Ana
El dulce aroma a chocolate y vainilla, inunda mis fosas nasales, ese es el aroma que desprende mi alfa. El lobo que se encuentra a mi espalda, el calor que desprende su cuerpo es mil veces menor que el sol de verano.
Parpadeo dándome cuenta de que es de noche, me acomodo menor, una sonrisa aparece en mis labios, paseo mi mirada por su dorso desnudo bajo mi mirada más abajo de su abdomen, encontrándome con su masculinidad cubierta por las sabanas blanca.
* lámelo completo.* ronronea Asly.
* Controla tus hormonas.*
* No, tú también lo deseas, ¿qué se sentirá tener...?.* corto la conexión, deseo sus caricias y todo de él.
Es imposible, por el momento, tengo que pensar con la cabeza fría. El olor a limón que desprende mi hermana Aria, hace que me incorpore en la cama, con sumo cuidado de no despertar a Enzo, salgo de la cama.
Me envuelvo en la sabana la cual le quito a él, al acercarme a la puerta y abrirla, Arias tenía la mano en puño lista para tomar la puerta.
— Creo que los interrumpí.—menciona mi hermana.
— ¡No!.— ella alza su ceja derecha y sé que está conteniendo la risa.
— solo dormíamos.—
— Solo eso.— asiento.
— Es hora de la cena.— se da la vuelta y camina por el pasillo hasta que la pierdo de la vista, puedo escuchar que suelta una carcajada.
Visualizo mi vestido en el suelo, me acerco de puntistas y lo recojo. Busco mis pantis, los cuales están en la mesa de noche, los deslizo por mis piernas, y hago lo mismo con mi vestido.
* Meri, quieres venir a mi casa.*abro la conexión con mi mejor amiga.
* Claro, en diez estoy allí.*
* Mi mate y su delta llegaron hoy.* pienso en una posibilidad.
*No me jodas Ana, ¡Está guapo!.* ya gané la atención de Meri.
*Mm ven y míralo por ti misma.* no me responde.
Salgo al pasillo y busco el olor de mis padres, los cuales están en la sala de estar, me dirijo a ese lugar.
* Asly.* llamo a mi loba.
*¿qué pasaría si Enzo y yo nos apareamos y luego él vuelve a su manada y yo me quede?*
* Ana, su alfa, morirá, pues nuestras almas se unen, que al separarse seria, un duro golpe. Maximus entraría en depresión y moriría lentamente.* mi corazón se acelera de solo suponerlo.
Llego a la sala y donde había una conversación, Joel estaba explicando lo de la unión de manadas y como sería su traslado a la manada milenaria. Al verme Joel se pone de pie y me mira.
— Buenas noches, Luna.— Él hace una pequeña reverencia.
— Hola Joel, solo llámame Ana.—
— Es mejor así, Maximus ha estado un poco paranoico y lo tomaría como una ofensa. Te aconsejo que mantengas una distancia prudente de los demás machos.— su voz sale entrecortada.
— Gracias lo tomaré en cuenta.— le doy una sonrisa.
— Luna, le comentaba a sus padres, la mayoría de las casas, solamente le faltan detalles.—comenta Joel.
— Me parece perfecto.—
— Enzo necesitará ropa.— habla Joel dirigiéndose a una maleta y abriéndola, revuelca un poco su contenido y saca un pantalón deportivo color azul oscuro y una polera blanca.
* Lo prefiero desnudo.* dice la calenturienta de mi loba.
* Es mejor con ropa o quieres que todas esas lobas lo miren.* un gruñido sale de mi interior, mi familia me observa.
— Pasa algo.— pregunta mi padre.
— Nada de que preocuparse es únicamente mi loba que ha estado estresada por no dejarla salir a cazar.— ojalá me crean.
* Mentirosa.* replica mi loba.
* ¿Qué digo? No papa es que mi loba es una calenturienta, la cual me ha pedido, no deje que nuestro mate tenga ropa. Al mirar la posibilidad que otras hembras se deleiten con su magnífica figura, se pone histérica.* mi loba gruñe.
— Debes en cuando hay que dejar que nuestros lobos salgan, nos beneficia.— dice mi madre.
— Padres, Meri, cenará con nosotros.— Tomo la ropa que Joel tiene en sus manos, las cuales hacen contacto, él traga saliva, pero le resto importancia y me dirijo a mi habitación.
Encontrándome a Enzo con sus ojos verdes, su dorso desnudo y me da una sonrisa encantadora. Su sonrisa se borra de golpe y sus ojos verdes pasan a ser negros, vuelven a recuperar su color, está luchando con su alfa, así me acuerdo de la advertencia de Joel.
* Te aconsejo que mantengas una distancia prudente de los demás machos* o diablos.
Mi mano hizo contacto con la suya al recibir la ropa.
* Está celoso.* grita una muy contenta loba.
— Mi alfa.—camino a la cama esquivando algunos objetos. Él observa cada uno de mis movimientos, al llegar a la cama él jala mi mano y la lleva a su olfato y luego con su lengua la lame.
— Me haces cosquillas.— pues a mi mente se vienen algunos recuerdos, mi cuerpo reacciona, haciendo que mi entrepierna se humedezca.
— hueles mejor.—es una broma verdad, habló para mi misma.
— Mi luna, te voy a devorar completa.—mi mente se nubla, por el deseo.
* Y yo soy la calenturienta.* se burla mi loba. * cállate.*
— Enzo mi familia nos espera.— intento persuadirlo, él suelta sus hormonas sexuales, las cuales hace que mi loba gima.
— Mi alfa.—sale un gemido de mis labios.
— Vete.—Sale más como un gruñido. Salgo corriendo de mi habitación y me detengo en las escaleras, respirando hondo y controlando mi corazón que va a mil latidos por segundo.
Después de controlar mi respiración bajo las escaleras, mi familia se encuentra ya sentados en la mesa.
— Apestas a sexo.— sonríe mi hermana Tamara.
— No me olfatees.— gruño.
— Buenas noches.—Saluda, mi mate acaba de tomar un baño, su cabello mojado, esa polera le queda bien. Nos acercamos a la mesa y nos sentamos en nuestros lugares designados.
* Ana, bájale a tu calentura.* Gruñe mi loba. Enzo me observa y sonríe de lado, mira a Joel el cual alza sus manos en señal de redición, Enzo le da una mirada asesina y le muestra sus colmillos.
* Necesitamos un baño de agua fría.*
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Editado: 18.07.2022