Había llegado a casa después de un largo día en el colegio, no había comido porque Clara y yo evitamos cruzarnos con Aaron a toda costa, definitivamente tenía a la mejor amiga de todo el mundo.
– ¿Vas a esperarte a la cena? –preguntó mamá cuando me vio subir las escaleras, me detuve y me asome.
–Si ¿Quieres que te ayude? –pregunte.
–No, has los deberes –dijo ella –te llamare cuándo este lista.
–Está bien –dije y subí a mi habitación, arroje la mochila en la cama y me acosté en ella mirando el techo.
Tenía la sensación de nuevo de que me observaban, levante la cabeza y no vi a nadie en la habitación, me puse de pie y camine hacia la ventana y busque con la mirada, allí estaba él, junto a al árbol de los vecinos, estaba de pie con las manos metidas en los bolsillos delanteros mirando hacia la ventana.
Sin dudarlo salí por la puerta de la habitación y corrí por las escaleras.
– ¿A dónde vas? –grito mi madre.
–Voy a hacer algo, no tardo –dije y abrí la puerta para salir, ya no estaba, camine hacia el árbol y mire alrededor, nada.
Sentí que el aire escapaba de mi pecho, necesitaba verlo, necesitaba respuestas.
–Maddy, ¿Que estás haciendo allí? Va a llover, entra a la casa
Mire a mi madre en la puerta con la cuchara en la mano, luego mire el cielo, estaba nublado y accedí a entrar a la casa, caminando hacia la puerta con la decepción dentro de mí por segunda vez en el día.
– ¿Que estabas haciendo?
–Creí haber visto algo –dije y subí de nuevo las escaleras.
– ¿Estás bien? –preguntó mamá tomando mi mano antes de que diera un paso más, negué pero seguí caminando cuando me soltó y entre a mi habitación cerrando la puerta detrás de mí y me recargue en esta hasta estar en el suelo, puse las rodillas contra mi pecho y me cubrí la cara con las manos echándome a llorar.
Necesitaba verlo, necesitaba saber porque causaba todo esto dentro de mí, porque me sentía tan segura y a salvo a su lado sin conocerlo, sentí un aire que hizo que mi vello se erizara y entonces levante la cabeza y lo vi de pie frente a mí, se hinco y me miró directo a los ojos, mi corazón se acelero y no pude hacer ninguna pregunta nada salía de mi boca, me alegraba verlo pero... ¿Cómo había entrado a mi habitación? ¿Por la ventana?
Levantó su mano derecha y acaricio mi mejilla, suspire sintiendo tranquilidad al instante, no pude dejar de ver sus ojos, me atraían como un imán.
– ¿Por qué lloras? –preguntó y note cierta confusión por mi reacción.
Escuchar su voz hizo que sonriera levemente.
–Ya no importa, ahora estas aquí –dije.
Siguió acariciando mi mejilla y sentí un cosquilleo en mi estomago, las preguntas que pensaba hacerle se borraron de mi mente, ahora lo único que importaba era que estaba aquí, frente a mí.
–Maddy ¿Estás bien cariño? –escuche a mi madre al otro lado de la puerta.
–Si –dije mirando los ojos azules de Kale.
–Tu padre ya llego, baja a cenar.
–Está bien, ahora voy –dije y escuche sus pasos alejarse.
–Debo irme –dijo Kale, sentí que le costaba decir aquellas palabras, no quería irse y para ser sincera yo tampoco quería que se fuera.
– ¿Puedes venir esta noche? –le pregunte.
– ¿Quieres que lo haga? –ladeó un poco la cabeza y no aparto la mirada de mis ojos.
Asentí.
–De acuerdo, vendré esta noche.
Asentí de nuevo y me puse pie, abrí la puerta y salí de la habitación para que él saliera por la ventana y camine hacia las escaleras bajándolas lentamente, limpie mis mejillas y sonreí al ver a mis padres en la sala hablando.
–Oh, ahí está –dijo mamá
– ¿Te sientes bien? –preguntó papá.
–Si ¿por qué? –dije mientras me acercaba a darle un beso en la mejilla como siempre que llegaba de trabajar.
–Tu madre dice que actúas muy extraño –dijo.
Mire a mamá que me veía con preocupación.
–Estoy bien, ¿Qué hay de cenar? –pregunte caminado a la cocina y sentándome en la silla para acercarla a la mesa.
Después de unos segundos mis padres entraron a la cocina y papá se sentó junto a mí, mamá sirvió la cena para luego sentarse a mi lado, dejándome en medio, solíamos cenar así, hablamos un poco sobre el día de cada uno, mamá había lavado algo de ropa que habían llevado de viaje, limpio la casa e hizo la cena, papá trabajo en la oficina y su jefe se había sorprendido al verlo una semana antes ahí pero la buena noticia es que le pago la semana de vacaciones así que papá estaba feliz.
– ¿Y tu Maddy? ¿Qué hiciste? –pregunto papá.
–Mmm... Fui al colegio –dije revolviendo los vegetales en el plato. –vi a mis amigos y... después regrese a casa.
– ¿Y tu novio? –preguntó Mamá.
Ella sabía que siempre lo veía en el colegio.
–También estaba ahí pero... no nos hablamos. –dije tomando un pedazo de zanahoria y llevándomelo a la boca.
– ¿Se enojaron? –preguntó ella.
– ¿Te hizo algo? –preguntó papá con cierto coraje en sus palabras, levante la mirada y lo vi.
–No papá es solo que él se fue con unos amigos después de un partido de fútbol americano e íbamos a pasar la tarde juntos es todo. –mentí, odiaba mentirles.
–Ya entiendo –dijo ella.
Termine de comer los vegetales y me levante de mi silla, tome el plato y el vaso de naranja para llevarlo al fregadero y lavarlos, después regrese a la mesa bese a mis padres en la frente.
–Voy a dormir –dije. –los veo mañana.
–Descansa –dijo mamá.
Subí las escaleras trotando, quería llegar a la habitación lo más rápido posible, cuanto entre cerré la puerta y me acerque a quitarle el seguro a la ventana, me cambie de ropa y me puse mi pijama, esta vez era un pantalón gris y una blusa del mismo color, entre a la cama y me acosté en ella cubriéndome con las sabanas, mire el reloj en mi teléfono. 11:25 p.m. un mensaje apareció en mi pantalla, era de Aaron.
"Quiero saber qué es lo que está pasando ¿Porque me evitas? ¿Es porque me fui a ayudar a Liam y te deje sola?"