Mi Prometido Gay

Capítulo 17

Suena la alarma, me remuevo en la cama. Mi cuerpo sabe que no es hora de levantarse, pero tengo una nueva tarea por hacer. Tengo que sacar al perrito para que haga sus necesidades, si no lo hizo ya. Apago la alama de mala gana. Me preparo completamente sin ganas.  Ni la ducha fría me despertó por completo.  Al salir del departamento me siento como un zombie en ropa deportiva con un cachorro muy activo para mi gusto .  Estoy esperando el elevador cuando una señora mayor se acerca a mí con una poodle gigante.

- Muchacha, muchacha, muchacha. - Miro a mi alrededor y no veo a nadie supongo que se dirige a mí.

- Mande.

- Pasea a Violet. - Me entrega la correa de su perra. - No dejes que ningún perro pulgoso se le pegue y le das agua mineral. Adiós Violet. - Da media vuelta y se aleja de mí.

- Señora, espere yo no...- No me escucha trato de seguirla, pero la mendiga perra esta sentada y no se mueve. - Señora espere yo no trabajo como cuidadora de perros. - Le grito, pero no me escucha.

Al abrirse las puertas la mendiga perra se para y me ala haciéndome entrar al elevador.  Me resignó a tener que lidiar con dos perros.

No sé si es que estoy muy dormida o qué, pero cada vez que se abrían las puertas del vendito elevador una dueña desquiciada me entrego un perro. Ahora estoy en la recepción con Salomón, un perro salchicha, Chipi un perro chihuahua, Duque un pastor alemán, Violet la poodle y por su puesto el cachorro de mis sobrinos. Lo peor es que en ves de parecer que voy a pasearlos, son ellos los que me llevan a mí. Llegamos al parque y esto es un verdadero caos.  Violet y Salomón están echados reancios a moverse un centímetro más, en cambio el perrito de mis sobrinos y Chipi están muy imperativos jugando entre mis piernas enredado sus correas. Duque esta tranquilo gracias a Dios esperando a seguir, por suerte. Ese perro seria capas de arrástrame. Llevo solo 5 minutos discutiendo con los perros y mi humor esta literalmente de perros.

Suena mi celular, elevando mi rabia lo contesto de pésima gana.

- ¡¿QUÉ?! - Gritó. Pobre del receptor.

- Creo que te levantaste del lado leona esta mañana. - Una sonrisa tonta aparece por decirme leona. - Solo quería decirte buenos días.

- Buenos días. - Le saludo cariñosa y más calmada.  Cuando por fin mi mal humor estaba mejorando Violet se levanta con un movimiento brusco, su correa se enreda con mis pies y caigo de boca al piso. - ¡AAAAHHHH! - Grito. Mi celular sale volando un poco más al frente a mí, pero no suelto las correas o me meteré en problemas. - Mendiga Violet. Ahora si te mueves condenada. Lo único que busca es llamar la atención. - Se sienta muy derecha, como si fuera de la realeza. Me levanto y alcanzo mi celular.

- Gatita, leona, Amy, Amy. Dime algo. - Me llama desesperado.

- Algo.

- ¿Estas bien? ¿Qué ocurrió?

- No estoy bien.  Estoy teniendo una mañana de perros. Violet me tiro al piso.

- ¿Quién es Violet?

- Una poodle. Una duda. ¿Tengo cara de cuidadora de perros?  No solo me tuve que levantar más temprano para sacar al perrito, sino que unas dueñas locas me dieron a sus perros para que los paciera. Me agarraron más dormida que despierta y ahora estoy frita. - Se empieza a reír. - No le veo la gracia. - Gruño.

- Perdón.  ¿Qué te parece si voy a ayudarte?

- ¿Tú? El que en su vida ha tenido un perro.

- ¡Ey!  De cualquier modo, tengo que sacar a la cachorrita. Ya me hizo una de sus gracias en mi departamento y no quiero más. - Es mi turno de reír. - Ahora soy yo el que no le ve la gracia.

- Bueno como quieras ven si quieres.

- Por supuesto que iré. ¿Dónde estás?

- Mejor te mando el pin. Es muy temprano para mí. No me levanto tan temprano desde mi última excursión.

- ¿Excursión? - Me pregunta aturdido.

- Hay que salir temprano si quieres obtener las mejores fotos paisajistas. Te dejo voy a provechar que Salomón y Violet se pararon para caminar un poco te envió rápido el pin. Adiós. - Corto la llamada sin esperar respuesta y le envió mi ubicación actual por WhatsApp. Pasan unos 10 minutos desde la llamada y yo me siento en una banca exhausta, quiero soltarles las correas por un momento, pero me da miedo a que huyan.

Unas manos masculinas me tapan los ojos, acerca su rostro a mi oído y su embriagante aroma natural me invade.

- Adivina quién soy gatita. - Me susurra con su voz más ronca y sensual.

- Juan, no Pedro, no Eric, Benjamín, Víctor, Pablo. - Bromeo.

- ¿Tan rápido te olvidaste de mí? - Dice ofendido.

- ¿Cómo podría olvidar a un modelo insoportable como tú? - Alzo la cabeza recostándola en el espaldar de la banca, aún con sus manos en mis ojos. - Eres mi modelo favorito Torres. - Le doy una amplia sonrisa.

Siento sus labios chocar con los míos, nuestros labios se comienzan a mover y no pasa mucho tiempo para que nuestras lenguas comiencen a luchar, pero en esta poción se siente raro, ya que su lengua esta arriba. Siento su cabello en mis mejillas haciendo una especie de cortina apartándonos del mundo y solo existimos él y yo. Nos separamos por falta de aire. Al abrir ojos veo su hermoso rostro, su mirada azul me mira minuciosamente y me sonríe. Le correspondo la sonrisa.

- Buenos días gatita. - Me acaricia el rostro.

- Buenos días guapo.

- Guapo. - Me da una sonrisa que es tanto traviesa como coqueta.

- Bueno de eso vives. - Se aleja de mí. Agarra la perrita y se sienta a mi lado.

- Mira quien vino a saludar. - Me entrega la perrita y la acaricio.

- Hola preciosa te extrañe. - Su hermano comienza a arañar mi pierna, ya se dio cuenta de que su hermana esta aquí. - Creo que alguien más te extraño. - La pongo en el suelo y los hermanitos, Chipi y hasta Salomón se ponen a jugar. Veo a Violet levantarse y acercarse a nosotros. Mejor dicho, a Torres hasta le lame la mano. - Eres toda una coqueta Violet.



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En el texto hay: #drama

Editado: 08.08.2020

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