Mi Pequeña Luna

Capitulo II

El tiempo se fue relativamente volando y en un abrir y cerrar de ojos ya habían pasado los dos años que me dio mi padre para encontrar a mi mate.

Si, super rápido y lo peor de todo es que los resultados fueron tal cual los esperaba, ninguno.

Viaje y viaje, tanto que hasta en cierto momento me di por vencido pero el ir acompañado de dos personas que parecían florar entre burbujas de amor, me hicieron reflexionar y seguir con la búsqueda. Hasta en un acto desesperado mío me atreví a buscar entre los humanos y ¿De que sirvió? De nada.

Pero por lo menos el viaje no fue un total desperdicio para los dos por que en el tiempo que duro la travesía, Zed encontró a su mate quien resulto ser un hombre, llamado Connor Vacíliev quien es de una de las manadas rusas más poderosas de la zona. A los tres días de haber llegado, el hijo menor del Alpha Vacíliev, obtuvo su primera transformación y ese mismo día pasaron la noche juntos. Después el padre de Connor quién es el Alpha, no estuvo de acuerdo con que su hijo se fuera de Rusia y mucho menos con un hombre, pero al final entendió y acepto que Connor tenia que estar con Zed.

Toda una historia romántica para contar ¿No?

Y tal como lo prometí antes, con una semana de anticipación estábamos en un vuelo de regreso a Canadá para llegar a la manada y afrontar la triste realidad de que me caso con aquella chica llamada Amanda. Mi lobo a estado tan furioso que me hace tener cambios de humor repentinos, muchas veces me llego a asustar con los cambios que tenemos ya que a veces toma mi cuerpo sin permiso y hace y dice cosas de las cuales yo en mis sentidos nunca haría, como cuando se acostaba con Claris, y luego desaparecía dejándome con problemas y lagunas mentales.

Tener una parte tan impulsiva, malvada y sanguinaria casi nunca es bueno. Por eso es, que tener un mate es esencial para un lobo.

— Queridos pasajeros por favor abrochen se los cinturones, apaguen todo aparato electrónicos. Estamos próximos a aterrizar en el aeropuerto Toronto Pearson. Gracias por elegir aerolínea Swoop — por lo altavoces de avión se escucha la voz de la misma azafata que en todo el maldito viaje a estado tratando de seducirme.

— Que bueno — Zed suspira de alivio - por fin en casa — menciona poniéndome aún más de mal humor.

Sabe lo que el regresar implica para mí, para él, para toda la manada. Pero en estos momentos para él es mucho más importantes estar metido entre las piernas de su mate.

— Zed — le gruñó — cállate, sabes muy bien lo que me espera apenas pise la manada — de solo pensarlo mi día se termina de arruinar, maldita sea la hora que a mi padre se le dio por hacer un trato como ese. Si, la manada gana una luna falsa, Amanda gana quitarse el desprestigio y yo ¿Qué gano?

— Noah calma, cuándo menos lo esperes ella o él aparecerá en el momento indicado. Solo ten calma

— me asegura Connor.

— ¿No te parece que he estado lo suficientemente calmado? Esperando por más de cien años — el rubio solo me mira con pesar y no sabe lo mucho que detesto ese tipo de miradas — ¿Por que no aparece hoy? ¡¿Por que no aparece ya?! — cuando grito mi última pregunta los demás pasajeros me voltean a ver y un trueno retumba en el cielo — genial, lo que faltaba — ¡¿Y ustedes que están mirando?!

Al bajar del avión me golpea el frío viento de Canadá y es que no hay nada mejor como estar en tu país, oliendo los dulces aromas de tu tierra pero esa felicidad no puede ser completa, no, si volver a tu tierra significa sufrir.

Luego de un tiempo pasamos a recoger nuestros equipajes, caminamos hacia la entrada principal y al salir lo primero que nos recibe es el rostro sonriente de mi padre, esperándonos para llevarnos de regreso a la manada.

Me acerco a él con una sonrisa por que a pesar de todo lo extrañe.

— Hola papá — lo abrazo con fuerza

— Hola Noah — me abraza de vuelta — ¿Cómo estuvo el viaje? — me tenso al escucharlo querer Información sobre mi mate, lo se, rompo el abrazo.

— ¿Podrías por favor dejarme tener un bueno regreso? Por lo menos padre — la sonrisa que antes acompañaba su rostro se desvaneció

— Hola Alpha Bruno — interviene Zed en el tenso momento, distrayendo a mi padre mientras lo abraza y le da golpecitos en la espalda de forma fraternal.

— Hola Zed, ¿Tuviste suerte y has encontrado a tu mate? — en eso su mirada recae sobre Connor el cual se a mantenido callado en todo momento.

— Y.... ¿Él quien es? ¿De quien eres mate muchacho? — ¿Por que hace esto? ¿No puede olvidarse del tema de los mates por unos minutos?

¡¡Déjame respirar!!

— Hola, me llamo Connor Vacíliev — se acerca a mi padre — soy mate de Zed, un gusto en conocerlo, señor — le extiende la mano a mi padre.

— llámame Bruno — estrecha su mano — Que bueno es tenerte entre nosotros Connor — dice mi padre subiendo al auto y abriendo el baúl, montamos las maletas y subimos.

Cuarenta y cinco minutos después nos encontramos en Resplendent Moon.

Nada había cambiado desde que me fui, todo seguía siendo exactamente igual a como la última vez que lo mire, hace dos años.

— ¡Mi amor! — volteo a ver hacia la entrada de la casa donde provino el grito — que bueno es tenerte de vuelta, te extrañe mucho — mi mamá termina de bajar las escaleras y me estrecha entre sus brazos.

Tan cálido.

— Yo también madre, también te extrañe — me separo de ella para ver la presencia de mi hermana de pie de atrás de nosotros, la cual me da una gran sorpresa al ver lo grande que se encuentra su vientre.

— ¿Sabes bien que tendrás que ser madre soltera, verdad Dulce? — le pregunto a mi hermana y abro mis brazos para ella.

Sin pensarlo corre hacia mi con sus ojos cristalizados ¡Hormonas!

— No lo hagas ¿Si? No te vuelvas a ir — me abraza y esconde su rostro en mi pecho.




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