_Debo aclarar que lo que nos acaba de decir no es “tan” grave como para que nos abandonara sin decir nada. –Ese era Theo tan orgulloso como siempre- Pero si ya lo perdonaron ustedes no tiene sentido que yo siga enojado… de todos modos, me gusta que volvamos a ser los cuatro.
_ Olvidaba lo molesto que puede ser Theo, creo que me iré de vuelta a New York. –Dijo Blake a modo de broma-
_No disimules –le respondió Theo- sé que me extrañaste más que a estos dos.
_ Tienes suerte de que no sea tu vecino –Agregó Sam- eso sí que es fastidioso, de solo pensarlo me pongo irritable, prácticamente vive en mi departamento y no conoce lo que es el espacio personal, además… -No pudo seguir hablando-
_ ¡Para! –Gritó Theo-
Los tres nos quedamos en completo silencio sin saber qué estaba pensando. La cara de Theo estaba comenzando a enrojecerse debido al enojo. Theo pocas veces se enojaba, pero cuando lo hacía no era por cualquier cosa y esta vez se veía bastante molesto.
Su mirada fue directamente a Sam, se levantó de su silla y lo apunto con un dedo, por un momento pensé que lo iba a golpear.
_Estoy cansado de que todo el tiempo te comportes como un maldito idiota por esos estúpidos miedos que “dices” tener. Deja de ser un cobarde por una vez en tu vida y asume la verdad, no es mi culpa que necesites esconderte en los insultos para sentirte mejor. Por mi parte es suficiente, cuando asumas quién eres puede que te perdone hasta que no lo hagas olvídate de que alguna vez fuimos amigos.
Dicho esto Theo tomó sus cosas y se fue sin mirar a nadie más. Con Blake nos miramos extrañados para luego mirar a Sam, quien se encontraba completamente callado.
_ ¿Qué se supone que fue todo eso? –Hablé al fin-
_Nada, debo irme. –Sam tomó su bolso y se fue en la misma dirección de Theo-
_ Sé que cuando me fui estos chicos se comportaban de forma extraña, pero han mejorado bastante desde entonces. –Se burló Blake-
_Siento que algo extraño pasa aquí, algo que no es reciente y yo por estar en mi mundo me lo he perdido.
_Eso te pasa por ser tan despistada, ya sabes cómo son ellos hay que esperar y se les pasará… ¿quieres ir a ver una película como en los viejos tiempos? –Dijo cambiando de tema-
_Me encantaría, pero quedé en juntarme con James. –Recordé que James quería hablar sobre la boda. Es demasiado trabajo y si no queremos estresarnos lo mejor es comenzar lo antes posible-
_ ¿Quién es James? –Preguntó Blake confundido-
_ Esto te pasa por irte, te perdiste de muchas cosas importantes. –Me reí-
_ ¿Quién es James? –Volvió a preguntar sin reírse de mi broma-
_Mi prometido. –Levanté la mano donde se encontraba mi lindo anillo-
Blake se quedó mudo viendo mi anillo, por unos segundos pensé que lo había perdido. Entonces, para mi sorpresa, se levantó de su asiento y me dio un fuerte abrazo.
_ Te felicito pequeña.
Besó mi cabeza, a pesar de que su abrazo resultaba ser reconfortante y que de su boca salía una felicitación no se sentía la felicidad en el ambiente. Probablemente se debía a que no nos veíamos hace mucho tiempo y a pesar de que nuestra amistad no se había terminado el tiempo había logrado generar algunos cambios. Me separé de su cuerpo y noté un extraño brillo en sus ojos.
_ Si quieres podemos quedar mañana. –Intenté encontrar una solución- Tal vez podría presentarte a James.
_Claro, lo que tú quieras… tal vez pueda darle la charla de “pobre de ti si haces sufrir a mi mejor amiga”.
_Está bien –Rodé lo ojos- Pero no seas muy duro porque mi hermano ya le dio la charla.
_Creo que soy más pacífico que antes así que no te preocupes, ¿quieres que te lleve a tu casa?
_Por supuesto, mamá estará feliz de verte, aunque te abierto que no te salvarás de su regaño.
_Asumiré las consecuencias.
Al llegar a casa mi familia se encargó de arrebatarme a Blake. Mi hermano junto a mi padre lo arrastraron al sillón para ver un partido de fútbol, tampoco es que Blake se resistiera mucho, eso fue después de que mi mamá lo regañara por irse sin avisar y que lo obligara a aceptar quedarse a la cena, a lo que tampoco puso mucha resistencia que digamos. Para ser sinceros, no creo que exista nadie en el mundo que pueda resistirse a un poco de comida de mi madre.
Estaba ayudando a mi madre con la comida cuando recibí un mensaje de Theo. Hasta ese minuto no había notado la preocupación que inconscientemente mantenía por mi amigo, así que leí el mensaje de inmediato.