Mi Prometido Gay

Capítulo 8

La luz que entra por la ventana meda directo en el rostro. Me remuevo en la cama. ¿En la cama? ¿Cómo llegue aquí? ¿Qué día es? ¿Qué hora es? Tomo mi celular de la mesa de noche lo enciendo hoy es lunes y son las 7:00a.m.. Abro los ojos como platos y corro a la ducha. Tengo que estar en Palacios Model Company a las 8:00a.m.. Suerte que Carlos había seleccionado mi ropa. Salgo de la ducha me maquillo leve y me llevo el maquillaje de emergencia por si acaso. Me visto lo más rápido que puedo corro escaleras abajo y tomó una barra nutritiva. Corró hasta el coche, lo enciendo y aceleró. Ruego al cielo de que ningún policía me multe. Al fin llegó al edificio, con dos minutos restantes bajo corriendo y subo por el elevador. Las personas me miran extraño, debo parecer una loca corriendo por todos lados. Se abren las puertas y voy al escritorio de la señora Rivera que parece muy atareada, ya que su escritorio está lleno de papeles.

- Buenos días.- Le saludo.

- Buenos días señorita López. Está es toda la información que necesita. Que tenga buen día. - Me mira extraño su ceño está fruncido, pero no dice nada. Me entrega una hoja que contiene mi horario, mi número de empleada, número de casillero, correo electrónico y método de trabajo.

- Gracias que tenga buen día. - Le digo con una sonrisa, la cual me corresponde.

Como no me traje un candado voy directo a el área de fotografía. Al entrar veo al señor Torres sentado en la que entiendo es mi silla. Esta de espalda, me acerco a él.

- Buenos días Torres. ¿Acaso usted será mi modelo el día de hoy? - Pregunto con una ceja alzada. Se voltea. Tiene una gran sonrisa que se borra al verme. Su ceño se frunce. - ¿Qué pasa? ¿Por qué hoy todos me miran raro? ¿Tengo monos en la cara o qué? - Fruncí el ceño. Esto ya es muy extraño.

- No tienes monos en la cara, pero tienes un gorro en la cabeza que no te pega con nada. ¿Vas a implantar una nueva moda?

- ¿Qué gorro? - Pregunto, mientra alzó la mano para tocarme la cabeza. Al tocarme la cabeza siento el gorro que olvide quitarme y las hebillas en su interior. Abro los ojos y la boca igual que el emoji de horror. El señor Torres se ríe de mi expresión. - No me mire.- Chilló.

- No crees que es muy tarde para eso. - Se ríe.

Comienzo a quitarme el dubi.

- Genial es mi primer día y ya todos me conocerán como la Yal de la empresa.

- ¿Yal? - Me pregunta con una ceja alzada.

- Las Yal son más conocidas en mi país. Son mujeres que soooonnnn. ¿Cómo decirlo? Para serlo menos fuerte son las mujeres que se visten peor y se creen modelos. Es normal verlas con dubi en la calle, entre otras características. El youtuber Alex Díaz lo explica mucho mejor que yo y con un toque de humor. - Me encojo de hombros. - ¡Que me trague la tierra que verguenza! - Por fin me quito la última hebilla y me echó el cabello hacia atrás y lo esmuruso un poco.

- Si esa es la recompensa vale la pena.

Me mira coqueto. Saco el cepillo de mi bolso y le doy forma al cabello.

- Solo es un mal necesario. No sabes lo incomodo que es dormir con ellos.  

Señalo las benditas hebillas.

- ¿Entonces para que las usas?

- Para que dure más tiempo el peinado. Ahora puede ver el horror que soy en casa.

- No me molestaria verte así todos los días.

- ¿Nunca se cansa?

- No. Si te molestan tanto. ¿Cómo es que llegaron aquí?

- Estaba viendo una película a noche o más bien ella me vio a mí. No puse la alarma. No corrí está mañana, sino volé para llegar a aquí tiempo y lo logré.  Lo malo es que ya arruine la primera impresión.

- Velo del lado positivo. Me hiciste el día.

Me cruzo de brazos y me pongo seria.

- No sé si alegrarme o preocuparme. No olvido lo que ocurrió la primera vez que le hice reír. Me arruinó la tarde.

- ¿Tanto te molesto que te besará? - Me pregunta serio.

- Si le soy sincera. El beso no fue lo que me molesto, más bien fue que lo tomaras como una recompensa.

- Solo fue una excusa para besarte.

- Que excusa barata, me beso y luego fue que hablo o más bien lo arruino. Mejor muévase de mi asiento que debo trabajar.

- Solo lo hare si acepta salir conmigo esta noche.

- ¿Qué haría si me niego? - Le reto.

- Me quedaré aquí y no te dejaré trabajar. - Me ataca.

- O puedo llamar a seguridad y reportar un serio caso de acoso. - Contra ataco.

Se levanta y me toma por la cintura acercándome a él. Mi respiración se acelera me sujeto de sus brazos.

- Hazlo. - Me reta. Mirándome directamente a los ojos.- Veamos quién sale ganando, pero recuerda que llevo más tiempo trabajando aquí. Será tu palabra contra la mía. - Me sonríe de lado como diciendo te pille. Cosa que no es falso estoy literalmente en sus brazos.

- Lo pensaré ahora suéltame. - Le ordeno lo más firme que puedo.

- No estoy satisfecho con tu respuesta, así que no te soltare.

- Me vale tu satisfacción. Tendrá que conformarse con eso.

Trato de alejarme, pero me tiene bien sujeta.

- Vendré a tu hora de almuerzo para que me des un sí.

- No apostaría a ello.- Acerca lentamente su rostro al mío.

- Yo sí y para que pienses mejor en ese sí. - Corta con la poca distancia entre nosotros y me besa. Me besa lento, su lengua pide permiso para entrar en mi boca y le doy acceso. Su lengua explora mi boca con libertad. No me puedo negar al contrario le sigo el beso. Nuestras lenguas comienzan a luchar. Coloco mis manos en su cuello cerrando más en nuestro abrazo. Me dejo llevar a un mundo de sensaciones al cual siempre caigo cuando estoy en sus brazos. Me siento completa en sus brazos no quiero volver a la realidad, pero los pulmones se quejan por la falta de aire y nos tenemos que separar. Nuestras respiraciones son aceleradas, pero no nos soltamos. Se lame el labio inferior. - Creo que eso fue un sí.

- No voy a ceder. Te dije que lo pensaré y es lo que haré. No de nada por hecho.



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En el texto hay: #drama

Editado: 08.08.2020

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