Mi pasado... me obligo a cambiar

Isla sin ley...

Llego el momento cuando por fin pude ver a la distancia un poblado, estaba aún algo lejos y aunque en realidad no quería ir, no tenía opción. A lo lejos se podía escuchar mucho ruido, gritos, sonidos de disparos por todos lados y un sinfín de desorden más; ya estando a unos cuantos árboles para salir del bosque pude ver por fuera un camino que avanzaba siguiendo los árboles, por el exterior del bosque y que parecía llevar hacia ese poblado, salí de entre los árboles y una carreta paso a toda velocidad justo al lado de mí, detrás de ella otra carreta jalada por un caballo más (siendo dos los que jalaban la segunda y solo uno la primera) Tras de la primera con un hombre de aspecto sucio disparando erráticamente mientras gritaba maldiciones al sujeto de la primera quien evadía los disparos como podía. Algunos metros más adelante, el primer sujeto se estrelló contra unos árboles, por culpa del caballo que se asustó cuando un disparo le rozo el cuerpo y se descontroló, el segundo sin frenar se fue directo contra esa carreta y aunque el caballo intento frenar la velocidad que traía la segunda carreta le hizo caer encima de la primera. El hombre de la segunda carreta había saltado antes y camino con lentitud y confianza hasta llegar al lugar del impacto cargando un barril pequeño en sus hombros, lo dejo cerca de la carreta y se alejó varios metros colocándose a unos pasos cerca de mí; me volteo a ver y sonrió demostrando una sonrisa sucia con varios dientes faltantes, regreso su mirada hacia delante y disparó su arma directo al pequeño barril haciéndolo explotar y dejando una zona de quizás 6 metros en llamas.

  • ¡Jajaja! – Reía histéricamente el hombre. - ¿A que fue una excelente explosión?, ¡Eh! – Insistía alardeando de lo que hizo mirándome y a la zona en llamas repetidamente.
  • Supongo… - Dije yo, mirando aquella zona y lamentando la muerte de aquel sujeto. - ¿Qué te hizo para que le hicieras algo como eso? – Pregunté con curiosidad.
  • ¿Qué me hizo? – Respondió ese sujeto y se puso a pensar un momento. – La verdad es que nada, ¡Jajaja! – Agregó y se echó al suelo a reír nuevamente golpeando el suelo de la risa que le daba. – Simplemente quise matarlo, a veces es bueno para calmarse matar a unos cuantos, dime. – Continuó acercando la pistola a mí. - ¿Quieres intentarlo?

Cuando acerco el arma, negué con mi cabeza y mis manos e intente alejarme.

  • ¡Bah! – Refunfuño aquel sujeto y simplemente se fue hacia donde la zona y se dispuso a orinar el lugar.

Continúe caminando y aquello que vi por las afueras del pueblo parecía una pequeñez comparada con lo que sucedía aquí por dentro; muchas personas en la calle peleándose entre sí, tanto a golpes como con armas, algunas otras resultando lastimadas a causa de balas perdidas de algunos enfrentamientos y en algunas esquinas varios cadáveres tirados en el suelo como si fueran simplemente rocas que todos ignoran (A esto agregarle que la peste era horrible, pero todos parecían acostumbrados a ella)

  • Vaya, vaya… - Dijo la voz de una mujer a mi espalda. - ¿Qué tenemos aquí? – Giré para ver a una mujer con una ropa muy provocativa mirándome de una forma extraña. - ¿Qué hace un hombrecito tan coqueto por este sitio solo? – comenzó a acariciarme las mejillas con sus largas uñas y caminaba alrededor mío sin dejar de mirarme.
  • Nada… - Respondí yo, con una evidente incomodidad.
  • Entonces… - Agregó ella. – Si estás haciendo nada, ¿Quisieras hacer algo? – Llevo su dedo índice a sus labios y los acaricio lentamente.
  • No… - respondí secamente y camine con rapidez hacia otro lado escuchando como esa mujer se reía.

No pude siquiera dar dos pasos, cuando un sujeto choco conmigo a propósito, me volteo a ver con un rostro muy molesto y sin siquiera intentar hablar se abalanzo sobre mí para intentar golpearme; por su peso era muy lento y pude esquivar el golpe con facilidad, pero una multitud nos rodeó impidiéndome escapar: “¡Mata al extranjero!” gritaban algunos jóvenes de quizás mi edad o poco más grandes con entusiasmo metidos entre la muchedumbre; el tipo por obra del destino o mala suerte (como quieran llamarle) logro tomarme de la muñeca apretándola con fuerza, me levanto sobre su cabeza y haciéndome fuertemente hacia abajo golpeo la parte de mi columna en mi espalda con su rodilla fracturándomela, no me dolió tanto como esperaría que lo hubiera hecho, pero ya no podía mover mis piernas en absoluto.

  • ¡Los extranjeros no son bienvenidos aquí! – grito con fuerza ese sujeto, a la vez que me levantaba del suelo con una sola de sus manos tomándome por el tobillo. – ¿Ves esa pila de cadáveres? – Señalando con su dedo y girándome un poco para verlos. – Algunos dicen que son una cama, realmente cómoda, lástima que no podrás comprobarlo pues serás parte de la cama, ¡Jajaja! – Al terminar de hablar, tomo mi cuello y lo torció con brusquedad, mis ojos se cerraron después ya no supe algo más.

“Fue una muerte indolora” Pensé de alguna manera mirando la nada, solo oscuridad.

  • ¿Muerte? – Preguntó una voz que no reconocía. – No has muerto. Simplemente fuiste noqueado.
  • ¿Quién es? – Le cuestione a la voz, intentando mirar de donde provenía.
  • Soy nada, soy todo. – Respondió fríamente moviéndose por el sitio. – No tengo forma y mi forma es cualquier cosa, podríamos decir que… ¿soy la ironía de ser lo que no puede ser?
  • ¿Qué? – dije con una clara confusión.
  • Lo sé… - Recalcó la voz colocándose justamente delante de mí, una sombra comenzó a hacerse visible (incluso dentro de la oscuridad) y esta tomaba una forma similar al espantapájaros de mi casa… - Es confuso incluso para mí, pero, ¿Qué puedo hacer? Las respuestas a muchas de tus preguntas no pueden ser dadas.

Una luz comenzó a hacerse presente desde el centro (donde se supone que iría el corazón) en el espantapájaros y a expandirse hasta salirse de él e iluminar todo el sitio; una vez todo iluminado pude sentir como mi cuerpo respiraba, mis ojos comenzaron a abrirse y mi nariz a detectar un horripilante olor a putrefacción, mis ojos podían ver perfectamente mi espalda e incluso mi trasero, ¡Mi cabeza estaba girada 180°! Intente mover mis brazos, pero fue difícil y con ellos traté de acomodar mi cabeza escuchando un crujido de los huesos de mi cuello, parecía haberme fracturado ahora el cuello, pues no podía mover mi cabeza a voluntad y esta no tenía fuerza para permanecer recta. Con ayuda de mis brazos (y aun sin sentir mis piernas) me tire al suelo rodando por esa pila de cadáveres y una vez estando recostado en una superficie más plana me quede quieto; he visto que mis heridas sanan más rápido que cuando aún era “humano” entonces si descanso probablemente pueda curarme de una fractura como esta…

  • ¿Qué eres? – Dijo la voz de una chica joven acercándose a mí. – He visto como Bodoh te ha asesinado y sin embargo hete aquí, con los ojos abiertos y no solo eso, ¡moviéndote! - El rostro de una chica pelirroja de cabello parcialmente largo y ojos marrón oscuro se asomó  volteando hacia abajo mirándome fijamente.
  • ¿Qué soy? – Pregunté sin dejar de mirar a esa chica. – Hace un tiempo le dije a un sujeto que yo seguiría siendo yo… Pero ahora que dices eso y en vista de que no soy lo que en algún momento fui, creo que no sé qué es lo que “seguiré siendo”, ¿Qué soy? – Pregunté por ultimo a esa chica.
  • ¿Y cómo voy yo a saberlo? – Replico ella, frunciendo un poco el ceño, acto seguido con sus manos comenzó a tocar mi cuello meticulosamente. – Esta completamente destrozado. – Agregó. – Pero aun así puede sentirse como los huesos lentamente regresan a su sitio…
  • Vaya… - Respondí riendo un poco, pues el movimiento de su mano me hacia reír un poco. – No creo que pueda responderte… No sé lo que soy… Pero si puedo decirte quien es que soy.
  • Entonces, ¿Quién eres? – Preguntó ella sin dejar de acariciar mi cuello.
  • Jacob. – Dije secamente y con orgullo por mi nombre. – Soy Jacob, originario de una isla sin nombre que ya no existe y un ser aparentemente inmortal…
  • Tienes un nombre muy largo… - Contestó ella, y en su mirada se veía como intentaba recordarlo todo. – Solo te llamaré Jacob.
  • … - Asentí con la cabeza y no respondí algo más.



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En el texto hay: batallas, barcos, batalla interna

Editado: 22.11.2020

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