Mi primer beso [bl/gay]

2. Mi mejor amiga

Narración desde el punto de vista de Derek.

 

— ¿Él es tu amigo? —pregunta Nidia, mi novia, refiriéndose a Clay.

 

— Lo es —respondo, acariciando las ondas rubias de su cabello sedoso— ¿Sucede algo?

 

Mira de manera extraña a mi amigo, quien a través de la ventana del segundo piso se veía plantar semillas en el jardín de la escuela. Clay pertenecía al club de jardinería. 

 

Nidia me mira y se encoge de hombros.

 

— Realmente no es nada importante, solo olvidalo.

 

Frunzo el ceño y busco su mirada bajo su recién cortado flequillo.

 

— ¿Qué sucede? Puedes decirme lo que sea.

 

Me observa como si no quisiera hacerme saber lo que ocultaba, pero ante mi mirada inquisitiva termina rindiéndose y suelta un suspiro.

 

— He escuchado rumores por ahí, pero son solo rumores, eh —aclara antes de proseguir—. Dicen que él se comporta demasiado como una chica, se ve tan femenino ¿No será que le gustan los chicos? —pregunta realmente interesada.


 

Frunzo el ceño.


 

— No, Clay no es femenino, solamente no le gustan los deportes bruscos; es bastante enfermizo por lo que no puede realizarlos y no, no es gay —respondo sin dudar.


 

Ella vuelve a encogerse de hombros.


 

— Es solo lo que he escuchado —se defiende, luego acaricia mi mejilla—. No es por nada, pero puede que también puedan encasillarte con él si pasan mucho tiempo juntos.


 

Ruedo los ojos.


 

— Eso es imposible, además ya te he dicho que Clay no es femenino.


 

— Oh, Derek, ambos sabemos que Clay es tan delicado como una margarita, no nos engañemos —me preparo a protestar pero me interrumpe—. En todo caso, deberías de tener cuidado, también hay rumores de que tú y él tienen algo ya que pasan pegados el uno al otro.


 

Le veo dudoso.


 

— ¿De verdad están corriendo esos rumores?


 

Asiente con preocupación.


 

— Me lo ha contado una chica, claro que le he dicho que eres mi novio —enrrolla sus brazos sobre mis hombros y pega su frente a la mía—. Te amo, Derek, por lo tanto no quiero que creen rumores a tu alrededor, quiero lo mejor para ti.


 

Me abrazo a su pecho con mi mente dando vueltas en lo que ha dicho, realmente Nidia no es la primera quien me lo dice, mis amigos anteriormente habían hecho algún comentario al respecto y el tema era algo que ya me encontraba analizando, tampoco quería que hubiesen rumores a mí alrededor pero nada desaparecia el hecho de que Clay es mi amigo.


 

***


 

— ¿A dónde piensan ir este fin de semana? —pregunta uno de mis amigos mientras come su almuerzo.


 

Nos encontrábamos en receso y estábamos descansando al lado de uno de los ventanales mientras charlabamos de cosas triviales.


 

— Yo me quedaré en casa con mi hermano, como siempre —respondo, picando con el tenedor mi omelett


 

— Tu hermano da miedo. —comenta Nidia y todos ríen.


 

— En realidad es buena persona, no sacrifica corderos —respondo entre risas, de repente uno de los chicos se asoma por la ventana y codea al de la par para que vea algo— ¿Qué sucede? —pregunto buscando lo que veían.


 

Desde la ventana se podía ver el jardín y, entre las altas girasoles, estaba sentado Clay con sus sombrero de paja, colocándose una florecilla tras lo oreja con sus manos enfundada en los guantes de jardinería. Lo miro hasta que la risa de mis amigos me hace despegar la vista del cristal en silencio.


 

— ¿Ese no es el chico de la otra clase?


 

— Si, el amigo de Derek —responde uno antes de carcajearse.


 

Remuevo mi comida con incomodidad, con la mirada de Nidia clavada en el cuello.


 

— En realidad solo somos un poco cercanos —aclaro incomodo—. Vivimos cerca.


 

— No lo niegues, Derek —suelta uno con las mejillas rojas de tanto reir—, eres amigo del mariquita.


 

Dejo caer los cubiertos sobre el plato y le veo serio.


 

— Si te digo que solo somos cercanos, es solamente eso, deja de fastidiar con el asunto ¿Acaso quieres su número?


 

Ahora todos rompen en carcajadas señalando a aquel chico que baja la mirada muerto de la vergüenza a su desayuno mientras trataba de disimular el momento riendo entre dientes.


 

Nidia se acerca a mi oído y susurra:


 

— Te lo dije.


 

***


 

¿Dónde está ella?


 

Llevaba esperando a mi novia desde hacía ya media hora a la salida del colegio pues me había pedido que le llevase a casa en mi bicicleta hoy, pero, a pesar que la mayoría de personas ya se habían marchado, ella no aparecía por ninguna parte. Resoplo y camino adentrándome de nuevo por el jardín principal hasta que a la lejanía veo su moño rosa en uno de los pasillos.


 

Me acerco con cautela hasta donde puedo verla mejor y noto que se encuentra de pie frente a Clay, pareciendo que un aura de tensión les rodeaba ya que Nidia tenía una mano contra la pared, impidiéndole el paso a Clay, quien le hablaba con el ceño fruncido. Su conversación llega a su fin al verme y el rubio camina a paso rápido en mi dirección hasta llegar frente a mí.


 

— ¿Nos vamos? —pregunta, con la voz baja y tomando entre sus dedos la punta de mi corbata— Me siento mal.


 

Viéndole así, Clay es realmente femenino. Sus rasgos son suaves, hasta sus manos son suaves, tiene pestañas largas, nariz respingada cubierta de pecas y los labios con el arco de cupido perfectamente delineado; incluso cualquier cosa le hiere, lo que provoca que la mayoria de veces tome una actitud lastimera ¿Justo como una chica? Odiaba admitirlo, pero quizás Nidia tenía un poco de razón.



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En el texto hay: amigos, aventura, adolecestes

Editado: 03.03.2020

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