BASTIAN.
Veo las hojas leyendo el contenido y a la vez dejándola caer al suelo, nunca pensé que alguien descubriría ese pequeño secreto.
Me acerco como un animal salvaje frente a ese maldito metido. Lo agarro del cuello de la camisa, y le doy un golpe con mucho odio interno.
—¡¡Eres un maldito!!
—No más que tú, grandísimo, imbécil —me pega, pero lo remato con otro golpe y voy en busca de Audrey, en vez de perder tiempo con ese, debo arreglar la cosas con ella.
Sé que ella terminó la relación, pero solo es por un ataque de rabia, ella me ama, y sé que hice mal en no decirle eso, pero mi amor es sincero.
Corro en busca de amor de mi vida con la fe de que se va a solucionar las cosas; Audrey es mi todo, y sin ella toda se iría al carajo, nada sería lo mismo.
La busco y no la encuentro y el tiempo para que se acabe el receso se acerca. Le pregunto a una chica y por suerte la vieron entre al cuarto de limpieza.
Abro la puerta, encontrándola sentada, y triste. Cierro la puerta con seguro, necesito que se quede conmigo y no huya.
—Audrey...
—Vete —vocifera.
—Necesitamos hablar.
—No tenemos nada de que hablar, Bastian —intenta irse, sin embargo, no la dejo.
—Suéltame —pide entre dientes.
—Perdóname, sé que eso estuvo muy mal, pero...
—No hay pero... ¿Cree que estuvo bien lo que hiciste? Fingiste ser alguien más y anduviste amenazando a más personas con el único objetivo que no se acercarán a mí, mientras tú si podías andar con quién se te diera la gana —descargar su frustración.
—Estuvo mal, lo sé, pero no soportaba la idea de que amaras a otros, odiaba imaginar que nunca podría estar a tu lado... Yo necesitaba hacer algo, sé que todo lo que hice estuvo mal, pero yo solo quería que me amaras... Sé que estás decepcionada, pero Audrey, mi amor por ti siempre ha sido sincero.
—Ya no sé qué pensar Bastian... —me acerco aunque ella no quiera y tomo su rostro mientras intenta liberarse de mí.
—Te he amado desde el primer momento que te vi, no supe cómo lidiar con ese sentimiento y busque forma para que nadie se te acercara mientras trataba de ganarme tu corazón... Tomé decisiones que no era las adecuadas, pero uno amor hace cosas inimaginables... Perdóname, Audrey.
Llora, todo se ha mezclado y sé que hay un gran peso sobre sus hombros, y no puede con eso.
—¿Por qué? —merece la verdad.
—No sabía como decirte que te amaba... Aquella vez en el parque te escuché decirle a Stacy que me odiabas, y desde ese momento comencé a molestarte solo para llamar tu atención. Era un mocoso ingenuo que solamente la estaba cagando y en vez de lograr que me amaras nada más hacía que me odiaras más... Yo quería y quiero todo contigo, no obstante, había chicos que se interesaban por ti, y yo me encargaba de alejarlos, porque no quería que ellos tuvieron tu amor... Únicamente te quería y te quiero para mí, quiero estar contigo siempre, hasta mi último suspiro, quiero estar con la mujer que amo, con el gran amor de mi vida —llora y aprovecho para abrazarla—. Perdóname, por favor... Juro que nunca más volvería a pasar, perdóname.
—Ese día Stacy me preguntó si me gustabas, y dije eso porque no quería aceptar que te amaba, pero mi corazón siempre te ha amado a ti.
—Y el mío a ti —manifiesto feliz.
—No vuelvas a hacer cosas que exclusivamente causarán problemas en nuestra relación, siempre dime la verdad... Te amo, y solo por eso vuelvo contigo.
—Yo te amo más, mucho más —toma su hermoso, y perfecto rostro—. No volverá a pasar, mi vida entera —susurro y la beso.
Fueron los peores minutos de mi vida, el maldito de Stefan aprovechó que Audrey no está bien sentimentalmente por los problemas recientes para provocar disturbio entre los dos, pero el amor es muy fuerte, y una mala intención no podrá acabar con nuestro sentimiento. Ella me ama, de la misma manera en la que yo la amo, y yo amo a Audrey más de lo que simple mortal puede imaginar, yo por mi Audrey hago lo que sea.
AUDREY.
Yo lo amo, y sé que le terminé por un ataque de enojo, pero mi corazón y mi ser lo ama sin límite. Independientemente de lo que haya hecho antes, yo lo perdono, yo no puedo estar sin Bastian, ya no puedo estar lejos de él a estas alturas donde estoy tan atada a él sentimentalmente, y sufro si no lo tengo cerca.
—Audrey —acaricia mis labios.
—Dime, mi amor.
—Escapémonos, vámonos lejos de todos y solo seamos tú y yo —mi corazón se paralizó y vuelve a latir desenfrenado.
—Bastian, pero somos...
—Dos personas que se aman, que no lo dejan estar juntos cuando se mueren por estarlo.
No quiero dejar a mamá, pero ella no me deja estar con Bastian... Amo a mi madre, pero amo también a mi novio. El amor no es crimen, y mamá no será mi cárcel.
—Está bien... Vámonos juntos, donde nadie nos encuentre y podamos disfrutar de nuestro amor sin obstáculos —sonríe y me da vuelta feliz.
—Te amo, Audrey, la niña de mis ojos, la mujer más hermosa que pueda existe en este planeta —me hace feliz.
—Yo también te amo Bastian, te amo demasiado —lo abrazo.
—Tengo muchos planes contigo, Audrey, y en todo tú eres feliz —quiero una vida maravillosa con mi odioso vecino.
—Te amo, te amo mi vida entera —lo miro y me pongo de puntilla—. Siempre juntos —sonrió sobre sus labios.
—Siempre juntos —lo beso dejándome envolver en sus brazos, en su amor, en su cuerpo.
Talvez sea muy rápido el que vivamos juntos, pero no importa. Quiero vivir con el hombre que amo, quiero estar con él siempre y disfrutar cada mañana de sus besos y de su amor.
Mamá, ella aprenderá que: ni el muro más fuerte puede separar dos corazones que se ama con una fuerza inexplicable... Ella no va a separar dos personas que se aman.
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Editado: 12.07.2022