Como puede suponerse el camino fue bastante largo… No por la falta de “Rey” sino porque yo me quede con miedo y únicamente pensando sobre lo que haría al llegar, y a eso sumarle que este sujeto que me seguía no intento en lo más mínimo crear una conversación para amenizar el viaje; estuvimos en silencio durante casi todo el trayecto y por más que intentaba ignorar aquel horrible aroma mi nariz no podía acostumbrarse a él.
Ya estábamos en los alrededores de la granja de mi familia y mis ojos comenzaron a lagrimear cuando a la distancia vi una gigantesca nube de humo negro, eso solo podía significar una cosa: Fuego. Mis piernas inmediatamente comenzaron a correr tan rápido como pudieron, yo intente obligarlas a ir todavía más rápido pero en ese patético intento solo logre caerme por no poder controlar adecuadamente el movimiento, Güilé no dijo una sola palabra y al voltear el ya no estaba siguiéndome , no me importo en lo más mínimo que hubiera desaparecido pues en este momento en mi mente solo estaba mi familia y añoraba verles con vida pues aun y cuando estaba muy lejos podía verse realmente grande el incendio, seguramente todo estaba destruido incluida la casa.
Mi garganta me quemaba por dentro por toda la cantidad de aire que entraba y salía por la hiperventilación, mis pulmones exigían un descanso pero yo no pude detenerme hasta no estar completamente en la puerta y ver que afortunadamente el incendio solo era en los cultivos, sé que esto significa una pérdida realmente importante para nuestra familia, pero prefiero aquello a la casa, o mi madre y hermana; pero, algo me inquietaba. A lo lejos podía escuchar risas histéricas y gritos de varias personas, más que nada hombres, con un poco de miedo me escondí e intente escabullirme hacia la parte donde se oía todo aquello y todo para ver algo que me lleno de tristeza y rabia, mi madre estaba en el suelo atada y mi hermana al lado de ella con una daga incrustada en su cuello, por el coraje salí de mi escondite dispuesto a arrancarle los ojos aquellos sujetos pero mi madre a lo lejos me miro a los ojos y negó con la cabeza: “Sálvate…” Estoy seguro que fue lo que intento decir, yo negué con la cabeza a la vez que continuaba avanzando y ella insistente y con una mirada realmente penetrante volvió a negar con la cabeza, con mis ojos inundados me escondí en un arbusto y la voz áspera de uno de aquellos sujetos comenzó a hablar.
Al terminar de hablar, mi madre volteo a ver dónde yo estaba escondido, su mirada solo me decía una cosa: “No mires.” Con todo el dolor de mi alma cerré los ojos y en mi mente solo podía imaginarme a aquellos idiotas siendo brutalmente golpeados por todo el pueblo, yo estaba realmente fúrico, tanto que por primera vez en mi vida desobedecí a mi madre. Salí corriendo del arbusto y fui derecho hacia aquel hombre que cargaba con mi madre en sus hombros ya inmóvil, en mi bolsillo siempre he cargado un cuchillo para cortar vegetales y no dude un solo segundo en clavárselo en el cuello, desafortunadamente sus reflejos eran demasiado buenos y erre el golpe, clavándosela en uno de sus brazos, antes de intentar sacar la navaja para volver a intentar insertarla en su cuerpo aquel hombre dejo caer al suelo a mi madre como si se tratase de basura y con el mismo brazo donde tenía la navaja me tomo del cabello y me levanto algunos centímetros del suelo.
Su mirada se clavó en mis ojos, yo solo lo veía completamente rábico, el sujeto al mirar esto rio levemente y después me soltó, quito la navaja de su brazo y me la entrego, para después colocarse con su cuello a mi altura y con su dedo índice lo señalo dándome a entender que lo matara. Evidentemente no espere mayor invitación e intente insertarle el cuchillo hasta el fondo de su garganta, pero el sujeto se movió evitando un golpe fatal, su cuello sangraba por el corte y el aun así reía fuertemente.
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Editado: 22.11.2020