Capítulo 16

Diez minutos. Habíamos ordenado la comida y seguíamos sin hablar, nunca antes había tenido un momento tan incómodo con ninguno de mis amigos. Supongo que las distancias y la falta de comunicación sí pueden causar sus estragos en las relaciones.

_ Cómo…

_ Bueno… -Ambos hablamos al mismo tiempo-

_ Comienza tú. –Dijo Blake-

_ No, comienza tú. De todas formas eres tú quien quería hablar conmigo. –Señalé indiferente-

_ Tienes razón –Bajó la mirada para acomodar el anillo en su mano. Respiró profundo y miró de nuevo en mi dirección- Supongo que lo primero que debería decir es perdón…

_ Si crees… -No pude terminar ya que continuó hablando-

_ Sé que para ti un perdón no es suficiente, solo escúchame. Sabes que no soy bueno con las palabras y esto me cuesta un montón.

_ Si esto resulta ser un sacrificio tan grande para ti entonces no deberías hacerlo. Si mal no recuerdo yo no te he pedido ni explicaciones ni nada. –Ya estaba comenzando a molestarme nuevamente. Mis hormonas estaban revolucionadas-

_ Sé que no me has pedido nada así como también sé que lo mínimo que te mereces es una explicación, quiero hacerlo… simplemente estoy aclarando que es difícil. –Dijo un poco molesto-

_ Perfecto, entonces habla. –Probablemente estaba siendo un poco dura con él, sin embargo me sentía bastante molesta. El que se fuera sin decir nada me dolió mucho, más de lo que yo esperaba-

_ Sé que estás enojada y lo lamento. Prometí que nunca iba a dejarte sola… somos mejores amigos y…

_ Los mejores amigos no se van sin decir nada, no se van por más de un año y cortan toda la comunicación, no…

_ ¡Basta! –Casi gritó- Basta por favor Julieta. Estás en todo tu derecho de recriminarme lo que quieras, pero al menos escúchame primero. –Hizo una pausa esperando a que dijera algo, pero no hablé, por el contrario, hice un gesto para que continuara- ¿Recuerdas esa vez en que contaste mi celular cuando estábamos en mi departamento y yo me molesté?

_ Claro que lo recuerdo –Bufé- Nunca antes te habías molestado por tomar tu celular.

_ Bueno, una semana antes de ese día apareció en mi cuarto un señor que decía ser mi abuelo. Ese día le dije que no estaba para bromas, ya sabes que mis abuelos por parte de madre y padre, ambos, están muertos.

_ Lo sé, estuve en uno de los funerales. –Recordé. Para ser más específicos en el de su abuela materna, creo que fue la primera vez que vi a Blake llorar-

_ El punto es que ese señor conocía demasiado de mi vida como para ser un simple desconocido haciendo una broma. Su nombre es William Tremblay. Me contó una historia de lo más loca así que viajé a ver a mi madre, por eso no fui con ustedes a la reunión de ex alumnos.

_ Y de qué trataba la historia. –Hola de nuevo lado chismoso… ¿Por qué era así? Lloré mentalmente-

_ William me dijo que mi padre no era mi verdadero padre. Al parecer mamá trabajaba en su casa cuando era joven. Se enamoró de su hijo y quedó embarazada de mí. –Abrí la boca en estado de shock- William admitió que tenía un pensamiento bastante retrógrado por lo que echó a mi madre, además mi “padre” ya estaba comprometido así que no existía ninguna posibilidad de que estuvieran juntos. Mi madre se fue y mi progenitor no hizo nada para impedirlo.

_ Maldito cerdo… -Susurré- No entiendo, si tu abuelo no quería a tu madre ¿Por qué te buscó ahora?

_ Mi padre se casó como tenía previsto, sin embargo, no pudieron tener hijos. El viejo le comentaba su malestar cada vez que podía ya que no tenía un heredero. Mi padre y su esposa murieron dos meses antes de que William me encontrara. Cuando fui a ver a mi madre, le pregunté y ella en vez de negarlo comenzó a llorar y a pedir perdón.

_ Pobre de tu madre, vivir con algo así. –Me lamenté-

_ Debo admitir que estuve molesto con mis padres un tiempo. Entonces, papá me explicó que mamá siempre intentó hacer lo mejor para mí, al igual que él… para mí él es mi verdadero padre y es todo lo que me importa.

_ Tienes razón, Qué importa ese tipo que no luchó por ti ni por tu madre, no me importa que esté muerto sigue siendo un… -De nuevo estaba molesta-

_ No te enojes con un muerto por favor. –Rió-