Daniel Gabao
Me despierto en mi cama por el ruido que los vecinos tienen, miro la hora y me doy cuenta que ya es bastante tarde, no recuerdo ni a que hora regrese.
Intento volver a dormir, pero el ruido en el baño me pone alerta.
Mierda sigue aquí.
Escucho la puerta abrirse y cuando abro los ojos lo veo enfrente mío con solo una toalla alrededor de la cintura y me doy cuenta que yo solo estoy en bóxer.
— Hola— me saluda y aparece su gran sonrisa, ¿Cómo puede estar tan animado?— Espero no haberte despertado.
— No lo hiciste tranquilo— se comienza a cambiar y me doy cuenta que lo estoy mirando demasiado así que comienzo a mirar al techo.
— Perdón por usar el baño sin pedir permiso.
— No hay problema— casi no hablo porque me duele demasiado la cabeza y aun estoy procesando lo de anoche.
— Por cierto, una chica vino a buscarte, se llama Alexia creo— dice y automáticamente lo miro—. Le dije que aun estabas durmiendo y dijo que regresaría mas tarde.
— Mierda.
— ¿Es tu novia?— pregunta preocupado— Si la engañaste no quiero tener problemas con nadie.
— No es mi novia— aseguro— No tendrás problemas con nadie.
— Okey— termina de ponerse los zapatos— Por cierto lo de anoche estuvo demasiado bien— sonríe y no puedo evitar hacer lo mismo.
— Si, estuvo muy bien.
— Me tengo que ir— camina hacia la puerta— Adiós Daniel— termina de salir de mi cuarto y escucho que sale de la casa.
Me quiero quedar un rato acostado, pero siento la necesidad de hablar con Alexia. Me doy y un baño y cuando termino voy a su casa, antes de acercarme lo suficiente me aseguro de que ella este sola y cuando estoy casi seguro me salto la reja, los perros ladran al verme, pero después se tranquilizan, voy al segundo piso y justo esta entrando a su cuarto.
— ¿Qué haces aquí?— pregunta y se acuesta en su cama— Pensé que estarías muy cansado después de lo de ayer.
— No se de que me hablas.
— Claro, no sabia que te gustaba jugar con espadas, Daniel— ríe y le tapo la boca y me subo en ella.
— Basta, solo fue una vez— le quito la mano de la boca para que pueda hablar.
— ¿Te gusto?
— Era bastante lindo de hecho— se a que se refiere, pero hablo del chico.
— Se que era lindo lo vi, pero no me refería a eso.
— No estuvo mal, pero no lo volvería a hacer y este es el fin del tema, jamás paso.
— ¿Por que? no tiene nada de malo, solo lo hiciste para experimentar, ¿Cierto?
— Si— solo fue para experimentar.
— No deberías avergonzarte, solo disfrutaste de tu sexualidad— la miro— Por cierto Amaia esta molesta porque anoche ya no le respondiste.
— Estaba ocupado no podía responder.
— Dile eso a ella.
— ¿Por que estas sola?
— Mis papas fueron a comprar unas cosas y no quise ir como siempre— responde— ¿Te puedes sentar a lado y no encima de mi o no te puedes sentar?
— Basta— digo riendo y me quito de encima— Tengo mucho sueño.
— Es muy lógico.
— ¿Me dejas dormir?
— Me encantaría, pero no se a que hora lleguen mis padres.
— Hoy te vas a tu casa, ¿Cierto?— asiente— ¿Te puedo acompañar?— asiente una vez mas— Mejor me voy antes de que lleguen, me avisas cuando te vayas.
Regreso a mi casa y me duermo el resto de la tarde.
Me despierto por el ruido de mi celular sonando.
— Mande— respondo.
— Ya me voy.
— Te espero en la siguiente calle— termina la llamada y yo salgo de mi.
Espero a que ella llegue, ya anocheció bastante, hace mucho frio y comienzan a caer algunas gotas de lluvia, no sera buena noche.
— Hace mucho frio— dice cuando llega y veo que tiene un vestido y no trae suéter.
— ¿Cómo no vas a tener frio?— me quito mi suéter y se lo ofrezco— Toma.
— Ya vámonos es tarde— dice mientras se pone el suéter y cuando termina comenzamos a caminar.
Casi nunca voy a su casa por su hermano, el casi todo el tiempo esta acompañándola a ella así que la mayor parte del tiempo que paso con Alexia es cuando viene con sus papas.
Seguimos caminando hasta llegar a la calle en donde se encuentra su casa, no llegamos hasta esta, nos detenemos unas cuantas casas antes.
— ¿Estará tu hermano?
— No lo se, ¿Por que?
— Es que quería pasar a tu casa y pasar el tiempo.
— Ya es tarde— sonríe y asiento— Voy a ver si esta, ahorita regreso.
Veo como se va a su casa y después de unos minutos me manda un mensaje diciendo que no esta así que voy hacia su casa.
— Deja me cambio— va hacia su cuarto y yo me quedo en la sala. Espero unos minutos y regresa con la pijama puesta y despeinada.— ¿Quieres comer algo?— asiento, no he comido nada en todo el día— Te puedo ofrecer cereal con leche— dice con una sonrisa y no puedo evitar sonreír.
Me entrega un tazón y se sienta a mi lado, mira al techo y se comienza a tocar los dedos , se que lo hace cuando esta nerviosa o pensando en algo y ahora mismo esta haciendo ambas.
— ¿No vas a cenar?— pregunto y me mira.
— No tengo hambre— mentira, pero la dejo pasar.
— ¿En que piensas?
— En nada— y de cierta forma es verdad, cuando no esta ocupada su mente se llena de pensamientos, pero a la vez no esta pensando en nada.
— ¿Qué pasa?— pregunto cuando noto que aun me mira.
— Nada— vuelve a responder, dejo el tazón en la pequeña mesa que esta al frente y me siento enfrente de ella.
— ¿Dónde estas?
— Aquí— realmente no esta aquí, pero noto un cierto brillo en sus ojos.
Me acerco a ella esperando a que se aleje como todas la veces anteriores que lo intente, pero la diferencia es que esta vez no se alejo y sucedió.