—Mmmm tal vez no es mucho, pero al menos tenemos donde dormir — JinHye examinó el cuarto del hotel, donde nos hospedaríamos. Habíamos conseguido algo de dinero de las joyas que teníamos —. Cuando consiga reunir un poco más de dinero, nos iremos a Busan — sonrió y me cargó para echarme en la cama —. ¿Recuerdas que a papá le gustaba Busan? — asentí algo melancólica — Viviremos muy felices allá — me quitó mis calzados y me acomodó la almohada para quedar sentada — ¿Tienes hambre?
—No, porcupine — susurré jugando con mis dedos.
Me dio un beso en mi frente y jaló mis mejillas — deja de pensar tonterías, yo no te veo como carga — buscó las llaves del cuarto y me pasó el control remoto, no sé si era porque somos gemelas o simplemente por lo unidas que eramos que siempre sabía lo que pensaba —. Ahora ve un poco de dibujos, iré a buscar trabajo y ni se te ocurra llamar a la bruja.
—Está bien — hice un puchero mientras encendía la Tv —, solo cuídate mucho, ¿si?
—Estas hablando con Oh JinHye — me mostró su lengua —, no me subestimes — salió sin antes mandarme un beso volado.
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Era la 1 am y aun no volvía, comencé a imaginar escenas nada lindas que le podría haber sucedido a mi hermana y encima no podía salir a buscarla como cualquier persona que dispone de la movilidad de sus piernas.
—JinHye… — Murmuré y arrastrándome por la cama traté de alcanzar la silla de ruedas que estaba a unos metros de la esquina de mi cama. En un mal movimiento, mi cuerpo fue a dar en el frío suelo.
Escuché como alguien abría la puerta y ahí estaba mi hermana con unas bolsas de compras en sus manos — ¡JinHee! — Exclamó alterada al verme en el suelo — ¿En qué pensabas? Pudiste haberte hecho daño.
—No regresabas y me preocupé por ti — dije al borde las lágrimas — ¿cómo te atreves a darme este susto? Creí que no volverías.
—Tranquila — me levantó como pudo poniéndome en la cama sin antes dejar las bolsas en el suelo —, no te dejaría por nada y tampoco permitiría que me hagan algo — asentí lentamente haciendo un puchero—. Mira lo que conseguí — me mostró comida instantánea y algunos dulces —, encontré un trabajo, aunque no me pagarán mucho, pero al menos tendremos comida y ahorraré como 2 meses para poder irnos con algo de dinero.
Parecía que todo saldría bien, estaba segura que mamá no nos buscaría y viviríamos muy felices.
Pero al día siguiente, ella salió muy temprano a su trabajo y se suponía que regresaría a las 6, pero no apareció. Eran las 8 pm y seguía sin volver, daba vueltas con mi silla de ruedas completamente nerviosa.
Escuché, al igual que ayer, la puerta abriéndose y respiré tranquilamente creyendo que se trataba de mi hermana, pero me llevé una sorpresa cuando vi a mi madre entrar juntamente con 2 hombres en traje.
—¿Creyeron que escaparían? — chasqueo sus dedos y uno de ellos se acercó para empujar mi silla sacándome de ahí.
—¿Dónde está mi hermana? — Indagué mientras entrábamos al ascensor. Ni siquiera deseaba luchar, estaba preocupada por mi gemela.
—Si haces lo que te digo, la dejaré ir.
—¿Qué fue lo que le hiciste? — la miraba incrédula.
—Solo la envié a una celda hasta que aprenda a no desafiarme de nuevo — respondió con tranquilidad.
—Ella es tu hija, ¿cómo fuiste capaz? — Me tapé mi boca con mis manos.
—Si quieres que ella salga de ese lugar, solo tienes que aceptar todo lo que te diga — salimos del ascensor y me llevaron hasta el auto — ¿o prefieres que ella se quede en ese asqueroso lugar? ¿Después de todo lo que hizo por ti? Decide de una vez mientras puedas, además, debes estar agradecida que te consiga un esposo como él.
—No puedo creer lo que estas haciendo — hice presión entre mis labios reprimiendo mi sollozo.
—Dejate de dramas y dame la respuesta — dijo de manera tan fría que hasta a mi me sorprendía.
Luego de un breve silencio, pregunté—¿Si acepto, la dejarás libre?
—Confía en mí, mientras tú estés, ella estará fuera de todo esto.
Respiré profundamente y asentí sin tener más opción—Haré lo que digas, madre.
Ella sonrió victoriosa e hizo unas llamadas y en silencio nos dirigimos a casa.
Cuando ese hombre terminó de bajarme del auto, vi como las sirvientas sacaban las maletas de JinHye.
—¿Qué está sucediendo? — les pregunté, pero me ignoraron por completo.
—¡JinHee! — la voz de mi hermana hizo que volteara, ella vino corriendo a abrazarme — Perdón, me atraparon y no pude resistir ante la preocupación de que estarías sola.
—No te preocupes, yo también estaba preocupada— ambas lloramos de alegría al estar juntas de nuevo, sé que sonaba tonto eso, pero era difícil estar lejos de la única persona que te quedaba en este momento.