Mi Pequeña Flor

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POV Eddie


No sé qué pasa últimamente con Ángeles, pareciera que fuera otra persona, no es la misma mujer con la que me case y he compartido estos últimos años, ayer recibí la llamada del doctor que la atiende y dijo que estaba mucho mejor, que ya podría retomar sus actividades normalmente y que no tenía nada de qué preocuparse, no confío mucho en ese doctor, le he insistido en buscar a otro pero termina enojándose y yo cumpliendo sus deseos.


Estoy tan enojado y frustrado que me voy a mi despacho, necesito sexo o me volveré loco, no puedo serle infiel a mi esposa, busco con que distraerme y veo el cajón que tengo bajo llave, allí guardo mis recuerdos de juventud, lo abro y empiezo a sacar fotos, mi cuaderno de dibujo y aquella pañoleta que aún conserva una fragancia que me eriza la piel, ojeo los dibujos y me entra unas ganas de masturbarme, libero mi erección y empiezo a masajear de arriba a abajo, de la punta sale unas gotas pre seminales y las recojo humedeciendo toda la punta con movimientos circulares, jadeo ante la sensación, paso la vista por los dibujos imaginándome tocando esos pequeños senos, besar esos delgados labios, apretar esa delicada cintura y aumento la velocidad de mis manos, siseo y echo la cabeza hacia atrás cerrando los ojos e imaginándome que es ella quien me masturba con su boca.


-Mi pequeña Flor— gimo y siento el semen salir de chorro.


Regulo mi respiración y busco unas servilletas, me limpio y el desastre que hice, guardo las cosas y salgo hacia la cocina para beber agua. Cuando llego veo una hermosa imagen.


-Eso es, ven aquí pequeño— Alida habla con mi hijo mientras gatea en el suelo— eres inquieto, ¿cómo serás cuando camines?— lo toma en sus brazos y el balbucea, me mira y alza sus manitos.

-Hola campeón, ya deberías estar durmiendo— le doy un beso en la frente, no lo voy a tocar con mis manos sucias.

-No quiere dormir, creo que no tiene sueño— le da besos y yo me acerco al grifo para lavarme las manos-- ¿por qué no quieres dormir cosita linda?—hace vocecitas y yo me rio.

-De seguro comió algo que lo mantiene despierto— me acerco a la nevera y tomo un vaso con agua— oye Ali, mañana debo viajar, debo concretar un negocio y creo me tardo unos tres días como máximo, ¿Podrías por favor cuidar bien de mi campeón y mi esposa? te prometo que apenas llegue te daré una semana libre para que descanses.

-No tiene que hacer eso, la verdad para mí es un gusto cuidar de este galán, y su esposa no me da problemas ha estado mejor últimamente.

-Te lo agradezco, por favor ten en cuenta que puedes pedirme cualquier cosa, cuidar a un bebe que no es tuyo debe ser agotador.

-Ya le dije que lo hago con gusto, bueno despídase que voy a llevar a dormir a este angelito.

-Buenas noches campeón— lo agarro para darle un abrazo pero este se sostiene de la blusa de ella estirándola y dejándome ver sus redondos senos cubiertos por un lindo sujetador de encaje.

-Oh Dios— dice tapándose— eres un tremendo— esta roja de la vergüenza, carraspeo y me hago el desentendido.

-Que descanses mi travieso campeón— le doy un beso en la frente y se lo doy a ella, salgo de la cocina y me voy a mi habitación a descansar, al cerrar mis ojos se repite la imagen de la cocina y por más que no quiera me excita.




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