Ayudo a los niños ya se han cambiado 10 veces ahora les pongo su ropa para que puedan almorzar. Están muy cansados.
- Bueno niños les tengo unos emparedados de mezcla.
Están muy callados. Cada uno toma un emparedado para ir a sentarce en un sillón y empezar a comer.
- Oscar toma un emparedado. – Lo toma.
- Gracias. Me tengo que ir tengo una cita. - Le sonrío.
- Que bueno, pues llévale uno a tu novia. - Le entrego otro emparedado.
- No es mi novia, pero espero que lo sea pronto. - Me sonríe.
- Suerte. - Su cara deja de sonreír.
- Gracias nos vemos más tarde.
- Adiós. - Justo después de irse Hannah se levanta. - ¿Qué paso mi corazón? - Le hablo de manera melodiosa para tratar de calmarla. - ¿Tienes hambre corazón? - Miro a los Gabs que ahora están totalmente dormidos. Gabriela esta sobre el pecho de su hermano. Se ven tan tiernos juntos. Coco esta durmiendo entre los pies de los Gabs. - Hay Hannah que puntería la tuya te levantas cuando tus hermanos se duermen. Toda una profesional mi niña hermosa. - Le doy un beso en la mejilla.
- ¿No hay uno para mí?
- Baja la voz Torres. - Le regaño y señalo a mis sobrinos dormidos.
Asiente. Se me acerca para darme un pequeño beso en los labios.
- Hola Hannah. - Ella le sonríe y le extiende sus manitas. Él la toma en sus brazos y le da un beso en la mejilla.
- ¿En serio enana? Ahora si estoy celosa. - Hago un puchero. Le acaricio la mejilla.
- Vamos no te preocupes. Me tienes a mí. - Me sonríe y me vuelve a dar un beso. Se acerca a mi oído y me susurra. - Me agrada Hannah, pero no me gusta no poder besarte como me gustaría. - Me dice con una voz super sexy. Me pongo roja.
- Siéntate por favor para poder alimentar a Hannah. - Hace lo que le digo. Saco su comida y me siento frente a él. Le doy comida a Hannah, mientras ella se ríe.
- ¿Tienes que hacer caras? -Me pregunta de repente Torres.
- No hago caras.
- Claro que las haces. Haces así. - Mueve los labios de arriba abajo. Me rio y niego.
- No puede ser que yo haga eso y no me dé cuenta. Con razón Hannah se ríe cuando la alimento.
- No es la única a la que haces reír. - Me dice con una gran sonrisa.
- Eso no es malo, sino que lo más probable es que siempre lo haga y nadie me lo había dicho. Por lo menos hago que Hannah coma. - Me encojo de hombros.
- Si tú me alimentas, hasta yo como.
- Hablando de comer. - Tomo un emparedado. - ¿Gustas un emparedado de mezcla? - Lo toma.
- Gracias. - Comienza a comer. - ¿No comes conmigo?
- Después de alimentar a Hannah, además la tengo que preparar para sus fotos. Tengo que aprovechar que ella esta despierta y los Gabs dormidos.
- ¿Acaso nunca descansas? Por lo menos toma tu hora de almuerzo con calma. - Abro los ojos como platos, miro mi reloj de mano y me levanto de mi asiento.
- No he ponchado. Por favor cuida a los niños vengo rápido. - Le doy un beso en los labios y corro al ponchador, al regresar al estudio él está alimentando a Hannah.
- Ahora gatita come que yo me encargo de alimentar a Hannah.
- Esta bien no me regañes más. - Tomo uno de los emparedados y comienzo a comer.
- ¿Para qué trajiste tantos? - Me pregunta y señala los emparedados.
- Por si los niños les da mucha hambre y traje para ti.
- ¿Me esperabas?
- Ya me acostumbré a que vengas en la hora del almuerzo. Lo que me sorprende es que siempre llegas cuando estoy sola. Con la excepción de hoy claro, pero eso ya los sabías.
- Tengo mis métodos. – Me da una sonrisa seductora.
Termino de comer y Hannah también.
- Como sea. Devuelta al trabajo. - Voy a preparar el área para que tirarle las fotos.
- ¿Es en serio? ¿Ya vas a trabajar? Es tu hora de almuerzo. No te van a pagar más.
- Lo sé, pero no se le llama trabajo en hacer lo que amas. - Me encojo de hombros. - ¿Cuándo vuelas lo consideras trabajo?
- No.
- No te puedo decir que es mi trabajo soñado, pero me gusta mucho y más tratándose de mis sobrinos. - Le sonrío. – A ellos los fotografío por simple gusto.
No dice nada más solo cuida a Hannah. Estoy preparando el área cuando escucho una flatulencia de Hannah. Que bien de todos modos tenía que ponerle el pañal que se va a promocionar.
- Hannah por Dios como es que una cosita tan tierna como tú puede oler tan mal. - Escucho a Torres quejarse.
Verdad le iba a comenzar a llamarlo por su nombre. Lo había olvidado, por la costumbre.
- No exageres Manuel.
- ¿Qué? ¿Quién?
- Acaso el olor te ha llevado a otro universo. Mejor dámela Manuel tengo que cambiarla y ponerle el pañal que se va a promocionar.
- ¿Por qué me estas llamando Manuel?
- Acaso solo tú me puedes llamar por mi nombre. Hace mucho tiempo me dejaste de decir López. ¿No te gusta que te hable por tu nombre? - Baja la cabeza, creo que esta avergonzado. Alza la vista y está muy serio. - Mira si no te gusta, te seguiré llamando Torres.
- No es eso es que yo...- Se ve interrumpido por mi celular.
- Discúlpame. - Tomo el celular y es Henry. Contesto. - Hola cuñado.
- Hola cuñada. Solo te llamaba para informarte que ya terminamos aquí y llego como en media hora más o menos.
- Tranquilo tomate tu tiempo ahora mismo los Gabs están durmiendo. No creo que a los niños les guste despertar y no encontrar a Coco, aunque todavía no hemos terminado. Ve a almorzar con calma.
- Bueno ahora por la tarde no tengo nada que hacer te puedo ayudar.
- Excelente, pero no creas que te nos unirás a la salida. Sin padres metiches.
- De acuerdo, te tomare la palabra voy a almorzar y luego voy para halla.
- Sí. Recupera energías estoy segura de que mi amiga te dejo agotado. - Bromeo.
- De hecho sí, no sabes como la extrañaba...- Le interrumpo.
- No me digas esas cosas. No quería esa imagen en mi cabeza. - Siento mi cara arder. - Te veo luego. Adiós. - Le cuelgo. Estoy segura de que solo lo hiso para molestarme y devolverme la broma. - Fastidiosos. - Susurro para mí. - Disculpa la interrupción. ¿En que estábamos?