Nebu, al ver a Nohemí sentada en las gradas cerca la salida, pensó – La he encontrado al fin. Si no me hubiera ido por un momento, no tendría que haberla ido a buscar. Pero, lo buen, es que aún se encuentra en la escuela. Ya estaba por pensar que se había ido – y se dirigió hacia ella, quien también se dirigía hacía Nebu.
Nohemí, que se acercaba a Nebu, se decía a sí misma – no daré un paso atrás y dejaré las cosas claras – mientras miraba fijamente hacia Nebu.
En el momento en que los dos estuvieron cara a cara. Nebu dijo – hola Nohemí... este... creía que ya te había ido – Nohemí – ¿haberme ido ya? Jajaja, jaja, jaja, ja... no sé cómo se te pudo ocurrir eso. Yo no soy igual que tú, que sólo se va una vez que llega la hora sin haberse divertido un poco. Además, hoy es el último día de clases y, con ello, el próximo año ya seremos de sexto y con ello habremos terminado la primaría – Nebu – tienes razón. Ya sólo un año más nos queda para seguir están do aquí y estar juntos de esta forma. Después... puede que vayamos a escuelas diferentes y no nos veamos como ahora – Nohemí – puede que tengas razón, pero no creo que sea posible que todo termine así. Es por eso que – dándose la vuelta – es mejor el poder pasar el tiempo juntos un poco más. Ir y divertirnos es algo maravilloso. Así como el compartir con todos nuestros amigos – Nebu – tienes razón... pasar tiempo con nuestros amigos... amigos... eso es – Nohemí – así es – se 'dio nuevamente la vuelta y le extendió la mano a Nebu mientras decía – es por ello que... ¿Qué te parece si regresamos juntos a nuestras casas? –Nebu, tomando su mano, respondió – sí – se quedó en silencio por unos segundos y luego, sonriendo, continuó diciendo – tienes razón, vamos de regreso – y de esta manera salieron de la escuela.
Una vez que estaban fuera, Nohemí soltó la mano de Nebu mientras contaba algunos chistes. En ese momento, todo parecía como si nada hubiera llegado a cambiar y que era como antes. Los dos estaban riéndose durante el camino y, haciendo competencias como el que pudiera caminar para atrás más rápido sin caer gana, se iba pasando el tiempo así como el camino era cada vez más corto. El terminar llegando al lugar donde empezaron a jugar los dos, fue el sitio designado para poder hacer que todo volviera a la normalidad. Es por ello que, al llegar a este lugar, Nohemí le dijo a Nebu – que tal si vamos nuevamente hacia aquel árbol – Nebu – ¿hacia el árbol? – Nohemí – así es. La última vez me ganaste en la competencia que hicimos... Pero esta vez – con una gran sonrisa – veras que no lo lograrás. Yo seré la vencedora de esta competencia y no tú – Nebu – está bien. Acepto el reto, pero no pienso perder durante esta competencia – Nohemí, en voz baja – yo tampoco pienso perder en esta competencia, así que será mejor que estés preparado para lo que está por venir – Nebu – ¿Dijiste algo? – Nohemí – sólo que vamos a empezar ya la competencia. Así que será mejor que te prepares para ver como corre alguien profesional como yo – Nebu – está bien – se paró en la línea de salida – daré lo mejor de mí para no dejarme ganar tan fácilmente o por lo menos poder mantener tu paso – Nohemí – eso ya lo veremos – y miró fijamente al árbol.
Una vez los dos estaban parados en la línea de salida, Nohemí dijo – listo... y... ¡Ya! – y empezaron a correr hacia la meta. Nohemí, mientras corría, pensaba – así es, esta vez no dejaré que me sorprendas tan fácilmente. Sino que seré yo quien lo haga. No dejaré que me ganes esta vez – y con ello empezó a correr cada vez más y más rápido.
Nebu, que apenas y le podía seguir el paso, trató de correr con todas sus fuerzas para alcanzarla. Aquella meta que estaba enfrente de los dos, ahora parecía que escondía nuevamente algo más que no podían esperarse. Es por ello que Nebu, a pesar de que se estaba quedando atrás de Nohemí, la miraba como si se tratase de su próxima meta a la cual debía de llegar.
En el instante en que Nohemí tocó el árbol, seguidamente de Lui, trato de recuperar el aliento mientras rebosaba una gran sonrisa de su rostro. Nebu, que también estaba tratando de recuperar el aliento, dijo – e... es... e... este... ha sido una buena competencia. Pero, la próxima vez, estoy seguro que te voy a ganar – Nohemí – no ha estado nada mal... pero... pero... pero no creo que sea tan fácil, sobre todo si se trata de ti – se miraron entre sí y luego empezaron a reírse a carcajadas.
Los dos se sentaron cerca el tronco del árbol y, mientras miraban el lugar, Nohemí empezó a decir – Nebu – Nebu se puso de pronto un poco tieso debido a los nervios que le produjo el oír que Nohemí le hablara seriamente. Nohemí, dejando salir un pequeño suspiro, continuó diciendo – La verdad es que tengo algo que decirte hoy... y es... que yo... acerca de lo que me habías dicho antes... – Nebu empezó a sudar de los nervios – no puedo... – Nebu, sintiendo que estaba en peligro, rápidamente dijo – sabes... creo que ya se está haciendo tarde. Será mejor que nos vayamos si no queremos que nos regañen – Nohemí, enojándose, dijo – ¡ya basta! ¡No puedo creer que me hayas hecho esto! Lo he pensado más de una vez. No puedo continuar de esta manera... ya no... ¡Ya no! No dejaré que seas quien se vaya. No me dejaste alternativo la otra vez. Así que yo tampoco la tendré – y, como Nebu estaba empezando a irse mientras pensaba – si termina siendo lo que creo que es... Será mejor quedarme sin respuesta a tener que escucharlo – Nohemí, agarrándolo de la mano derecha, continuó diciendo – con respecto a lo que me preguntaste. No puedo aceptar en lo más mínimo el ser tu novia. Y no tengo pensado que podamos ser así. Ya que... – de pronto se detuvo.
En ese momento, en cuestión de un momento, Nohemí empezó a sentir como su corazón estaba temblando y latiendo tan rápidamente. Sus pensamientos empezaron a ser muy confusos y le hacían preguntarse si esto era lo que realmente quería o no. Así como el ver a Nebu, que estaba tratando de mantener la calma.