Mi rosa negra

Capítulo 8: viejas nuevas presentaciones.

Escuchaba voces susurrantes, no sé que me decían, solo susurraban cosas que no lograba entender, imágenes extrañas asaltaron mi cabeza.

El bosque maldito, las botellas, veía a una niña de piel blanca y cabello negro correr por el bosque riendo, una extraña y gigante casa, rostros extraños, llamas, llanto, y por último una extraña y alta mujer apareció, la vi reír mientras las llamas se acercaban a ella.

Desperté de un respingón, no sabía si estaba despierto o no, no recordaba ni quién  era, me tranquilice  un poco y tras unos minutos ya estaba devuelta en mi, era Ben Liar.

Sentí que estaba acostado, me encontraba tendido sobre una superficie blanda, no tan blanca como un almohadón de plumas pero más suave que el piso.

Por un segundo creí estar en mi cuarto, que todo había sido un sueño y que no debía comer demasiado antes de la cena, mamá dice que eso causa pesadillas, pero me equivoqué, note que el techo era diferente, no era como e, de mi habitación, blanco con una bombilla de el mismo color, el techo era de madera, como el de una cabaña.

Me levante despacio y me pregunté si sería la misma cabaña de la última vez, por suerte esta vez tenía la camisa puesta, pero estaba bastante estropeada, el cuello se había estirado tanto que pronto parecería el agujero de una bolsa grande de basura, también tenía algunos cortes, como si Zeus y Storm hubieran jugado con ella.

Note que mis brazos y pies tenias raspones, recordé lo sucedido anoche y el miedo se apoderó de mi cuerpo, toque mi cuello donde me habían arañado y sentí algo :líquido, pegajoso y frío.

El mismo menjurje de antes, ahora estaba en los rasguños y algunos moretones de mi cuerpo, estaba sentado sobre la cama revisando mis heridas, gire la vista a la habitación y hecho un vistazo, era una habitación muy amplia, tenía dos ventanas grandes por donde ingresaba la luz, vi que la cama en la cual me encontraba se veía un poco descuidada, pero no era muy vieja como yo pensaba, al lado derecho de la cama había una mesita redonda donde estaban unos frascos, algunos eran transparentes, pero su contenido era de un color extraño pero se veía bien, otros tenían el mismo color que las botellas de cerveza, quizás eran decoración.

La puerta del fondo empezó a crujir, se estaba abriendo, el pánico se apoderó de mí, no sabía si correr, si lanzarme por la ventana aunque terminara desangrado, opte por la única opción que se me ocurrió usar: hacerme el dormido.

Me tendí sobre la cama rápidamente y trate de parecer dormido, la puerta se abrió por completo crujiendo temiblemente, escuche pasos vendrá a la cama hasta detenerse muy cerca de mi, sentí que alguien se sentaba en la cama y sentí miedo, una fría mano toco mi cara y me tense.

Al rato note no había peligro, me sentí más tranquilo,la fría mano se deslizó a mis raspones y rasguños, y con un trapo mojado retiró el menjurje que los cubria, esta persona me está ayudando.

Esta cuando termino se deslizó por el borde de la cama al piso, abrí los ojos por curiosidad, era una chica, no le vi la cara, pero su cuerpo denotaba cansansio, sentada en el piso ella cabeceaba como las palomas, se incorporó denuevo y cerré los ojos.

La chica se acercó mucho a mi cara, podía sentirlo, y lo sentí más cuando un piquete llego a mi oreja, me queje un poco y abrí los ojos.

-Te desperté- dijo Samara mientras tomaba mi oreja, inclinada sobre mí , se sentó en la cama esperando dijese algo, pero yo no sabía qué decir, o mejor dicho: no sabía por dónde empezar.

-¿Te sientes bien?- me preguntó ella

Mejor pregunta no pudo hacerme, quería contestarle: Claro que no estoy bien, unos muertos vivientes me sacaron de mi casa arrastrado, durante hace semanas he teñido encuentros con cosas que no existen, mi oreja duele y desperté en un lugar desconocido ¿te parece que estoy bien?.

Pero al final decidí ser educado y respondí.

-Si, si estoy bien-

-Que bueno- dijo ella pareciendo aliviada, iba a preguntarle algo más pero ella me golpeó en la frente antes de poder hacerlo.

-¿Porque me pegas?- le pregunte furioso

-Eres un imbécil - me respondió ella entre una expresión de seriedad y enojo-Esa joya era tu salvación, te lo di como escudo y tú se lo das libremente a esa chica solo para ganar una estupida pelea de vanidad, de haber sabido que eras tan tonto hubiera dejado que cayeras por el barranco y así me hubiera ahorrado regaños, ¿tienes idea de lo valiosa que es la gema que te di?-

-Bueno...quizás...-

-¡No hablo de el valor monetario!-

-Bien, entonces...eso no importa, acabo de ser arrastrado fuera de mi casa,mpracticamente es un intento de secuestro-

-De lo que te salve es peor que un secuestro, puede que no quieras aceptarlo pero eso que te siguió y arrastro eran personas que ya no están vivas-

-¿Esto es una broma?-

-Desearía que fuera así...no importa, solo vete de aquí-

-¿Irme?-

-Si, vete-

-Ni loco saldré de aquí luego de...bueno, es más seguro que afuera, ¿está es la cabaña donde desperté?-



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En el texto hay: fantasmas, romance, brujas

Editado: 25.09.2018

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