Un año después…
—Estoy increíblemente cansada —digo mientras abro la puerta del departamento.
—Yo también estoy muy cansado —responde Sebastian mientras cierra la puerta de nuestro hogar.
Si, leyeron bien. Nuestro hogar.
Y es que luego de que Henry y Tomas se comprometieran, prácticamente vivían juntos por lo que cuando Henry se quedaba en el departamento de Tomas, Sebastian se quedaba en mi departamento y cuando Tomas se quedaba en mi departamento yo me iba a quedar en el de Sebastian. Así que hace 6 meses cuando Henry y Tomas se casaron, Sebastian y yo decidimos mudarnos juntos por lo que Sebastian se vino a vivir conmigo mientras que Henry se mudó con Tomas.
—Tus sobrinos tienen mucha energía —dice Sebastian mientras entro a nuestro cuarto y comienzo a quitarme la ropa para meterme en la ducha.
—Lo sé, pero igualmente amo cuidarlos y sé que a ti también te gusta, por eso nos tienen como niñeros honorarios —digo entrando al baño.
—Eso lo sé cariño, pero igual tengo permitido quejarme. Bueno iré a preparar la cena —dice dándome un beso para luego irse a la cocina.
Me ducho rápidamente y luego de ponerme mi pijama —que en realidad es simplemente una camisa de Sebastian sobre mi ropa interior— me acerco a la cocina para ayudar a Sebastian a preparar la cena. Una vez que terminamos de cocinar, tomamos nuestros platos y nos sentamos a comer en la isla de la cocina.
— ¿Ya Elías te dijo cuál es el sexo del bebé? —pregunta Sebastian con curiosidad.
—No, él y Amy quieren que sea una sorpresa —respondo resoplando.
Muchas cosas han pasado en este último año: Henry y Tomas se casaron, Amy y Elías están a punto de tener un bebé y lo más increíble de todo, Rissa lleva 8 meses saliendo con Richard —una marca personal cuando se trata de ella—. Sebastian y yo vamos muy bien, excelente de hecho pues ya tenemos más de un año como novios e incluso hemos estado trabajando en un libro juntos.
—No puedes culparlos por querer que sea sorpresa —dice Sebastian con calma.
—Lo sé, pero entonces a ellos no debería importarles si les regalo algo blanco y sin personalidad —digo encogiéndome de hombros.
—Después de que nazca tendrás más oportunidades de regalarle cosas.
—Pues sí.
Continuamos comiendo mientras hablamos animadamente sobre la salida de compras que haremos mañana y el almuerzo que tenemos planeado con Henry y Tomas, una vez que terminamos de comer comenzamos a lavar los platos y arreglar la cocina para luego sentarnos en la sala a ver televisión.
Pasamos varios minutos viendo televisión en silencio cuando de pronto Sebastian se levanta del sofá donde estábamos acurrucados para buscar algo envuelto en papel y entregármelo.
—Esto es para ti —dice visiblemente nervioso.
Rasgo la envoltura para descubrir un libro, pero este no es solo un libro cualquiera, es el libro que Sebastian y yo escribimos juntos. Se ve tan perfecto en mis manos con nuestros nombres escritos en esa preciosa portada que ambos ayudamos a diseñar.
— ¿Cómo lo conseguiste? Se supone que el libro será publicado dentro de 2 meses —pregunto incrédula.
—Le pedí a Grecia si podía imprimir uno para ti, es importante.
— ¿Por qué es importante? —pregunto con curiosidad.
—Ábrelo —responde sonriendo nerviosamente.
Hago lo que me dice y abro el libro sorprendiéndome por lo que hay en la primera página, y es que en la primera página escrito con su letra se encuentra una nota que dice:
“Este es tan solo el principio de una grandiosa aventura.
Andie, cariño ¿Me harías el honor de iniciar conmigo la aventura más grande de todas?”
— ¿Qué quieres decir? —pregunto mirándolo fijamente.
—Andie, amor mío ¿Me harías el honor de casarte conmigo? —pregunta arrodillándose mientras abre la pequeña caja que contiene el anillo más hermoso que he visto.
—Oh por dios si —exclamo para luego lanzarme a sus brazos—, me encantaría.
La sonrisa que me dedico mientras ponía el anillo en mi dedo, sé que se quedará para siempre en mi memoria.