El mundo es cruel y despiadado, de eso nadie debería tener dudas. Este es el año 1725 y las cosas no podrían ir mejor, enfermedades por doquier, casos de violencia elevada simplemente porque una persona tenía hambre y quiso arrebatarle su pedazo de pan a otra o porque se encuentran en un ambiente que les obliga a comportarse de esa manera.
Esta historia no narrará aquellos acontecimientos donde las personas han sido brutalmente golpeadas o que han perdido la vida a causa de una enfermedad que no pudieron contrarrestar sino algo más; esta es la historia de dos personas en particular, el capitán pirata: Hoenn Mier Bockrragen y un chico que este mismo sujeto secuestro y tomo como botín en uno de sus atracos a una isla defendida únicamente por la suerte. Este capitán en particular a pesar de lo que pudiera pensarse no era conocido mundialmente o tenía una fama en particular sino todo lo contrario, eran pocos quienes habían escuchado de él, mas no porque no hubiera tenido hazañas, sino porque esas nadie supo a quién adjudicárselas, por el siempre intentar permanecer en el anonimato, jamás revelo su nombre a alguien que no mereciera oírlo y nunca intento que ese mismo nombre circulara por el mundo.
El mar es un sitio peligroso para aquellos que no saben cómo defenderse, pero para una persona que podría decirse que nació dentro del agua salada, el mar es como un simple hogar más; Y si de algo puedes estar seguro tu lector o lectora que con tus ojos miras estas letras, es que la historia de Hoenn debería ser contada, pero no te conviene hacerlo… Algunos dicen que su espíritu aún permanece en este mundo esperando a la persona que revele información de él, para que una maldición recaiga sobre su vida, ¿Yo por qué si puedo hacerlo?, bueno. Los muertos ya no pueden ser maldecidos.
El comienzo de esta historia será entorno a una pequeña isla en el mar atlántico, quisiera decirse la ubicación exacta, pero lo cierto es que aunque lo haga no podrás encontrarla en tus mapas modernos y de hecho, tampoco en algún mapa antiguo, pues es algo que nadie sabía que existía excepto quienes por error la habían encontrado y aquellos que ahí Vivian, como es el caso de nuestro pequeño amigo víctima de este vulgar pirata. En esta isla nunca falto alimento, vivienda y felicidad, a pesar de la fecha en la que se encontraban ese pequeño montículo de tierra les ofrecía a todos los habitantes lo necesario para sobrevivir y nunca intentaron buscar más; pueden con esto suponer que estas personas, tienen de malicia lo mismo que un perro, y, ¿qué mejor sitio para atacar que uno donde básicamente nadie se podrá defender?
Fue aquí donde Hoenn consiguió aquello que nunca pidió pero que cuando vio lo quiso tomar, evidentemente por la fuerza si era necesario: un hijo, pero ¿Qué clase de pequeño consideraría padre a alguien que ha maltratado a sus verdaderos padres?, la respuesta es: Quizás nadie.
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Editado: 22.11.2020