Deje a Emily en su casa después de la escuela ella se veía muy preocupada por su amiga Lauren y yo lo estaba también, pero por mi amigo Tayler. En menos de lo que creíamos ya todo el instituto sabía que nuestros mejores amigos habían sido engañados. Esto a Tayler lo lleno de ira ya que todos cuchicheaban por los pasillos cuando lo veían pasar o murmuraban a sus espaldas cosas que no eran ciertas. Pero como son solo rumores la gente lo sigue comentando a pesar de que mi amigo intento desmentirlos.
Lo peor fue cuando se pasó la foto de Jodie besándose con Samuel, esa foto inundo las redes sociales donde todo el mundo daba su opinión, aunque nadie se los haya pedido. Rápidamente el vídeo de Emily paso a ser historia siendo remplazado por la imagen de la traición del año. Mientras íbamos en el auto Emily comento que quería que se olvidaran de ese vídeo, pero no a costillas del dolor de su amiga, a pesar de que ella no difundió esa foto se siente mal por Lauren.
– Te estoy hablando torpe – un zapato impacta en mi cara sacándome de mi ensoñación con la enigmática castaña de ojos azules. Mire a la dueña del zapato parada frente al sillón con los brazos en sus caderas mirándome con algo de diversión. Tomando el mismo zapato le devolví el golpe a Melanie, pero ella logro esquivarlo soltando una risita que contagio a Kara que entraba con Toby sentada viendo la televisión.
– ¿Qué pasa Melanie? – la nombrada suspira dejándose caer en el sillón de la sala y saco su celular para enseñarme que había sido invitada a la fiesta de último año de mi instituto. Esa fiesta era exclusiva para los estudiantes de último año y obviamente los más populares del instituto tenían un lugar en esa fiesta. Yo había recibido la invitación hace unos días, pero no tenía interés de ir pues me invitaron porque estoy en el equipo sino tampoco se hubieran molestado en invitarme. La otra cosa es que puedo ir con alguien, pero todavía no sabía con quién pensaba ir con Charlotte, pero no quiero que se le generen falsas esperanzas.
– Pensé que no volvería a tener una invitación de estas cuando entrara en la universidad, pero mi huella aún sigue intacta en ese instituto – le devolví el celular a mi hermana que continuaba tirada en el sillón viendo el techo.
– Cómo van a olvidarte si organizabas las mejores fiestas cuando nuestros padres no estaban – ambos reímos, pero olvidamos que Kara estaba en la sala con nosotros.
– Mamá no quiere que hagan fiestas cuando no está en la casa – su voz sonó a chantaje y de inmediato con Melanie nos pusimos de pie frente a nuestra pequeña hermana.
– ¿Qué quieres para guardar silencio? – pregunto Melanie con voz amenazante mientras se cruzaba de brazos y cruzaba miradas con Kara.
– Cincuenta dólares – mi hermana refunfuño, pero se los entrego en la pequeña palma de Kara y esta se giró hacia mi extendiendo su mano para que le diría dinero también. Negándome a ser chantajeado por una niña de cinco años me cruce de brazos diciendo que no repetidas veces con la cabeza. – Dame mis cincuenta dólares – ya no estaba frente a mi hermana pequeña, sino que estaba frente a una chantajista en potencia y volviéndome a negar ella sonrió – Mamá – grito la castaña haciendo que Melanie me golpeara en la nuca para que le diera los condenados cincuenta dólares. De mala gana saque mi billetera para sacar cien dólares y tomar los cincuenta que tenía Kara en la mano.
– ¿Qué paso cariño? – casi sin aliento apareció mi progenitora en la sala con un delantal de cocina en las manos y respirando con dificultad.
– Solo quería decirte cuanto te quiero – la chantajista camino hacia donde estaba mi madre dándole un fuerte abrazo que saco todo enojo de ella y con una sonrisa dulce se llevó a Kara a la cocina.
💟
Emily corrió hacia el auto viéndose tan hermosa como siempre, sus típicos converse rosas claros un vestido corto de color negro y una chaqueta corta de jean. Sobre su hombro derecho cargaba su mochila y en su mano izquierda traía su celular con los auriculares blancos. Armándome de valor respire cuando ella abrió la puerta del copiloto y se montó algo tímida dentro del auto.
– Buenos días Víctor – hablo ella mientras se abrocho el cinturón mientras que yo arrancaba conduciendo de forma prudente.
– Buenos días Emily – le dedique una sonrisa rápida para luego mirar la ruta y no ponerla nerviosa porque un accidente nos pase. Quería volver a hablar, pero no podía es como si mi garganta se hubiera resecado de repente. Tragando saliva aclare mi garganta parando frente a un semáforo para poder hablar a gusto. – ¿Te gustaría ir conmigo al cine este viernes? – busque alguna reacción de su parte, pero ella se limitaba a ver por la ventana del copiloto. Sintiéndome un idiota estaba a punto de volver a hablar cuando ella interrumpe mis palabras dejándome con una estúpida sonrisa en la cara.
– Me encantaría – se giró a verme y note a pesar del cabello que cubría parte de su rostro como sus mejillas se pusieron rosas. Cosa que me pareció muy tierna pero no lo mencione para no dejarla más en vergüenza.
No hablamos el resto del viaje, pero si cantamos las canciones que estaban en la radio sintiéndonos como el mejor dúo de cantantes de auto. En los momentos en que nos tocaba parar en los semáforos las personas de los otros autos nos veían raro mientras nosotros cantábamos a todo pulmón. Desde que había comenzado a llevar a Emily al instituto no habíamos tenido un viaje tan divertido como este su risa se volvió mi nueva canción favorita y el brillo que tiene en los ojos al cantar me mantenía embobecido viéndola. Estaba viendo a una Emily que desconocía totalmente y que si me hubieran dicho que ella estaría conmigo cantando a todo pulmón en mi auto sin dudar les diría – están locos ella es demasiado tímida para eso – una vez más ella me sorprende.
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Editado: 27.01.2021