Llegamos a las puertas del estudio fotografico y los niños entran. Por suerte nadie nos vio al entrar al edificio. Me detengo, tengo que hablar con Torres. Me alejo de su agarre y me cruzo de brazos. Hace un gesto de preocupación.
- ¿Estás enojada conmigo? - Resoplo.
- Sí. Estoy un poco molesta. ¿Cómo se te ocurre llevarte a los niños en ese auto? Si por lo menos el carro tuviera un área para niños, pero los dos en la parte de al frente. - Me vuelvo alterar un poco y trato de respirar profundo. Me da una sonrisa nerviosa.
- Bueno, por lo menos logre agradarles a tus sobrinos. - Le hace cosquillas a Hannah y ella sonríe. Niego con la cabeza.
- Primero lo del auto fue mi idea. De todos modos es sorpréndente que mis sobrinos te aceptaran tan rápido.
- Bueno, ahora tomare tu palabra de que si le caía bien a los niños iría con ustedes. Para tener una oportunidad de domar a la leona y volverla a convertir en mi gatita. - Me sonríe y se acerca a mí.
Ruedo los ojos y niego con la cabeza. Le alo de su camisa para que baje el rostro y tener mejor acceso a sus labios. Lo beso lento, pues Hannah esta en sus brazos, pero ya extrañaba el sabor de sus labios. Me rodea la cintura, acercándome más a su cuerpo, yo pongo mis manos alrededor de su cuello. Nos separamos por falta de aire, le miro a los ojos y le hablo en vos suave.
- No hay ninguna leona que domar. Gato. - Nos reímos. - Solo no vuelvas a hacer una locura así, aunque entiendo porque lo hiciste. Es difícil resistirse a ellos. Lo sé, siempre termino haciendo lo que quieren. - Acaricio la mejilla de Hannah para luego mirarlo a él, le sonrío y me encojo de hombros. - ¿Puedes velarlos, en lo que yo voy a ponchar? - Asiente y me da un pequeño beso. Se aleja de mí y entra con los niños.
Voy a ponchar y regreso. Al llegar todos están viendo las fotos que se pasaron a la computadora. Me acerco a ellos.
- ¿Qué les parece mis modelos? - Le pregunto a todos.
- Me encantan. Gato verdad que me veo hermosa. - Le pregunta Gabriela a Torres.
- Te vez hermosa princesa. - Le responde Torres.
- Él más guapo soy yo. - Dice Gabriel.
- No soy yo. - Dice Gabriela discute con su hermano.
- Gabriel es el más guapo y Gabriela la más guapa. Juntos crean la foto perfecta. - Les digo. Ellos sonríen y se dan cinco. Escucho a Coco ladrando y voy a sacarlo de el vestidor. Corre con los niños. - Por cierto, su padre llegara pronto y se llevara a Coco. No lo podemos llevar a las maquinitas.
- ¡Aaahhh! - Se quejan al unisonó.
- Chicos debemos seguir, así cuando llegué su padre los verá trabajando. Para que se sienta tan orgulloso como lo estoy yo. - Les digo a los Gabs.
- Bueno, yo me tengo que ir a trabajar. Los veo en la tarde para ir a las maquinitas. - Dice Torres, levantándose de la silla con Hannah. Me la entrega y comienza a llorar. - Vamos preciosa no llores te veré después. - Le hace una cara graciosa. Todos nos reímos. Le da un beso en la mejilla. - Adiós chaparros. - Los abraza y le da un beso a cada uno.
- Adiós gato. - Dicen al unisonó. Le dan un beso y se van a cambiar.
- Okey gato me has dejado impresionada. No lo puedo negar. ¿Qué fue lo que hiciste?
- Soy irresistible. – Se encoje de un hombro con gesto drámatico.
Ruedo los ojos.
- Claro. - Le digo sarcástica.
Me ala de la cintura y me besa lento, pero no dura mucho.
- No quiero perder el terreno ganado con tus sobrinos. - Me da otro beso fugas y se va.
Hannah sigue llorando. Voy a la computadora envió las fotos de Hannah. Es tan bella, que no creo que tenga que hacer ningún retoque. Busco por YouTube uno de los muñequitos que le gustan a ella, pero no a sus hermanos o se distraerán. Hannah se envuelve con los muñequitos, la coloco en el coche.
Los Gabs y yo seguimos trabajando en las fotos. Están muchos más motivados desde que salieron con Torres. Oscar llega y nos ayuda con algunos efectos de iluminación. Media hora después la puerta se abre y los niños corren hacia el intruso. Que no es otro que Henry. Al voltearme veo como los Gabs saltan a los brazos de su padre.
- Papá. - Dicen al unisono.
- Mis niños hermosos. - Dice alzándolos en sus brazos y comienza a darles vuelta. Al terminar los baja y le da un beso a cada uno. - ¿Qué tal se han portado? - Me pregunta.
- Muy bien. - Prefiero omitir el susto que me han dado. - Chicos sigamos trabajando. Enséñenle a su padre lo que hacen. - Los Gabs asienten y vuelven a el área iluminada. Ahora están muy contentos con su papá aquí. Yo me siento más tranquila con él aquí, ya que se encarga de cambiarlos.
Terminamos mucho más rápido. Les pone su ropa y se ponen a jugar con Coco. Yo me voy a la computadora quito los muñequitos y Henry viene al rescate. Toma a Hannah en sus brazos y comienza a jugar con ella. Me pongo a organizar todas las fotos, retocar algunas y enviarlas. En lo que trabajo Henry me habla.
- Los niños me dijeron que se montaron en un Lamborghini. - Me comenta casual.
Abro los ojos preocupada.
- Sí. Se subieron con un amigo. Yo me he subido con él y conduce bien no tienes de que preocuparte. - Le digo lo más calmada posible, pero sin despegar los ojos de la pantalla.
- Lo sé eres demasiado protectora. Solo te digo que tan pronto Ángela se entere...- Completo la frase.
- Me matara. - Digo.
- No. Va a querer que tu amigo le lleve su Lamborghini. - Me rio.
- Eso está difícil. Lo de hoy fue de pura casualidad.
- Lo único que sé es que no te dejar en paz.
- Lo sé. - Sonrío. Termino lo que estaba haciendo y lo envió. Miro la hora y ya es hora de ir a ponchar. - Vigila a los niños voy a ponchar y cámbiale el pañal a Hannah. - Hace un gesto de asco, pero termina asintiendo.
Salgo del estudio, saco el celular de mi bolsillo. Le voy a enviar un mensaje a Modelo Insoportable, pero recuerdo que lo tengo bloqueado. Lo desbloqueo y el celular comienza a sonar como loco. En un instante aparecen todas las llamadas y mensajes perdidos. Algunos mensajes dicen: