Estos días están siendo raros. Queda un semana para la preboda lo que hace toda esta situación mucho más real. Me ha entrado el miedo. Yo no me sorprendo. Me conozco bien. Soy cobarde. Le pongo mucho valor a las cosas mientras se ven de lejos pero en cuanto se acercan las dudas llegan. Eso es lo que me está pasando a mí. Dudas.
Las redes sociales están inundadas con la promoción de la disco de Ginebra. Cuando lo supe no podía creerlo pero tampoco me sorprendió. La loca de Ginebra. Sufre un desamor y se compra un puto bar. Ni me sorprendo.
Le he escrito para felicitarla. Está contentísima pero no me ha invitado. Eso tampoco me sorprende. Laura estará allá y ella intenta mantenernos a distancia sobre todas las cosas. No volver a saber nada de Laura en todo este tiempo fue duro, pero volver a verla en casa de mis padres organizando mi boda fue una puta locura. Allí estaba ella, después de un año, sin más , mirándome como si nada.
Aun no doy crédito a que mi madre la contraria, pero aun menos a que Laura aceptara por su puesto. Nunca dejará de sorprenderme. Eso es lo que me gustaba tanto de ella y ahora lo odio. Sin embargo, llevo días sin dejar de pensar en ella. Todo me la recuerda. Cada rincón de mi casa donde compartimos momentos. Cada restaurante de la ciudad donde fui con ella. El gimnasio… ¿Porqué? ¿Porqué la mente se empeña en en atraer fantasmas del pasado en el peor momento? Es de locos. Mi boda está tan cerca que no puedo permitirme esto ahora, me juré que no la cagaría pero es que equivocarme también es cagarla. Y para estar seguro de todo necesito aclarar ciertas cosas. Necesito alejar a los fantasmas.
Por eso he insistido mucho a Ginebra con lo de la fiesta. Necesito que me deje ir. Necesito verla pero ella no está de acuerdo. Contaba con ello. Piensa que no será bueno para ninguno de los dos. Que ambos atravesamos momentos emocionalmente duros y que reencontrarnos sería tambalear todos los cimientos que hemos ido construyendo. A mi me importa una mierda esos cimientos. necesito verla. necesito hablar con ella y necesito, sobre todas las cosas, entender porqué no estamos juntos.
Yo la quise, y ella también me quiso a mi. Entonces… ¿qué coño ha sucedido? ¿Por qué me caso en un mes y no es con ella?
Ginebra no ha sido fácil de convencer. He necesito bombardearla a mensajes lastimeros y llenar su buzón de voz de mensajes amenazadores. Al fin a accedido a que vaya. También podría haberme presentado allí sin más pero no valgo para eso. Sé que será un día muy importante para ella y no soy capaz de estropearlo. Esto podría cambiar muy bien o acabar tremendamente mal. Sin termino medio. Así que prefiero que todos estén sobre aviso por si hay daños colaterales.
Ahora miso tengo los huevos de corbata. Estoy asustado y no tengo ni puta idea de lo que voy a decirle pero improvisaré. Cuando la tenga delante sé que todo aquello que quiera decirle, sea lo que sea que no lo sé, saldrá solo sin necesidad de darle demasiadas vueltas. Tiene que salir bien. Necesito que salga bien. Porque soy incapaz de seguir con mi vida sin cerrar esta etapa .
Lo he intentado. Vaya si lo he hecho, pero ha sido imposible. He fracasado. Como en casi todo lo que tiene que ver con Laura Sorda. Maldita seas Laura. Maldito tú y maldito el día en que te conocí. En el que pusiste mi vida patas arriba y lo cambiaste todo.
Cuando se trata de Laura nunca sé lo que va a suceder y eso da un miedo que te cagas. Supongo que por eso agradecí que se marchara. Que despareciera. Viví como un ciego integrante hasta que nuestras miradas volvieron a a cruzarse aquel día en Los Hampton y , entonces, lo supe. Nunca sería feliz mientras ella estuviera por medio. ¿A quién quería engañar?
Mentiría si digo que no me he puesto estos pantalones bajos porque le gustan a ella. Y esta cazadora que le dejé tantas veces. Sí. Quiero despertar algo en su interior. Los recuerdos tl vez. Entiendo que es un juego muy peligroso el mío pero quiero que Laura sea sincera y para ello necesito despertar algo en su interior, remover sus entrañas. Ya está bien de decir lo que creemos más correcto. Cuando se trata de nosotros jamás somos capaces de ser sinceros y eso es algo que me tiene harto.
He tratado más de la cuenta en llegar al local. Ese puto local en el que empezó todo. Aquel día en el que le propuse ese plan disparatado que sería el principio de mi caos. Pero no me arrepiento. Los recuerdos ya me están invadiendo incluso antes de entrar. Por eso he necesitado venir por el camino más largo, incluso dar alguna vuelta de más, para concienciarme, sin éxito, de lo que iba a hacer. Abrirme en canal, con suerte, estrellarme sin e medio.
Nada más entrar la veo de frente. Maldita casualidad que no deja ni que me haga a la idea. Pero lo que veo no me gusta en absoluto. Porque no está sola. Pero no es eso lo que me preocupa sino con quién está. Tengo que mirar dos veces, tres quizás. No doy crédito. Pero está pasando. La noche no ha empezado nada bien. Primer obstáculo.
Su reacción no se hace esperar. Se ha puesto blanca ,incluso bajo las luces de colores , y ha salido corriendo. Su acompañante no entiende lo que pasa hasta que me ve. No se marcha, sino que me desafía con la mirada y no sabe que me pilla en un mal día. Pero en esos chungos de verdad en los que no me importa nada. Por eso me acercó a él con paso decidido y el odio en la mirada. Qué mierda se ha creído este.
- ¿Qué haces aquí?- pregunto sin andarme con rodeos.
- Eso mismo podría preguntar yo.
Su mirada arrogante, como de costumbre, esa despreocupación en su rostro que me saca de quicio. A él nunca le importo nada. Nada ni nadie.
- No sé a qué crees que estás jugando pero para. Quiero que pares.
- ¿Quieres? Me da igual lo que tú quieras.- contesta con chulería.
Demasiados sentimientos encontrados. No funciono bien bajo tantos estímulos. No estaba reparado para esto. Para cualquier otra cosa si, para esto no. Pero así es la vida que no hace más que ponerte a prueba. A mi me lo pone muy difícil joder.
- De todas las cosas que has hecho en la vida esta es la que más me sorprende.- mis ataques están siendo algo flojos, lo sé.
- Suerte que no me importe una mierda.
Quiero partirle la cara allí mismo. Sé que sería un paso demasiado grande, no habrá vuelta atrás, nunca antes lo había hecho aunque si que lo había deseado mil veces pro por Laura me vuelvo loco.
- Eres un puto egoísta de mierda que se pasea por la vida sin preocuparse por nada, ni por nadie- aprieto los puños, preparado- Nunca te ha importado nadie y nunca te importará. Por eso estás solo.
Ginebra a parecido justo cuando creía que era el momento correcto para soltarle un derechazo. Lástima. Esto lo cambia todo. No puedo liarla tanto si Ginebra me está mirando. Es su fiesta joder. Ya está bien. Necesito calmarme.
Martin ha mirado hacía a tras y cuando la ha visto se ha marchado. No sin antes dedicarme una sonrisa chulesca que me ha hecho arder, aun mas de odio. Solo el odio corre por mis venas ahora mismo.
Mi amiga me mira con reproche. No puedo quejarme, me lo merezco. Quiere que me vaya, lo entiendo, pero es que aun no he podido hacer nada de lo que me había propuesto. Tenía un objetivo claro y no he podido cumplirlo. Martin lo ha cambiado todo.
Discutimos, el quiere que me vaya yo quiero que me deje quedarme, que me deje hablar con Laura no quiero ceder. Entonces aparece ella.
Increíblemente guapa. Arrebatadora mente sexy. Siempre me hace temblar. Lleva un vestido que reconoció. ¿Será alguna señal? No , Gabriel. No te flipes porque ella no sabía que tú vendrías así que no es más que una coincidencia. Como mucho una señal. Una señal de que debo seguir adelante con mi propósito. De que valdrá la pena. Si no ha tirado todo lo que compré debe ser por algo. Pero, un momento, por qué quiero que sea. Si hay un motivo, cuál quiero que sea. La voy a cagar si no tengo claras mis intenciones.
Se acerca a mi. Ha bebido . Se nota y no solo por la botella de tequila que trae en la mano. La deseo nada más verla acercarse. Necesito contener mis manos para no agarrarla y estrujarla contra mis pecho. Para no comérmela a besos que es todo lo que deseo hacer. Pero mi cabeza, que es sabía, ya me está mandando señales de alerta. Lexy. Piensa en Lexy. Te vas a casar con ella. Pero por qué, por qué me voy a casar con ella es lo que le pregunto a mi cabeza con desesperación. Su respuesta es clara, porque tú lo has decidido.