Capítulo 19.
|Azul Miller|
Portland-Oregón EE.UU/ Lunes, 23-12-2013.
—No —ruedo los ojos, cansada.
—Aarón —intento —casi mueres —le recuerdo, volviendo a sentir la ira y rencor en mí, como cada que recuerdo lo que sucedió.
—Soy muy consciente de ello, Azul —pasa una mano por su cabello largo, se lo está dejando crecer —pero no quiero que los dañen.
Camino de un lado a otro intentando comprenderlo, no me cabe en la cabeza, sé que a Aarón este tema de las venganzas no le gusta tanto como a los demás, lo disfruta, pero no es su actividad favorita a no ser que se trate de la parte psicológica de la que es fan, pero casi nunca participe a no ser que le hayan tocado una fibra sensible.
Y en este caso con quien se metieron fue con él, pero no quiere que haga lo que tenga en mente.
Gruño y miro a mi hermanito que parece tan tranquilo mientras yo solo trato de comprender su complicada mente y como trabaja, debe tener un motivo, uno muy bueno.
—Dime porqué —pido.
—¿Por qué? ¿qué?
—Por qué no quieres venganza ¡Casi mueres! —chillo —hace un mes casi mueres y a ti te da igual —maldigo por lo bajo, incrédula de su actitud.
—Azul, casi muero —repite mis palabras —yo, no tú. Yo estuve a punto de morir ¿te crees que quiero perder mi tiempo en 3 idiotas que se divierten golpeando a gente y arrojándolos a lagos? No quiero saber nada de ellos —se encoje de hombros.
—Dime por qué demonios no quieres que los torture.
—No tengo un motivo.
—¡Siempre tienes un motivo!
—Azul, no.
Aprieto la mandíbula, mi entrecejo tiembla de lo furiosa que estoy.
—¿Cómo es que estas tan relajado? —lo miro fijamente, pero su mirada no cede, es demasiado calculador y evasivo. No va a decir ni una puta palabra del tema, en cambio me pregunta algo que me cabrea.
—¿Cómo es que estas tan alterada?
Gruño en respuesta.
—Por-que ca-si mue-res ¡Por eso!
—Azul no voy a cambiar de opinión, pero ten muy en claro que no voy a permitir que los lastimen —me señala la puerta para que me vaya de su cuarto.
Maldiciendo y sintiendo una gran cantidad de ira en mi sistema salgo de su cuarto, farfullando. Paso mis manos por mi cabello, tiro de él y grito en silencio.
Tomo aire. Me ordeno relajarme, acomodo mi cabello y suspirando me giro para ir a mi habitación.
No doy ni dos pasos cuando una aniñada voz se apodera de mis oídos.
—¡Tita Ashulll! —bajo la mirada y veo a mi pequeña sobrina, gira su rostro y sus coletas rebotan.
Sonrío.
—Hola Ro —saludo y me agacho para alzarla — ¿Qué haces caminando sola por la casa? ¿Y Esmeralda?
Pasa sus bracitos por mi cuello.
—¡Eshmeee! —suelta un gritito al escuchar el nombre de su nana.
—¿Dónde está? —pregunto.
Se encoje de hombros.
—Romina...
—¿Con papi?
Voy a cuarto de Anthony, la puerta está abierta, me asomo y veo a Esmeralda durmiendo en la cama de mi hermano, veo como el rubio la cubre con una cobija, tiene una sonrisita en los labios.
Se llevan muy bien.
Anthony voltea y me ve con su hija en brazos, sonríe ampliamente.
—Estaba durmiendo con Esmeralda, pero se despertó —me explica —me dijo, papi voy a ver que hacen mis titas y titos —dice, divertido.
—Vale —suspiro y dejo a Ro en el suelo, se sube a la cama acostándose de nuevo con Esmeralda —Aarón no quiere que toquemos a la basura —digo lo más suavemente posible ya que Ro nos está escuchando.
—¿Qué?
—Esperamos un mes y no quiere que los toquemos —la ira vuelve a surgir en mí.
No me cabe en la cabeza, simplemente no, llevo un mes planeando detalle a detalle junto a mis hermanos que hacer y ahora el señorito no desea que toquemos a esas tres mierdas. UGH.
—¿Le vas a hacer caso?
—Claro que si —ruedo los ojos —sabes que esto lo hacemos, aunque él no quiera, pero Aarón nunca hace las cosas sin motivo, él no es blando como Andrew que no quería venganza contra la indeseable 103. Si fuera cualquiera de los otros rubios lo haríamos sin consultar, lo sabes — asiente —, pero es Aarón—suspiro —me causa conflicto, ya había conseguido el veneno —gruño.
Anthony parece decepcionado.
—Es decisión de Aarón, no lo presiones demasiado o te mete un tiro en la cien —medio bromea, asiento y me voy refutando por lo bajo.
Quiero samaquear a Aarón.
Suspiro frustrada y me voy a mi cuarto dando pisotones como una cría, me arrojo a mi cama y tomo mi celular. Tengo un mensaje de Axel de hace 40 minutos.
Axel: Paso por ti en una hora, vamos a una fiesta.
Azul: No me apetece salir.
Axel: Estoy llegando, espérame afuera.
Azul: Que no me apetece salir.
Axel: Y a mí qué? Llego en 10 minutos, si no quieres que me enfade me vas a obedecer.
Suspiro y corro a vestirme.
***
Martes, 24-12-2013.
Amo la navidad.
Odio muchas cosas, pero la navidad es mi festividad favorita, es como si un duende drogado con espíritu navideño me poseyera, doy brincos por toda la casa despertando a todos para que me ayuden a decorar la casa, una tradición que tenemos es decorar la casa el 24 de diciembre, en el día de noche buena.
—¡Aarón las esferas! —chillo emocionada, estoy subida en la escalera.
Nuestro árbol es gigante, mide 2,50 cm.
—¡Son las 8 de la mañana psicópata! —me grita desde el piso de arriba.
Bufo.
—¡Saca tu cabeza de tu culo y ven! —chillo.
Andrew se ha dormido abrazando un duende de felpa, Aracely está terminando de hacer las pijamas navideños, hace un diseño distinto cada año, nunca repite atuendo.