Capítulo 2
"Liberación"
Abrí mis ojos, aunque se tardaron en adaptarse a la luz, pude sentir el aire helado sobre mi cuerpo, estaba en medio de la carretera en el pastizal, era enorme y sé que me dificultaría llegar al edificio, pero era la única manera de lograrlo.
Trate de visualizar el hogar de los famosos guerreros, voltee hacia todas partes hasta que logré distinguirlo, era un edificio enorme de color rojo, tenía adornos barrocos, lo cual le daba un hermoso toque. Caminé por cinco minutos hasta llegar al instituto.
El camino fue horrible porque el pastizal enorme hacía imposible que caminará, además que me topaba con baches tropezando en más de una ocasión, el sol me estaba quemando la cara y haciendo que sudará, debí escribir en mi guion que no podía sudar.
Todo el transcurso valió la pena, porque veía ante mí cada vez más cerca la estructura. Logré salir con éxito del pastizal, llegando al patio, abrí la reja con sumo cuidado, cuando en mi campo de visión estaba John.
Estaba sentado en las escaleras del edificio, traía puesto un pantalón negro con diversas bolsas, una camiseta negra que se le ajustaba a su tórax de manera perfecta, su cabello rubio estaba desordenado haciendo que se viera muy guapo. Mientras jugaba con un cuchillo, en su mano la piedra de color azul hacía juego con su piel blanca, al oír la reja sus ojos se posaron sobre mí.
Aún recordaba la primera vez que vine, lo había intentado por un mes, pero no funcionaba, cuando estaba a punto de rendirme lo logré, desperté en una habitación que no era la mía, la cama era queen size, cuando la de mi habitación era individual, recuerdo que las colchas eran blancas con algunos toques dorados, la habitación tenía un escritorio en donde tenía libros sobre demonios, un closet e inclusive mi propio baño.
Lo primero que toque fue las colchas se sentía real, como si de verdad perteneciera aquí, solo tenía cinco minutos, se recomendaba en las primeras veces ir poco tiempo porque absorbía demasiada energía. Me paré de la cama y al tocar el piso sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, corrí hacia la ventana recorriendo las cortinas y viendo el hermoso paisaje que tenía enfrente de mí, era como una carretera y a lo lejos se veía la ciudad.
—¿Estas bien? —Una voz masculina surgió detrás de mí.
Volteé y pude verlo por primera vez, tenía puestos unos jeans de mezclilla, una camiseta blanca, su pelo estaba peinado. Sus ojos azules me veían directamente a la cara, lo que hizo que me sonrojará, era demasiado guapo.
—Sí… —Dije con mucha pena.
—Soy John, ¿Tú eres Aivis verdad?
Asentí con la cabeza, en los siguientes tres minutos hablamos poco, pero entonces tuve volver a mi realidad.
Me acerqué a él tratando de lucir normal, no quería asustarlo, aunque mi corazón se sentía como si estuviera a punto de salir.
—Hola. —Fue lo único que logré decir.
Él se paró, mientras se acercaba hacía mí, sus ojos eran de un hermoso azul, parecía un mar azul visto desde el cielo, en donde siempre me gustaba perderme.
—¿Qué tal? —Hizo una pequeña pausa evaluándome. — Necesitamos hablar.
De acuerdo, esto cada vez se ponía más raro, respira Alyssa, todo estará bien, no puede saber que eres de otra realidad, me dije a mi misma para calmarme.
—¿Sobre qué? —Pregunté curiosa sobre lo que me iba a decir.
—Escucha han pasado muchas cosas desde tu ausencia, para eso han pasado 2 días. —Hizo una pequeña pausa, tratando de acomodar sus propios pensamientos. — Sabemos que no perteneces a esta realidad…
En ese momento me congele, había visto tik toks donde esto pasaba, vi el de una chava que comentaba que esa misma situación le paso con Dumbledore. Trate de imitar lo que hizo la chica en esa situación.
—Ski….
No pude terminar la frase porque John se movió con una increíble agilidad tapando mi boca. Poder sentirlo tan cerca de mí hacía que todo mi cuerpo se erizará, además que mi corazón se latiera fuertemente, nuestros ojos se encontraron, mis ojos demostraban inquietud y desesperación, mientras que los suyos eran tranquilos y calmados.
—No te dejaré decir tu palabra para irte.
Quería gritar del miedo, no sabía que estaba pasando, pero lo que estuviera pasando sé que era algo malo, el ambiente se sentía tenso.
—Escucha, si dices tu palabra, no podrás volver jamás aquí, ¿Eso es lo que quieres? —Preguntó firmemente.
Negué con la cabeza, él dudaba si quitar su mano de mi boca, pero lo hizo, di una gran bocanada de aire, tratando de formular una pregunta.
—¿Qué rayos está pasando? —Pregunté.
—Te explicaré en el camino, estar aquí no es seguro. —Dijo mientras caminaba hacia dentro del instituto.
Lo seguía, pero era difícil con mis piernas que parecían pequeños molcajetes, el edificio me recibía de manera fría y sombría, en las veces anteriores se sentía vida, además de movimiento, pero ahora era solitario. Subimos las escaleras de en medio.