Era una mañana soleada, los pajarillos cantaban y en el aire se podía oler un rico aroma a rosas; ese día podía describirse como uno excelente, claro, para las demás personas pero no para Misaki, ella lo veía como otro día sin sentido que podría pasar en casa jugando o viendo anime.
Serinuma recordó que tenía que ir a la escuela, se comenzó a alistar y después de un rato fue a prepararse el desayuno, aunque al bajar se dió cuenta de que no era necesario, ya que el trabajo de sus padres era muy "importante" entonces se podría decir que ella era de excelentes recursos económicos y en casa habían empleados hasta para lavarle los dientes.
Al dirigirse a la puerta escuchó la voz que no oía desde hace 3 meses:
¿?: ¿Ya te vas al colegio? - preguntó una voz masculina.
Misaki: Sí señor Haru, ¿No ve que ya estoy en la entrada? - respondió Misaki con total tranquilidad.
Sr. Haru: Venga ya, tampoco es para que le respondas así a tu padre - dijo un poco molesto - Sí me dí cuenta de que ya estabas en la entrada, ya sabes que si sales debes ir con el chofer.
Misaki: ¡Ni hablar! - responde un poco exaltada y en seguida sale de la casa
Al llegar al colegio Misaki se dirigió a la oficina de la directora para saber cuál iba a ser su aula; al salir de allí se fue a la clase 2-1 y esperó a que le llamara el profesor que se encontraba adentro.
Profesor: ¡Bien chicos! El día de hoy tenemos una compañera nueva, porfavor llévense bien y apóyenla en lo que necesite - dijo con entusiasmo - Porfavor Serinuma-san, entra.
Al entrar, Misaki se paró delante de la clase y no esperó a que el profesor se lo dijera...
Misaki: Mi nombre es Serinuma Misaki - pronunció esas sencillas palabras con una seriedad que hizo que todos a su alrededor susurraran .
Profesor: Bien... Serinuma-san, tome el asiento vacío de esa fila porfavor y comencemos con la clase.
La hora del descanso llegó y Misaki no dudó ni un segundo para escapar a la azotea; al llegar allí, se sentó en un espacio donde no había gente y comenzó a comer, de la nada, unos chicos llegaron y hablaron con ella...
¿?: Hola Serinuma-san - dijo una voz con tono alegre
Misaki levantó la mirada y vió a una chica de cabello castaño y ojos de difrente color quien estaba acompañada de dos chicos y una chica.
¿?: Me llamo Sakura - habló con un tono de vergüenza - Ellos son Koe, Naoki y Rebecca, somos de tu clase.
Misaki: ¿Necesitan algo? - preguntó de manera cortante
Sakura: B-bueno... - tartamudeó mientras su rostro se ponía rojo como un tomate.
Koe: Hemos venido porque Sakura insistía en que quería hablar contigo y hacerse amigas - continuó Haru con un poco de enojo por la manera en que contestó Misaki.
Misaki: ¿Ah?... ¿Por qué querría ser mi amiga? Yo no hice nada como para que ella lo decidiera - seguía contestando con ese rostro serio y arrogante a la vista de ellos.
Rebecca: ¡Oye!.. Tampoco es para qu...
Misaki se levantó lo más rápido que pudo, guardó su desayuno y se fue al aula, dejando en la azotea a aquellos chicos.
En la hora de salida se pudo percatar que una limosina estaba afuera, era su padre quien estaba en la entrada; ella seguía caminando a su ritmo y todos a su alrededor la miraba con asombro, incluyendo a Koe, Naoki, Rebecca y Sakura.
Sr. Haru: - ¡Hi Honey! - le dice con su idioma de origen
Misaki lo mira con seriedad y en seguida se sube al auto sin decir nada, el padre hace lo mismo y se van a casa.
Serinuma se puso a hacer la tarea, la terminó y comenzó a jugar el RPG que acababa de comprar hace unos días, por naturaleza ese juego la hacía feliz aunque ella no sonriera, ya que no sabía cómo hacerlo.
Después de unos minutos se puso a recordar todo lo que les dijo a esos pobres chicos, ahora sentía una extraña emoción, algo que nunca había sentido; así es, la tristeza. Cuando dijo " ¿Ah?... ¿Por qué querría ser mi amiga? Yo no hice nada como para que ella lo decidiera" realmente quería decir con alegría "¡Me encantaría!", pero no supo porqué dijo aquellas palabras hirientes.