Ahora que la emoción ha disminuido tengo un hambre de muerte, así que compro algo rápido. Llame a Carlos para darle la buena noticia, pero no contestó. Me dirijo al departamento ya son las 4:00p.m.. Tengo que limpiar un poco y prepararme para ir al gimnasio. Al fin llego a casa barro, mapeo, limpio el baño lo típico. Me estoy vistiendo para ir al gimnasio cuando escucho la puerta abrirse.
-Amy querida. Ya estoy en casa dame de comer. - Canturrea.
- Querido. Sabes que, si quieres comer, tienes dos manos para poder preparar tus propios alimentos. - Le digo mientras salgo de la habitación lista.
- Si eres así ahora, serás una esposa pésima.
-Honor que me haces querido. - Le digo orgullosa. - Mi objetivo de la vida atender a un hombre. - digo con sarcasmo y volteo los ojos.
Carlos me mira con atención. Quiere saber cómo me fue. Lo torturare un poco, si quería saber la respuesta me hubiera contestado la llamada.
-No me tengas en ascuas. ¿Cómo te fue?
Bien. Probemos mis dones de actuación. Dejó de sonreír y me pongo seria.
- Me dijeron que me llamarían. - Digo cabizbaja.
- ¿QUÉÉÉ? - Abre los ojos y la boca, peor que las caricaturas, casi me río por su expresión. - ¿Cómo es eso posible eres super talentosa? Cuando trabaje en la empresa la despediré por incompetente y te daré su puesto. - Me dice serio.
- Ni se te ocurra, no voy a tomar un puesto solo, porque tú lo digas. No voy a ser la prometida aprovechada. - Le digo un poco enojada. - Lo peor es que estuve todo el día trabajando para luego echarme de la manera más usada. - Digo algo dramática. - Tal vez no sea tan talentosa como creía. - Me siento en el sillón.
- Claro que lo eres. Es que acaso son ciegos, les faltan neuronas, personas así de huecas no las quiero en la empresa. Es que me da coraje. Son unos ...
No puedo más y comienzo a reírme como loca. Me agarró el estómago no puedo parar de reír y menos con su cara de confusión. Hasta que se da cuenta de que le jugué una broma.
-Me mentiste. - Me acusa con su dedo índice. - Pequeña mentirosa, pero esta me las vas a pagar.
Comienza a acercarse peligrosamente a mí, pero me levanto y salgo corriendo. Me persigue por la sala, cocina, cuarto y cuando intento encerrarme en el baño me atrapa y comienza a hacerme cosquillas.
- ¡Pa...ra por fa...vor...Pa...ra! - Le digo entre risas.
- No hasta que te disculpes.
- Perdón. Para ya. - Se detiene y me tardo un momento en recuperar la respiración. Carlos me ayuda a levantarme y vamos a sentarnos al sofá. - Comienzo el lunes.
- Muy bien hecho sabía que lo lograrías. ¿Qué, pruebas tuviste que hacer?
- ¿Sabías de las pruebas?
- Sí, porque crees que te di la cámara tan pronto.
- ¿Por qué no me advertiste? - Le digo un poco enojada.
- Te pondría más nerviosa.
- Cierto. Pues fotografié productos, modelos y animales. - Le di un breve resumen, pero omití lo de los calzoncillos Calvin Klein, me llenara de preguntas incómodas que no quiero contestar. - Realmente estoy contenta, pero debemos irnos al gimnasio que estoy llena de energía.
- Al gimnasio. ¿Estás loca? Hay que celebrar y se dé un lugar estupendo al cual asistir.
- Estamos a mitad de semana no iré a ningún lado para que te emborraches y tenga que cuidarte. Además, tengo que trabajar mañana y presentar mi renuncia.
- Vamos no seas aguafiestas. - Me hace carita de gato con botas. – Que tal si te prometo que no me excederé. Te prometo que estaremos en casa para media noche mi Cenicienta. - Se burla, pero no es mala idea.
- Vale, pero a media noche en casa.
- Excelente, pues mueve ese trasero que te tengo que arreglar. - Dice mientras me arrastra al cuarto.
Escoge un vestido corto negro con una sola manga. Tacones plateados igual que el bolso. Me riza el cabello, me maquilla con mucho brillo, pero no digo nada al final de cuentas es de noche. Me miro en el espejo y casi no me reconozco. Ahora soy la creación de Carlos, me siento más él que yo misma.
-Estás divina. - Me mira con orgullo.
- Gracias. Bueno prepárate o no tendremos tiempo para bailar.
- En seguida.
Luego de 20 minutos estamos en el Jeep negro de Carlos. Son las 8:30p.m. cuando al fin llegamos a la discoteca Future. Es muy moderna nos dirigimos a la barra.
-Yo invito, después de todo estamos celebrando tu nuevo empleo. Yo quiero un tequila. - Le dice al chico detrás de la barra. - Déjame adivinar. Quieres una piña colada, sin alcohol.
-Exacto.
El chico sirve nos sirve y estoy muy pendiente de que no le eche nada a las bebidas. Carlos se bebe el tequila de un sorbo. Yo me tomo mi piña colada con calma, no quiero que se me congele el cerebro. No me muevo del lugar hasta terminar no quiero correr riesgos de que le echen algo.
-No seas tan paranoica, estoy aquí para protegerte. - Es cierto, siempre está ahí para mí.
- Ahora hasta que te emborraches y tenga que cuidarte.
- Aguafiestas. Ven vamos a bailar.
Bailamos y bailamos. Perdí la cuenta de cuantos tequilas ha bebido Carlos. Yo solo pedí una botella de agua para recuperar el aliento. Por suerte Carlos no se ha emborrachado aún. Me fijo en la hora son las 10:55 p.m. pronto nos tendremos que ir.
-Voy al baño. - Le digo sobre la música.
- Okey.
Camino entre la multitud está lleno para ser mitad de semana no quiero ver cómo sería un fin de semana. Encuentro el baño y al entrar la luz lastima mis ojos. Hago mis necesidades y me retoco el maquillaje. Al salir me cuesta acostumbrar otra vez a la oscuridad del lugar. Me dirijo al área donde deje a Carlos, pero no está de seguro está bailando. Lo busco por la pista, pero no lo veo. Espero que no se haya metido en problemas. Camino un poco cuando tropiezo con alguien. Voy a disculparme cuando miro hacia arriba es el señor Torres.
-Creo que debemos dejar de encontrarnos así señor Torres. Disculpe estaba buscando a alguien, no me percate.