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El tercer día pintaba mejor, me desperté con más energía, desayuné más de la cuenta y me puse "Shake lt Off" de Taylor Swift en el autobús de camino al instituto. A primera hora teníamos Historia y era la clase que más ganas tenía de empezar. A pesar de que suene friki, me gusta mucho la historia. Me parece apasionante y una clara prueba de que la humanidad no aprende nunca de sus errores (Yo tampoco).

No tardé mucho en localizar a Andrés. Ya estábamos sentados en la mesa cuando entró Alex. Era tal y como lo recordaba, estatura media, unos 35 años, rubio y con unos grandes ojos azulados-grises. Vestía normal pero no tan mal como los demás profesores ( a excepción de Silas). La verdad que dio respeto nada más entrar en la clase y todos en seguida nos callamos, nos advirtieron bien de su carácter. Yo pensé que me caería bien porque parecía serio. Empezó con la presentación de siempre pero de una forma más cercana, diferente y amena. Me gustó mucho y desde ese día decidí que le tendría un eterno respeto a ese profesor.
Las siguientes clases fueron con nuestra profesora Adele de Griego/Latín que era muy divertida, parecía una madre y una amiga y hubiera sido la clase perfecta si no fuese porque en ella estaba mi ex novio. En mi instituto nos mezclábamos con otras clases en algunas asignaturas y justo esa, que tenía cuatro veces a la semana era una de ellas. ¿Queréis algo mejor? En Griego también. Una risa. Nos llevábamos bien y con eso bastaba. Por cierto, puede que sea relevante que su mejor amigo es Andrés, así nos conocimos. Estoy segura de que es el mayor error que cometió Andrés, o eso pensaba él. Fue en una fiesta de nuestro pueblo, Marc me preguntó si le podía dar el número de mi amiga y yo, que ya le había echado el ojo, le juré que ella ya tenía novio. Que romántica estoy hecha. Al final se enamoró de mi y llegó a odiar a mi amiga hasta el punto de afirmar que ella "fue la culpable de nuestra repentina separación". Supuse que le ayudaba a superar nuestra ruptura esa negativa por ver sus errores y su falta de cariño.
El resto del día fue normal, más clases y más profesores que ya conocía y que poco tienen que ver con la historia, así que desde aquí pido perdón por omitirlos.
Terminé las clases y estaba esperando el autobús cundo de repente salió Alex y se dirigió a su coche, que tenía aparcado justo en la puerta. Caminaba con una seguridad que pocas veces había visto en un hombre y eso era peculiar.
Me sorprendí a mí misma al ver cuan atractivo era conduciendo y borré rápidamente ese pensamiento poco propio de mi gracias a la llegada del autobús y la sorpresa al ver que Marc también iba a subir.
Como era de esperar, se sentó a mi lado y entablamos una conversación poco cómoda, nada necesaria y muy aburrida sobre el tiempo y las clases que ni siquiera necesito reproducir. Él había escogido Sociales y por ello creía que eso me interesaba en algún aspecto, le dejé acabar y me puse los auriculares. Pilló la indirecta y me dejo en paz. Quizás era muy dura con él, pero las energías que usaba en parecer que él me interesaba prefería gastarlas en las clases de castellano.
Al llegar a casa, me fui directa a la ducha, terminé mis traducciones de Latín que aún tenía pendientes y me permití disfrutar de unos minutos de paz mental hasta que llego del trabajo mi querida madre. No tardó ni una milésima en preguntarme/interrogarme sobre mi día en el instituto. Sabia que ese era uno de los más importantes porque conocería mi profesor de Historia y ella muy lista, era consciente de que si me tocaba un mal profesor, acabaría amargada todo el año por tener fastidiada mi asignatura favorita. Nada más tranquilizarla y gracias a la llegada de mi padre pudimos cenar. Mi padre con su gran tacto natural me preguntó sobre las clases, él sabía que era lista y que no consumía drogas, no tenía de que preocuparse. Recogí los platos, subí a mi habitación y como siempre hice un resumen mental a ver que había impactado más a mi subconsciente en el día de hoy. Alex. Marc. Alex. No me podía quejar. Me estaba gustando bachiller.