ANA
La verdad es que siempre mi familia han sido sobre protectores, siempre me han cuidado de manera exagerada, yo de alguna forma me escapaba sin ser vista por ellos o por los centinelas que estaban a cargo de mi protección.
* Ana está en peligro.* son las palabras de Marta, que escuche al entrar al despacho sin tocar, ellos me miran.
— Ana.— Enzo se dirige a mí.
— ¿Por qué?.— pregunto y nadie responde.
— Maldición, explícame.— grito.
— Alguien está filtrando información sobre ti.— susurra Marta.
— Destrozaré el cuello a quien se haya atrevido.— gruñe Maximus.
— No es el momento— Habla Joel.
— Joel tiene razón, es mejor buscar e interrogar y luego asesina.— habla Oliver.
— Por la diosa, dejen de hablar, de asesinar.— les regaño.
— El príncipe Vampiro se encuentra desaparecido.
— Agrega Marta, será que Alex es un príncipe.
— O por la diosa, esa mujer acabará con todo.— gruñe mi padre.
Recuerdo a Alex y la forma que lo encontré, ¿Será que esté pequeño es el hijo de ella?, pues a Alex no lo habían visto nadie fuera del castillo.
— ¿Qué edad tiene?.— pregunto.
— El príncipe tiene cinco años.— responde Marta.
Salgo del despacho en busca de Alex, mi mate grita mi nombre, al cual no le presto atención.
El olor de Alex, lo sentí cerca de la habitación de Erick, me dirijo allí al llegar abro la puerta color azul rey.
La habitación es espaciosa con tonos azul claro y la luna dibujada, un escritorio con libros y fotos. Dos mesas de noche a cada lado de la cama y en ella descansa el pequeño cuerpo de Alex, su respiración es superficial.
Alex abre sus ojos, los cuales están rojos (Recuerdo sus ojos al encontrarlo eran de color gris) ¿Cuánto tiempo los ha tenido rojos? Se ve divino, pero leí sobre ellos y al tenerlos de ese color es por falta de sangre.
— Ana, estás aquí.— sus colmillos empiezan a crecer.
— Si pequeño, puedes venir conmigo.— él se sienta en la cama y yo lo tomo en mis brazos, él recuesta su cara en mi cuello y olfatea.
— Me gusta como hueles.— dice y rosa sus colmillos en mi cuello.
— Alex que haces.— pregunto y él no vuelve hacerlo, salgo lo más ligero que puedo y voy al despacho donde, ellos se encuentran hablando.
— prínc...— Marta dice tartamudeando.—Príncipe Alejandro.— El niño la mira con timidez, Marta se acerca y le acaricia el cabello.
— Príncipe, tus padres te ha buscado.— el niño niega con la cabeza.
— Ya te alimentaste.— el Alex niega.
— Ana, huele rico.— es lo único que sale de la boca del niño, Enzo gruñe el niño, se aferra más a mí.
— Enzo deja de gruñir, Marta sabes quien es.— ella suspira.
— Estaremos en guerra contra la reina Lucia y el rey.— ella traga saliva.—Nicolás.
— maldición él es el rey brujo y ella la reina vampira.— pregunta Enzo, ella asiente.
— El chico es un híbrido y es muy poderoso, solo está asustado, él toma tanto sangre como comida, pero está sin probar sangre, el único que lo alimenta es el rey Nicolás.— enuncia Marta.
— Puedo hacerlo.— todos me miran.
— No.— Maximus gruñe en protesta.
— Pero es peligros.— pregunta Izan.
— Es una buena idea, el príncipe aún no puede transformar a nadie.— Marta me anima.
— Lo voy a hacer.— me siento en el sofá con el pequeño, me muestra sus colmillos y hace una esfera de protección al rededor de nuestros.
— Alfa lo asusto.— regaña Marta
— ¿Qué debo hacer?— pregunto muy decidida.
— Debes ofrecer tu muñeca, sentirás dos pinchazos o algo así.— ofrece mi muñeca y él la toma entre sus pálidas manos, la acerca a su boca, los colmillos sale y perforan mi brazo, hago una mueca de dolor.
Suelta mi brazo y limpia su boca y sonríe, Alex retira la esfera de protección.
— Marta, él es el príncipe, debes avisar a sus padres— le menciona la Sofía.
— Si lo que me contaron es verdad, no tienen por qué asustarse, el rey se dará cuenta si es verdad o no.— nos menciona Marta.
Los ojos de la bruja cambian a un blanco total, todos nos ponemos en posición de ataque al entrar una mujer hermosa huele a vampiro.
— Mami. —grita Alex y se baja de los brazos de mis brazos y se acerca a la mujer, quien lo pone a su espalda y nos muestra sus largos colmillos y sus ojos están rojo, Enzo se pone a mi lado.
La vampira se me mira, sus ojos brillan.
— No, mami, ella es buen.— Alex grita.
Ella se da la vuelta, suspira y dice.
— Alfa real, milenario, un placer conocerlo.— no confío, pero debo hacerlo.
El aulló para evitar un ataque, pero sus centinelas deben estar en alerta.
— Porque tienen a mi hijo en su poder.— habla acercándose a Enzo de forma amenazante.
— Majestad.— ella voltea y mira.
— Interesante no te ha mordido, pero ya estás marcada.— da una sonrisa que da escalofríos.
— Espero que recuerdes el acuerdo de paz.— habla Enzo, ella mira y muestra sus colmillos.
— No tengo un tratado de paz contigo, lo hice hace miles de años, pero con tu padre.— maldición, estamos en problemas.
— Así es reina, es mi deseo seguir— habla Erick.
— Marta, nos debes una explicación.— reclama la vampira. Marta se pone pálida.
— Mi reina, él...— no termina porque un hombre alto de ojos grises y mirada amenazadora, entro y mira a la reina y a Alex él toma el niño en su brazo y lo estruja en su pecho.
— Mi pequeño.— el niño lo abraza y se acerca al oído y le habla a su padre él, sonríe y se me acerca y coloca a Alex en el suelo y él se va a donde está su madre; Enzo gruño por su cercanía.
— Luna real milenaria.— el brujo extiende su mano.
* Le arrancaré su mano.* gruñe Maximus.
* Maximus.* lo regaño
* Pero me contengo esto sería declarar la guerra y habrá muchas muertes inocentes, mi luna* me habla por el enlace.
— Ana es un placer conocerlo.— toma mi mano y la mano libre le pone en dirección a Enzo, él toma y él sonríe, pone sus ojos en blanco.
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Editado: 18.07.2022