por acabarse me subiría de nuevo en esa maldita moto.
–¿Que quieres, Charles?– dije borde.
–Solo quiero que hablemos, Rosita– rodé los ojos y el me miró suplicante– ¿Porfavor?
No era normal que el gran e inconquistable Charles dijera porfavor, así que debería ser algo importante.
–¿De que quieres hablar?– lo miré.
–Es...sube te diré cuando lleguemos, aquí no.
Acabas de decir que no te subirías.
Creo que me equivoqué.
–Muy bien–dije sarcástica– ¿A donde se supone que vamos?.
El sonrió de lado tímidamente –A la playa.
Muy bien, eso dio en mi interior un giro de ciento ochenta grados, todo en mi se movió. Lo miré incrédula. ¿Aún lo recordaba?. Pero a mí mente llegó el recuerdo de Kaylee.
–Ve con Kay, a ella seguro que le gusta la idea, además es tu novia –dije fingiendo una sonrisa.
El se quedó pensativo un momento –No lo es.
¿A que se refería con eso? ¿A caso me quería tomar por boba? Todos en el instituto los vieron, era obvio que si tenían una relación. ¿O no?
Antes de dejarme articular alguna palabra salió de allí, arranco su moto y se marchó sin dejar rastro, dejándome pensativa.
Si aquella chica no era su novia lo disimulaba muy bien. Prometí no volver a cruzar palabras con Chuck a menos que fuera necesario.
( ... )
–Entonces ¿Irás?– me preguntaba Av por décima vez.
–Ya dije que no.
Nos encontrábamos en mi habitación, últimamente nos frecuentábamos más. Ya habían pasado dos semanas desde la última vez que hablé con Charles y me dejó en el medio de la calle pensando en sus palabras.
Desde ese día no volvimos a hablar a menos que fuera para saludarnos fríamente. Siendo sincera, era mejor así, evitaría la horrible presencia de Kaylee por más tiempo.
Gus nos había invitado a una fiesta, por el cumpleaños de uno de sus amigos del equipo de baloncesto, cómo no lo conocía no me apetecía asistir.
Además de que obviamente allí estarían las estrellas del momento, Charles y Kaylee. No quería estar mucho tiempo cerca de ellos, su presencia me hacía enfurecer.
–Porfis, Otty, hazlo por mí– me miró con carita de perrito sin casa –Asi te olvidas un rato de Charles.
–No estoy pensando en él– rodeé los ojos y ella me dió una mirada de: si, y yo soy una sirena.