Capítulo 7: El precio de la desobediencia

Desperté con tibios rayos de el sol y una leve brisa, deje la ventana abierta, sentía un poco de frío, en Canadá el frío es normal aún en verano, pero por las tardes hace mucho calor.

Alcance mi celular, era día lunes y eran las siete treinta de la mañana, frote mis ojos y espabile, me quedé acostado en la cama unos minutos más, pues sabía que al levantarme de la cama el día comenzaría y todavía no quería que comenzara, aún recuerdo este extraño fin de semana, el viernes traje a casa a un chica muy rara, el sábado tuve encuentros paranormales y asaltaron mi oreja izquierda, regrese a casa caminando y llegue tarde a casa por lo que me regañaron pero dije que me había encontrado con unos amigos y me creyeron,antes de entrar a casa me quite el arete de rubí y lo guarde en mi bolsillo, pero en la noche escuche sonidos muy raros y sombras que se deslizaban en la oscuridad de mi cuarto, luego grandes y fuertes golpes en mi ventana y puerta acompañada de un escabroso grito, un aullido aterrador, un desgarrador rugido, me refugié en mis sabanas diciendo que solo era cosa de mi mente pero no fue así, cuando pensé que la puerta y la ventana se romperían sentí algo extraño que bailaba en el interior de mi bolsillo y me incomodaba,metí la mano y sentí el arete, lo saque de el bolsillo y busque mi perforación hasta encontrarla, fue difícil ponérmelo pero encuanto lo hice todo quedó en un enorme silencio, como si nada hubiese pasado, ya no veía nada deslizarse en mi cuarto así que pronto me asaltó el sueño y me quede dormido.

El domingo fui a la iglesia, siempre en presencia de mi familia me debía quitar el rubí y lo guardaba, pero en cuanto los dejaba debía volver a ponérmelo, era molesto pero no tenía más opciones, vi a Samara en la biblioteca y ella se negó a hablar de algo que no fuera de el tema que nos habían asignado.

Ahora estoy en mi cama acostado preguntándome cosas ridículas y recordando cosas que desearía que solo hubiesen sido una pesadilla.

Después de mucho reflexionar y luego de un gran debate interior entre ir a la escuela y quedarme en mi cama por el resto de la vida, decidí quedarme en cama hasta que escuche la voz de mi madre.

"Ben, baja ahora" decía ella.

Me levante de la cama, me dirigí al baño y me lave la cara y los dientes, regrese al cuarto y me cambie de ropa, me puse unos jeans, camiseta azul y zapatillas blancas, fui a desayunar con la familia pero no hablamos de gran cosa, desayunamos pancakes y jugos de naranja, mamá nos llevó al colegio y la mañana transcurrió como siempre, hoy será el último día de trabajo con Samara y ya solo serán las conclusiones así que lo haremos a la hora de el almuerzo, es algo extraño ahora, me gusto verla bailar pero no quiero verla a ella, quiero verla y a la vez no, es extraño, pero creo que será mejor para mí estar lo más posible lejos este de ella.

Sus actividades son extrañas y no quiero involucrarme, estábamos en clase de lenguaje y literatura, nos explican de el romanticismo.

-Como veo que todos se están durmiendo haremos algo diferente, en este género literario la poesía es algo elemental, así que cada escribiremos poemas pero serán diferentes, quiero que todos hagan poemas, los que pasen al frente primero dirán su poema y los segundos contestaran a ese poema-dijo el profesor Manson, un hombre de aproximad empañete cuarenta años, usaba un suéter verde y pantalones besh.

-Ni loco- susurre para mí.

-Les daré diez minutos, empiecen a hacer sus poemas-

Todos tomaron lápices y papel, las chicas eran las más emocionadas mientras que todos los chicos no nos sentíamos animados, excepto aquellos que tienen novia, que es más que obvio de que escribirán.

El profesor miraba que todos estuvieran trabajando así que como no tenia inspiración ni ganas de hacer la actividad escribí lo primero que se me ocurrió.

Y termine escribiendo la historia de "El percebe feo" recordando la famosa caricatura de la Tv y las palabras de la estrella rosada.

Los minutos pasaron y el tiempo acabo.

-Bien, el tiempo acabo, aquellos que pasen hoy, la próxima clase escogerán a una persona y responderán a su poema, y así por el resto de el semestre, haremos esta actividad una vez cada semana, y primero pasara....Jonny-

Jonny no parecía querer pasar y no se levanto de sus siento hasta que el profesor lo llamo por segunda vez.

-Sr. Patterson , ¿Podría pasar porfavor? Es parte de su calificación-

Jonny se levantó de mala gana y camino al frente de la clase para recitar su poema.

-No es un poema, ni siquiera rima- dijo el chico.

-No importa, recite-

-Bien...hace mucho tiempo había una galleta que deseaba adelgazar, un día hizo una abdominal y se murió, fin-

El chiste era malo, pero el momento fue tan divertido que nadie pudo evitar reírse, al profesor no le causó gracia y lo obligó a irse a sentar,pero eso me causo mucha diversión, ahora deseaba me mandara a recitar "mi poema" para rematar a la clase y al Profe, no es que el profesor me caiga mal, pero sería divertido.

A la siguiente a quien llamó fue Corin.