Capítulo uno

Mi Génesis

Todos pasamos por malos momentos en nuestras vidas, algunos casos son a temprana edad como paso conmigo. Estamos tan pequeños de edad que se nos dificulta entender que esta pasando en nuestras vidas, cual es el causante de nuestro abismo, y para mi fue mas difícil como tomar lo que estaba pasando.

Quiero empezar con esto, porque todos pasamos por aguas turbias o tragos amargos, y es importante entender que lo que esta pasando en nuestra vida tiene una perspectiva positiva que no podemos percibir porque estamos cegados por el dolor, así que tenemos que tener cuidado que el dolor no nos consuma y se que es realmente difícil, pero cuando tenemos claro quien nos respalda, y que estamos agarrados de la roca fuerte, el dolor se hace mas llevadero, y si es el caso que no lo conoces o simplemente tienes una vida alejada de el, puedes acercarte porque el esta con los brazos abiertos dispuesto a recibirte gustoso.

El dolor, nos imposibilita de seguir con nuestras metas y propósitos, nos desvía de lo realmente importante, hace un tiempo atrás tuve un accidente el cual no fue tan trágico, pero tenia mucho dolor físico acompañado de dolor espiritual. Y comencé a alejarme de mi familia, amigos, iglesia hasta del señor, hasta que puse un alto con esa actitud de dejar que toda ola me llevara consigo, comencé a poner de mi voluntad, y con la ayuda del señor, estoy en pie.

Causante, siempre buscamos este en cada cosa que nos pasa, hasta solemos culparnos por las cosas que nos pasan, "tiene que ser mi culpa, por todo lo que he hecho" "Me lo merezco" esos pensamientos solían albergar mi mente, hacían que mi corazón se estrujara y pasara mis días con una nube gris en mi vida.

Sientes que jamas vas a allegar al final de la meta, ni que mereces ser amada, son tantas sensaciones desoladoras que pasaban por mi mente en esos momentos. Que llegaba a pensar que lo único que iba a aliviar mi angustia y dolor era acabar con mi vida, o simplemente causarme daño. Sinceramente con el corazón en la mano, no hizo ninguna diferencia, seguía sintiéndome sola, ansiosa y muy herida. Hasta que un día tome la decisión que tenia que salir adelante que no podía dejar que esa nube gris se quedara conmigo, me absorbiera y se llevara lo mejor de mi porque sentía que todavía había esperanza para mi.

En ese tiempo de búsqueda, de posibles tratamientos, alguien le hablo mi tío sobre una persona que quizás podía ayudarme, fuimos a ver a esa persona a una iglesia bastante alejada de donde nosotros vivíamos para serles sincera ni siquiera había escuchado de ese barrio donde estaba localizada pero mi familia convencidos nos encaminamos a esa dirección (preguntamos un montón pero llegamos). Ese día marco mi vida de una forma trascendental, cuando llegue me sentí abatida, confrontada y muy ansiosa, quería salir de ese lugar, hasta que hubo una persona que me llamo hacia adelante con toda la vergüenza de esta tierra, eso hice. Empece a escuchar una voz tranquila, llena de amor, que empezó a decirme "hasta aquí mi niña, ya no tienes que sufrí más" "siempre estuve contigo, aunque te negaste a verme"  Y empece a ver esos momentos donde gritaba al cielo porque estaba siendo injusto conmigo,porque me dejaba pasar por esto, y rogaba porque me llevara con el. Ese día por fin hubo paz en mi mente, la grieta que había en mi corazón empezó a suturar de una manera gloriosa, los pedazos en que me había roto empezaron a buscar su lugar, sentí un manto de amor sobre mi y unos brazos de paz llenando mi vida, no pude aguantar mis lagrimas, jamas me había sentido tan amada.

Sentir que por fin había alguien que amaba incondicionalmente que había dejado su trono y todas sus comodidades para venir a la tierra a padecer para que yo pudiera vivir este momento, sentir ese amor en plenitud, hizo que mi corazón lastimado tomara vida, no hay palabras para describir como me sentí en ese momento y solo una palabra cruza por mi mente, GRACIAS.

Gracias por no haberte rendido conmigo, por haber entregado tu vida por mi, gracias papa. Porque eres el padre que siempre anhele, creo no hay mejor sentimiento en la vida que sentirse segura y por fin puedo sentirme confiada, amada, segura, en paz.

Dios transformó en salvación la sangre que Jesús derramó por nuestra causa en la cruz. Cuando agradeces al Señor incondicionalmente, aun estando en lo profundo del foso, Dios 'el tejedor' interviene en tu vida y entremezcla las hebras toscas con los hilos de terciopelo. Salir del foso no será fácil, tienes que vivir el entrenamiento necesario, por el tiempo que sea y por doloroso que sea... pero siempre con la certeza de la promesa del Señor, de que vas a salir victorioso.

Dante Gabel

¡Estoy tan agradecida porque por fin estoy subiendo estos capítulos!

Ya estoy trabajando duro por esto...

Los días de actualización serán los jueves, así que ya pueden esperarlo...

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