AUDREY.
Me termino de arreglar mi uniforme y bajo a desayunar.
—Buenos días, mamá, Amira —saludo muy feliz.
Le doy una gran sonrisa a mi madre y a Amira (mi hermana menor por dos años).
—Buenos días. ¿Cómo así te levantaste tan temprano y de buen humor en tu primer día de clases? —Pregunta mama curiosa.
—Estoy feliz, este es mi último año de clases y así iré a la universidad —respondo llena de emoción.
Cuando me gradué me iré lejos de Bastian. Al fin me libraré de él y podré hacer lo que se me da la gana.
—¿A qué vas a ir?, ¿a perder semestre? —dice mi hermana menor sin que nadie le pidiera opinión.
Amira suele ser muy directa, y me gana en inteligencia.
—¡¡Oye!!, ten un poco de respeto hacia tu hermana mayor —frunzo los labios.
—Es la verdad —ruedo los ojos.
Mi hermana es bien amargada, aunque es muy linda. Su cabello es castaño y sus ojos azules, tiene un lindo cuerpo y es alta y eso me duele porque yo soy pequeña y no llego ni 1.60 m. Ella es cerebro y yo pues, con que pase me contento. Somos tan diferente, ella heredó más genes de papá y yo heredé más de mamá.
—Niñas, dejen de pelear. Audrey, estas es tu último año y tiene que esforzarse más, porque tus notas no son muy buenas y apena y pasas raspando la olla —opina mama no a mi favor.
—Si mamá —digo desanimada.
—Y tu Amira, deja de molestar a tu hermana. Es verdad que tú eres más inteligente, pero no se lo restriegue en la cara; la haces sentí mal —golpe bajo, muy bajo.
—Mama ya no me defiendas, si.
—Bueno. Desayunen para que se vayan a la preparatoria y no lleguen tarde en su primer día.
—Si—decimos las dos.
La dos desayunamos, nos terminamos de arreglar y nos despedimos de mama, ya que ella se va al bufete.
Mama es abogada y tiene un bufete a medias con la señora Sonia, nuestra vecina y mejor amiga de mama.
—¡¡Amira apura!! —Grito al salir de la casa.
Mama antes no iba a dejar, pero yo ya no quise porque estoy grandecita y puedo tomar el autobús.
—¡¡Espérame que no encuentro algo!! —Grita.
Talvez no encuentra su libro. Amira solo se la pasa leyendo libro... yo que voy a leer, con solo ver la primera página me da sueño.
Suspiro para no perder mi paciencia. Cierro mis ojos y la bocina de ese pinché auto me sobresalta.
—¡¡Audrey, que alegría verte!! —Miro con desagrado al susodicho.
—Fíjate que para mí no lo es Bastian —le ruedo los ojos.
—Audrey que manera es esa de recibir a tu querido y atractivo vecino que no ves hace un mes —dice con su tono arrogante que detesto.
—Comenzamos con el pie izquierdo. ¿Qué pecado hice yo en mi vida pasada para merecer esto?, ¿por qué me castigas así Diosito? —Musito mirando al cielo.
—¿Qué tanto es que te quejas? No me digas, ¿me extrañaste? Lo sé, soy difícil de olvidar —me da su sonrisa pícara.
— ¡¡Ya quisieras Bastian!!, ¡¡ya quisieras!! —Le doy una sonrisa burlona.
—Mentirosa, si me extrañaste. Además, ¿quién no va a extrañar a su sexy vecino? Mentir es malo Audrey, eso dice en la biblia —río.
—¿Desde cuándo un demonio como tú lee la biblia? —Pregunto mientras alzo una ceja.
—Yo no soy un demonio; yo un soy ángel, pero si me quieres ver como un demonio no hay problema, este demonio te llevará al infierno sucia pecadora —me sonríe de lado.
Con cada palabra que dice él se me quiere reventar la bilis.
—Bastian. Cómprate una tortuga y súbete en ella y vete lentamente a la mierda —sonrió descaradamente.
—La compro, pero en vez de irme a la mierda me voy a tu corazón —me guiña un ojo.
Le saco el dedo del medio. Veo a Ethan salir de su casa.
—Audrey, buenos días —le doy una sonrisa.
—Hola Ethan, ¿cómo estás?, ¿cómo te fue en las vacaciones?
— Bien.
Ethan es el hermano menor de Bastian, y a diferencia de él no es odioso; él es muy amigable.
—Me alegro.
—Ethan —lo llama Bastian con un tono de voz diferente.
—Ya voy... ¿Quieres que te llevemos?
—No. Yo me voy en autobús, es más divertido —miro al tonto de Bastian que no deja de tener su tonta sonrisa en la cara.
—Ve con cuidado —dice Ethan.
Él ingresa al auto y Bastian lo enciende.
—No vemos Audrey —me guiña un ojo.
—Vete a la mishu —ruedo los ojos.
Él me da una sonrisa y se va. Suelto el aire comprimido. Hablar con Bastian es un tormento.
—¡¡Amira!! ¡¿Qué estás buscando?!, ¡¿acaso aguja?! —Grito malhumorada.
—No grites, que no estoy sorda —dice saliendo de la puerta.
Cierra la puerta y arregla sus lentes. Mi mirada se clava en su libro y niego con la cabeza.
—¿Qué?
—Nada. Mejor vámonos que se nos hace tarde.
Camina ya que antes de llegar a la parada tenemos que recoger a Stacy, mi mejor amiga.
Camino unos minutos más y llegamos a la casa de Stacy, ella ya no estaba esperando.
—¿Qué paso?, ¿y esa cara? —Pregunta.
—La niña que no encontraba su libro —mascullo.
—No te desquite conmigo. Yo no tengo culpa del que el destino te ponga a Bastian en el camino —dice a la defensiva.
Así que ya estaba lista y no salió al propósito.
—Yo no llamaría a eso "destino" yo lo llamaría desgracia —corrijo.
—Chicas no peleen. Audrey, ¿cuántos años llevas en esa pelean con Bastian? Ya dejen de comportarse como niño, ya son jóvenes —la miro.
—Por primera vez concuerdo con ella —opina Amira.
—Gracias por su humilde opinión —sonrío falsamente.
Comienzo a caminar hacia la parada. El bus llega y nos subimos.
Stacy tiene razón, las peleas con Bastian ya tiene muchos años. Bueno, aunque cuando lo conocí me gusto mucho, pero después me dejo de gustar de tanta pendejada que me hizo. Incluso mi primer beso fue con él y no fue nada lindo.
Inicio de Flashback.
Yo estaba jugando con mis muñecas junto a Stacy y Amira y entonces llegaron los nuevos vecinos.
Mama baja corriendo a recibir a su amiga. Stacy, Amira y yo también bajamos a curiosear. En ese momento conocí a mi nemesis.
Al ver a Bastian me enamoré a primera vista, su hermosa sonrisa; su piel clara; su cabello castaño y alborotado; sus ojos verdes yo caí a los pies de Bastian.
Conocí a su mamá y a su papá y eran muy guapos (y lo siguen siendo). También conocí a la hermana mayor y hermano menor de Bastian: Nain y Ethan. Nain es mayor que Bastian por 2 años y Ethan es menor por 2 años. Yo solo podía pensar que los hermanos García eran muy, pero muy apuestos y eso incluía a Nain.
Cada día que pasaba yo me enamoraba mas de Bastian, cada dia sentía la magia del amor, pero la magia se fue cuando me comenzó a molestar.
—¿Puedo jugar? —Pregunté.
—No. No me gusta jugar con las niñas —dijo
Él llevaba a su perro en la mano, Goku, ese era su nombre.
—¡Oye Bastian, ¿qué te he hecho?
—Nada, pero no me agradas.
—Eres un tonto.
—¿Qué dijiste?
— ¡TONTO!
Le saqué la lengua y él me miró enojado, pero después me sonrío con malicia y acaricio a su horrible perro y lo puso en el suelo.
—Goku, ¡¡muérdela!! —Le ordenó.
Ese perro me comenzó a seguirme y yo corrí por mi valiosa vida mientras lloraba y Bastian solo se reía a carcajada con su amigo.
Mientras corría por mi vida me caí y Goku me mordió. Acabe en el hospital, me vacunaron y a Bastian lo castigaron por no coger al perro mientras me perseguía.
Luego de eso me fue a visitar a casar y me llevó una cajita; yo feliz la cogí y dentro de esa caja había una lombriz, tire esa caja al suelo y llore y a Bastian nuevamente lo castigaron. Poco a poco mi tierno amor se iba a acabando.
Bastian me molestaba todos los días, pero había cosas peores que me hacía cada año.
A los 8 años Bastian me pego chicle en el cabello y tuvieron que contármelo.
A los 9 años me pego un balonazo en toda la cara y me partió la nariz. Acabe con mi nariz rota y mi cara toda hinchada.
A los 10 años me gustaba un niño, amigo de Bastian y me le declaré, pero Bastian le dijo algo y él me rechazo.
A los 11 años para mi cumpleaños recibí una caja bien bonita por parte de Bastian y al abrirla estaba llena de puro gusano que me hizo correr despavorida y termine haciendo caer el pastel.
A los 12 años me hizo caer delante de la secundaria y lo peor fue mi primer beso con él.
¿Cómo fue? Pues... estábamos celebrando navidad, Bastian y yo éramos compañeros de clases (y seguimos siendo compañeros), y aquel día el muy imbécil comió bastante dulce. Braulio propuso jugar verdad o reto, y yo hecha la valiente pedí reto y como sabían que Bastian y yo no llevábamos tan mal (y no seguimos llevando mal), mi reto fue: besar a Bastian.
Él no se negó y cuando no estábamos besando el muy idiota se vomitó en mi boca. Quede traumada por más de un mes, fue súper que asqueroso.
A los 13 años me puso pegamento en mi banca y me quedé pegada; mi piel quedó muy lastimada por culpa de él.
A los 14 años me tiro un balde de colorante azul y anduve con mi cara manchada por dos semanas; parecía al pitufo gruñón.
A los 15 años no había hecho un trabajo importante y le dijo al profesor y por eso casi repruebo el año.
A los 16 años me había fugado de la preparatoria y le dijo a mamá. Todavía lo recuerdo perfectamente.
Estaba en la sala jugando en el celular, feliz de la vida por no haber ingresado a clases; me había ido a una fiesta junto a Stacy y otras compañeras.
—Oh, Bastian, ¿qué haces aquí? —Escuché la voz de mama.
—Yo, vine a visitar a Audrey —jamás imaginé el motivo de su visita.
—Pasa, en la sala esta.
—Audrey —me llamó con un tono malvado y yo ni sospechaba lo que iba a hacer.
Lo miré. Él tenía un cuaderno en su mano y esbozada una gran sonrisa malvada.
—¡¡Ay, Dios!! ¿A qué se debe tu fea presencia? —dije para seguir en el celular.
—Vine a traerte los apuntes y a ver si ya te recuperaste —lo mire rápidamente.
Su sonrisa cínica me hizo saber que me iba a joder. Yo negué con mi cabeza y le di una mirada suplicante y pude ver el brillo de la maldad en sus ojos verdes.
—Bastian, ¿cómo recuperarse? —Preguntó mi madre confundida.
—Es que como hoy no fue a la preparatoria y escuche que estaba enferma le traje los apunte y vine a ver si se había recuperado, soy un buen vecino y compañero —mama me dio una mirada fulminante.
¡¡Bastian te odiooooooooo!! ¡¡Eres un odioso, metiche me caes mal!!
Grite en mi mente. Sonreí con nerviosismo por la cara de mi madre.
—Bueno, yo solo venía dejar esto, ya me voy —dijo aguantándose la risa.
—Gracias Bastian, eres un gran compañero, ya Aundrey se siente bien —y metiche le falto decir.
—Chao señora —dijo y el muy desgraciado se fue dejando una tormenta casa.
—¡¡Audrey!! ¡¡¿por qué no entraste a la preparatoria?!! —Exclamó enojada
Y me castigaron un mes sin teléfono, sin salir y sin computadora. Revise el cuaderno para tomar los apuntes y lo único que encontré fue.
¿Creíste que te iba a llevar los apunte Audrey? Espero que te sirva tu castigo por fugarte. Te quiere: tu amado y sexy vecino.
Cogí un lapicero y comencé a escribirle cosas en el cuaderno, lo llene de garabatos y me acerque a la ventana y la abrí.
La habitación de Bastian estaba (está) frente de la mía.
—¡¡Bastian, te odiooooooo!! —Grité fuertemente.
La ventana se abrió y él me dio una sonrisa burlona.
—Audrey, ¿cómo puedes odiar a este ser de luz?
—¡¡Vete al infierno Bastian!!
—¡¡Vámonos juntos Audrey!!
Le tiré el cuaderno y justo cayó en el patio de su casa, él meneó su cabeza en negación, le saqué el dedo y cerré la ventana de un solo.
—¡¡Bastian!! ¿Cuánto tiempo más tendré que soportarte?
En mi cumpleaños más reciente (17 años), me dio como regalo de cumpleaños una almohada con su cara.
—¡¡Bastian!! ¡¿qué es esto?! —dije al sacar la almohada y ver su horrible cara ahí.
Todos se rieron y Bastian me miraba divertido.
—Es mi regalo de cumpleaños para ti. ¿No es lindo? —Le di una sonrisa.
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Editado: 12.07.2022