Mi Pequeña Flor

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POV Eddie


5 meses después.

El tiempo continuó como si nada, las cosas han cambiado desde que me entere que Alida, mi pequeña Flor, estaba embarazada y de mi pequeña Amapola, la alegría nació en mi nuevamente, luego fueron días fogosos llenos de placer, día y noche sin importar nada nos entregamos a nuestros deseos, pero eso trajo consecuencias, dos meses después ella no podía tener relaciones por un leve sangrado que no le permitía hacer ningún esfuerzo, le prohibí que alzara a Andrew, sé que lo adora, pero debe pensar en su salud y en la de nuestra pequeña.

Gracias a Dios está mejor, aunque no hemos tenido relaciones sexuales por el miedo de que vuelva a tener sangrado, además que ya pronto nacerá nuestra hija, solo falta un mes, suspiro de frustración, me he sentido agobiado cada noche, pues el que duerma conmigo, sentir su cuerpo y el aroma que desprende me vuelve loco, me excita verla cada mañana desnuda bañándose conmigo, cuando acaricio su cuerpo, como ahora solo imaginarla desnuda me gano una enorme erección.

Saco mi tesoro del cajón y acaricio mi cuaderno de dibujos, nunca pude desprenderme de él, me trae gratos recuerdos y viene a mi mente el día que la hice mía por primera vez, no aguanto más y desabrocho mi pantalón, libero mi miembro suspirando de alivio, me recuesto de la silla y comienzo a masajearlo, cierro los ojos y solo pienso en mi Flor, dándome placer.

-¿Qué haces?—me sobresalto al escuchar su voz y ruedo la silla para taparme con el escritorio, la miro nervioso y le regalo una sonrisa inocente.

-Nada mi amor, ¿Deseas algo?, ¿Te sientes bien?—ella asiente pero mirándome con confusión e intriga, se acerca a mí y trato de acomodar mi pantalón, pero es más rápida y me atrapa con las manos en la masa.

-Oh, Ed, se lo frustrado que te sientes, estoy igual—me dice comprendiéndome, es todo un amor.

-Perdona Ali, pero es que no me pude aguantar—le digo avergonzado y veo que desvía su mirada al escritorio, toma mi cuaderno de dibujos y trato de quitárselo de las manos.

-Aun lo guardas, así me veía hace años, como ha pasado el tiempo—dice con nostalgia, la abrazo y tomo el cuaderno y lo coloco en el escritorio.

-Ha pasado rápido, pero han pasado cosas buenas y malas en nuestras vidas, lo importante ahora es que estamos juntos como una  familia—suspira se da vuelta y me abraza, beso su coronilla y la abrazo sintiendo su calor.

-Déjame ayudarte con este problema—dice juguetona tocando mi pene, me rio y me aparto de ella.

-Tranquila mi amor, luego lo arreglo, dime ¿que deseas?—coloca sus brazos en mi cuello y alza la mirada para verme, soy alto y ella no tan baja, pero aun así debe alzar la mirada para verme a los ojos.

-Te deseo a ti—dice con voz sensual haciéndome erizar la piel.

-Mi Flor, sabes que no podemos—hace un puchero que beso y ella aprovecha para morder mi labio inferior provocándome una descarga de deseo.

-Lo quiero Ed, te quiero dentro de mí, seamos cuidadosos, por favor—suplica desesperada y yo no me voy hacer de rogar.

La tomo de la cintura y la siento en el escritorio, acaricio sus piernas levantando su vestido, meto mi mano en su monte de venus para acariciarla mientras beso sus labios con pasión, la escucho jadear, acaricia mi cuello con sus delicadas manos, llevo mis manos a sus senos para darles caricias sobre la tela, suspira y muerde mi labio.

-Hazlo ahora, no me tortures—me dice jadeante y tomándome con fuerza del cuello para besarme intensamente.

Bajo mi pantalón liberando nuevamente mi pene, coloco su braga a un lado y la penetro con cuidado, ella se aferra a mis hombros conteniendo la respiración, soy un poco grueso pero en ella encajo perfectamente, una vez estoy totalmente dentro de ella suelta la respiración y me besa nuevamente con pasión, comienzo a embestirla suave, con temor, lo nota y comienza a alzar su cadera con movimientos excitantes, comienza a gemir y aumento las embestidas.

-Sí, Ed, como extrañaba esto—dice jadeando y gimiendo gustosa.

-Yo también extrañaba hacerte el amor, mi pequeña Flor.

-Oh, sí, estoy casi, pero no quiero correrme, es muy rápido—me detengo y ella gruñe dándome un golpe en el hombro y me rio.

-Acabas de decir que no quieres acabar—me fulmina con la mirada.

-Muévete, no hagas que te lo suplique—dice desesperada y comienzo a embestirla pero más rápido, muerde mi hombro para no gritar de placer, lo que hace que mi orgasmo este por llegar pronto.

La abrazo y muevo mi cadera en círculos, ella tiembla llegando al orgasmo y después de unas cuantas embestidas me libero dentro de ella sintiéndome en las nubes.

 

POV Alida


Siento como mi cuerpo por fin se relaja en sus brazos, me hacía tanta falta sentir como nuestros cuerpos se complementaban en una dosis de amor y deseo, al verlo totalmente erecto mi cuerpo reacciono a su necesidad, hace tres meses que no teníamos relaciones sexuales porque mi embarazo se complicó un poco, pero las cosas ya están mejor.




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