Mi Primera Vez

CAPÍTULO 3: EMPEZAR DE NUEVO NO ES TAN MALO

Por lo general nos asusta salir de nuestra zona de confort, después de todo cuando tienes una rutina y una vida hecha, por mas corta que sea, es muy difícil dejar atrás a tus amigos o a una parte de tu familia, aunque también es una muy buena oportunidad de reinventarte, conocer gente nueva, y por qué no, sentirte parte de otro lugar, eso me pasó a mi, llegar al pueblo no era algo nuevo para mi, pues venía muy seguido, de vacaciones y por las fiestas, está a 7 horas de la capital así que fue un viaje largo, de hecho pensaba que era el típico viaje de vacaciones de verano, veníamos a disfrutar a la casa de mis abuelos, era hermosa, una casa grande y esquinera, con un patio grande atrás, los ingresos de mis abuelos venían de dos lugares, mi abuela era maestra de escuela, una de las mejores que he visto, tanto que me enseñaba matemáticas cada vez que podía, algo que amaba, pues nadie me enseñaba tan bien como ella, por otra parte, mi abuelo tenia una tienda en la esquina de la casa, una tienda de la cual siempre podía coger todo lo que yo quisiera, y que, al igual que la casa, tenía un olor particular, una mezcla entre los detergentes y jabones, y los helados y productos refrigerados, una combinación que es imposible para mi describir, pero muy fácil de reconocer, junto a ellos vivía mi Tío, el hermano de mi mamá, era una de las personas que siempre me gustaba ver, jugaba videojuegos conmigo, cocinaba cualquier cosa para nosotros, amaba venir a visitarlos y también que ellos fueran a la capital a visitarme a mi. 
No solo pasaba las vacaciones con mi familia, si no también con los amigos que había hecho las veces que venia de visita, amigos con los que corría y jugaba toda la tarde, con los que prácticamente había crecido y a los que ansiaba ver cada vez que se acercaba el verano, no había nada que odiara mas que volver a mi ciudad después de un verano increíble, mis ojos se llenaban de lágrimas y no podía pensar en otra cosa que no sea en los abrazos de mis abuelos, en las risas con mis amigos y en volver al año siguiente, el verano seguía y se desarrollaba de forma normal, como cada año, tanto que ya estaba despidiéndome de todos, hasta que una tarde… 
Transcurrían los últimos días de vacaciones, y yo ya me imaginaba regresando a mi escuela anterior, tenia planeadas muchas cosas para el nuevo año, hasta que una mañana mis padres se sentaron a hablar conmigo 


— ¿Te gustaría no tener que irte de aquí? —preguntaron 
— Al principio no entendía muy bien a lo que se referían, «¿De verdad podría quedarme aquí?», pensé, aunque estaba muy emocionado, también me confundía el por qué de esta tan repentina decisión, no me quejaba, nada era mas emocionante que ver siempre a mis abuelos, que estar con los amigos a los que solo veía 3 meses, 
— Claro que quiero, me encanta estar aquí, y quiero estudiar aquí y ver a todos todo el tiempo, si, vivamos aquí — respondí 


Luego de eso me explicaron que habían decidido que nos mudaríamos acá, que solo querían conocer mi opinión, pues sea como sea, la decisión estaba tomada y no se iba a cambiar bajo ningún concepto, pero todo me gustaba de este lugar, así que no me molestaba para nada la idea. 
Pasaban los días y yo estaba viviendo el sueño, no tendría que volver a pasar por la pena de dejar a mis abuelos, a mi tío, a mis amigos, iba a poder verlos todos los días, prácticamente era estar en unas eternas vacaciones, pues aun no asociaba el hecho de que, vivir ahí, significaba también volver a estudiar y seguir con mi rutina anterior, solo que esta vez en un lugar diferente. 
Hay una particularidad que no les he contado, si bien es cierto que estamos en el mismo país, los ciclos escolares son muy distintos, en la región Sierra, donde se encuentra la capital, las clases inician en Septiembre y terminan en Junio, mientras en la región Costa las clases empiezan en Abril y terminan en Febrero, lo que en síntesis quiere decir que mientras yo venia al pueblo de vacaciones mis amigos de aquí recién iniciaban sus clases, y cuando ellos salían de vacaciones yo estaba terminando mi ciclo escolar, bien, dicho esto es mas fácil entender lo que sigue a continuación. 
Pasaban los días, y yo estaba muy perdido con respecto a mis clases, no sabía en que momento iba a empezar, lo que si tenía claro era donde quería estudiar, todos mis amigos estudiaban en la que era considerada la mejor escuela del pueblo, en donde un hermano de mi abuelo era profesor, lo cual podría ayudarme a conseguir un cupo aunque sea un poco tarde para eso, lo bueno es que en ese sentido el sistema educativo es flexible, solo necesitaba los papeles que me acrediten en mis años anteriores, papeles que llegaban junto a la mudanza que trajo las cosas de la que ahora era nuestra antigua casa. 
Mientras esperábamos que eso suceda yo seguía con mis “vacaciones”, algo triste he de confesar, pues no había logrado despedirme de mis amigos, y sobretodo no sabía que iba a pasar con ese beso en la mejilla y esa conversación que había quedado para el año que iba a empezar, debo admitir que lo que mas me molestaba era precisamente eso, no poder haber terminado ese asunto por el cual me había esforzado tanto y que solo al final me dio una pizca de ilusión. 
Pasaron unos pocos días y la mudanza al fin había llegado, era el momento de dejar todo atrás definitivamente y empezar de nuevo, pues ya tenia los papeles que necesitaba para terminar mi inscripción y una vez entregados, y aceptados, solo me hacia falta esperar a que fuese Lunes para poder asistir a la que sería mi nueva escuela. 
 




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